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domingo, 19 de octubre de 2014

Una mirada de la liturgia de los primeros cristianos

A continuación les ofrecemos la traducción de un artículo de Msgr. Charles Pope*, acerca de la liturgia de los primeros cristianos, que utiliza la orientación ad orientem del celebrante.

Como es sabido, la religión Católica fue considerada ilegal en el Imperio Romano hasta la promulgación del Edicto de Milán el año 313 de nuestra era, cuando el emperador Constantino permitió a la religión Católica su culto público. Con anterioridad, las capillas u oratorios como los conocemos actualmente eran muy escasos. La Misa era habitualmente celebrada en casas.

Ahora bien, estas “casas” eran habitualmente amplias, con un patio central o un gran salón que permitiera algo más formal que una Misa “alrededor de una mesa de comedor”. Recuerdo que me enseñaron (erróneamente) que estas primeras Misas eran informales, que enfatizaban el encuentro de la comunidad y eran celebradas mirando al pueblo. Bueno, esto no es verdad. Los fieles no se sentaban alrededor de una mesa o en círculo. Ellos se sentaban o permanecían formalmente, de pie, y todos miraban en una dirección: el Oriente.



En la imagen superior podrán ver la distribución de la antigua Casa Iglesia de Dura Europos (Siria), que data del siglo III de nuestra era. El salón de la asamblea se encuentra a la izquierda y el sacerdote u obispo celebra la liturgia ad orientem en el altar adosado a la pared oriente. El baptisterio se encuentra a la derecha y un diácono custodia la puerta de entrada. El diácono ubicado atrás del salón de la asamblea se encuentra allí para mantener el orden (vid. más abajo).

Lo destacable de estas primeras liturgias es la formalidad, incluso siendo celebradas en condiciones menos que ideales. El siguiente texto está tomado de la Didiscalia, un documento escrito hacia el año 250 de nuestra era. Entre otras cosas, describe detalladamente la celebración de la Misa Católica en estas “Casas Iglesias”. A continuación transcribo un extracto y señalo mis comentarios intercalados con el texto. 



"Ahora, en sus reuniones en la santa Iglesia, compórtense modestamente en los lugares de los hermanos, de una manera agradable y cuidadosamente ordenada.”

N del A: En consecuencia estas “liturgias en casas” no eran Misas informales. El orden, y una cuidadosa atención a los detalles era esencial. 

“Permitan que el lugar de los sacerdotes se encuentre separado en una parte de la casa que mire hacia el oriente”

N del A: Entonces, incluso en estas Misas primitivas el presbiterio, esto es, el lugar donde el clero se situaba, era un área distinta a aquella donde se reunían los laicos. La gente no se encontraba sentada alrededor de un comedor. 

"En medio de ellos se encuentra la cátedra del obispo, y junto con él se sentarán los sacerdotes. Asimismo, y en otro sector, permítase a los laicos permanecer sentados mirando al oriente." 

N del A: las oraciones se rezan mirando al oriente, no al pueblo. 

"Por lo tanto, es apropiado: que los sacerdotes se sienten junto con el obispo en un sector de la casa ubicada al oriente y que después de ellos, se sienten los laicos." 

N del A: hay que notar que los hombres y las mujeres se sentaban en sectores separados. Esto era costumbre en muchas iglesias hasta al menos 150 años atrás.

"Y cuando se levanten para rezar, los ministros lo hagan primero, y luego los laicos y finalmente las mujeres. Ahora, deberán permanecer mirando hacia el oriente para rezar, porque como sabéis, la escritura dice Alabad a Dios que asciende a lo más alto del cielo hacia el oriente." 

N del A: Nuevamente, la misa no era celebrada mirando al pueblo como muchos suponen de los primeros cristianos. Todos debían mirar hacia el oriente, tanto el clero como el pueblo. El texto cita a la Escritura como el motivo de esto. Dios está hacia el oriente, hacia el origen de la luz.

"Ahora bien, para los diáconos, uno se ubique siempre junto a las ofrendas eucarísticas y otro se pare a la salida para vigilar a aquellos que ingresen."

N del A: Hay que recordar que estos eran tiempos de persecución y que los primeros cristianos eran cuidadosos de solo permitir a los bautizados acceder a los sagrados misterios. A nadie más le estaba permitido entrar a la Liturgia Sagrada sino hasta que fueran bautizados. Esto era conocido como la disciplina arcanis o “disciplina del secreto”. Los diáconos eran los encargados de vigilar el acceso para mantener esta disciplina.

"A continuación, permitidle que ejerza su ministerio conjuntamente en la iglesia." 

N del A: Una vez que la puerta se encontraba cerrada y la Misa comenzaba, los diáconos tomaban su lugar en el presbiterio. Sin embargo, también parece ser que un diácono permanecía fuera del presbiterio a fin de mantener el orden entre los fieles.

"Y si hay alguno que no se encuentre sentado en su lugar, que el diácono lo reprenda y lo haga pararse y sentarse en su respectivo lugar. Asimismo, los jóvenes deberán sentarse en un sector, si es que hay lugar, y sino que permanezcan de pie. Aquellos de edad más avanzada deberán sentarse en otro sector; los niños se sentarán separados, o sus padres y madres deberán llevarlos consigo y mantenerse de pie; las niñas deberán sentarse en un lugar separado, y si es que no hay lugar, deberán permanecer de pie detrás de las mujeres; permitan que los jóvenes que están casados y tienen hijos pequeños se sienten separados, lo mismo las mujeres mayores y las viudas." 

N del A: Esto puede parecer un poco complicado, pero la idea detrás es que el lugar está determinado por el sexo y edad: los hombres a un lado, las mujeres al otro, los de mayor edad más adelante y los más jóvenes atrás. Por su parte, aquellos que debían cuidar de niños pequeños debían sentarse en un lugar separado.

"Un diácono deberá vigilar que todos quienes entren tomen su respectivo lugar, y que ninguno de ellos se siente en un lugar inapropiado. Asimismo, el diácono deberá velar que no haya nadie que susurre, duerma, ría o se quede dormido. 

N del A: ¡Espere un minuto! ¿Esto significa que alguna de estas cosas las hacían aquellos primeros cristianos? La necesidad sigue existiendo. 

"Porque en la Iglesia es necesario mantener la disciplina, una sobria vigilancia y un oído atento a la palabra del Señor."

N del A: Este consejo sigue plenamente vigente hasta el día de hoy.
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*Monseñor Charles Pope es sacerdote diocesano de la Arquidiócesis de Washington, EE.UU. El texto Original fue publicado en el siguiente sitio web: http://blog.adw.org/2009/08/a-sometimes-humorous-look-at-the-liturgy-of-the-early-church/

2 comentarios:

  1. Felicitaciones por la página. Un pequeño error, al hacer click el link del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote aparece la Fraternidad de San Pedro.

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    Respuestas
    1. Hemos corregido el error. Muchas gracias por su indicación y felicitaciones. Esperemos que el resto de las entradas también sean de su agrado.

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