Tal como se ha señalado en nuestra relación
histórica (la que se puede leer aquí), la Asociación Litúrgica Magnificat ha permanecido siempre fiel y en comunión con la Iglesia
Católica y su jerarquía. Lo anterior ha ocurrido a pesar de la convulsionada historia
que ha correspondido a la preservación de la Misa Tradicional. Magnificat ha decidido en todo momento mantenerse en plena unidad canónica con la Sede Romana y los obispos en
comunión con ella.
En este sentido, nuestra Asociación se pudo beneficiar en su oportunidad de las disposiciones del motu proprio Ecclesia Dei (1988) promulgado por San Juan Pablo II, para poder dar a conocer con mayor facilidad y mantener abiertamente el culto antiguo. Entre otras materias, el documento pontificio confirmaba lo señalado en el documento Quattuor Abhinc Annos (1984), respecto a que el Misal Romano promulgado por San Juan XXIII en 1962 nunca ha sido derogado o abrogado. Por otra parte, este motu proprio facilitó el otorgamiento de las autorizaciones en ese entonces requeridas para celebrar la Santa Misa y los demás sacramentos conforme a estos libros litúrgicos, y reiteró por otra parte la recomendación a los distintos Ordinarios de no ser desfavorables a los fieles que reclamaban el derecho a celebrar conforme a éstos.
En este sentido, nuestra Asociación se pudo beneficiar en su oportunidad de las disposiciones del motu proprio Ecclesia Dei (1988) promulgado por San Juan Pablo II, para poder dar a conocer con mayor facilidad y mantener abiertamente el culto antiguo. Entre otras materias, el documento pontificio confirmaba lo señalado en el documento Quattuor Abhinc Annos (1984), respecto a que el Misal Romano promulgado por San Juan XXIII en 1962 nunca ha sido derogado o abrogado. Por otra parte, este motu proprio facilitó el otorgamiento de las autorizaciones en ese entonces requeridas para celebrar la Santa Misa y los demás sacramentos conforme a estos libros litúrgicos, y reiteró por otra parte la recomendación a los distintos Ordinarios de no ser desfavorables a los fieles que reclamaban el derecho a celebrar conforme a éstos.
S.E.R. Carlos Oviedo Cavada
Arzobispo de Santiago
(1990-1998)
Fue en tal contexto de mayor aceptación de la liturgia tradicional que, a comienzos de la
década de 1990, nuestra Asociación contó con la pastoral solicitud y decidido
apoyo de S.E.R. Cardenal Carlos Oviedo Cavada, arzobispo de Santiago entre los
años 1990 y 1997. En este sentido, el Cardenal se apareció espontáneamente en
más de una ocasión en la Misa que celebrábamos una vez al mes en la capilla del
Campus Lo Contador, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y nos
autorizó (hacia fines de 1991) a que celebráramos la Santa Misa todos los primeros domingos de mes en la hermosa
iglesia de los Santos Ángeles Custodios, ubicada en la comuna de Providencia y antiguamente perteneciente al Seminario Mayor de Santiago. De este modo, durante los años 1991 y 1992 logramos contar con la celebración de
la Santa Misa todos los primeros y terceros domingos de mes. Vale la pena recordar también que, en dicha Iglesia,
el entonces arzobispo celebró para nosotros una Misa prelaticia, el día 10 de
noviembre de 1991, de la que lamentablemente no quedaron registros gráficos.
Desgraciadamente, y producto del cambio en el
párroco a cargo de la Iglesia a fines del año 1992, no se nos permitió continuar
haciendo uso de esta iglesia, debiendo limitarnos a nuestra Misa habitual en la
capilla del campus Lo Contador, los terceros domingos de cada mes. Los
esfuerzos por contar con una iglesia idónea y amplia para celebrar la Santa
Misa de conformidad a los libros litúrgicos vigentes en 1962 continuaron, pese a
haber sido expulsados de la iglesia de los Santos Ángeles Custodios.
Iglesia San Pedro de Alcántara en calle Mac Iver
(Imagen: Wikipedia Commons)
Es por ello que en 1994, con la ayuda de Monseñor Cristián Caro
Cordero, entonces Obispo Auxiliar de Santiago, nuestra Asociación obtuvo
permiso para celebrar la Santa Misa en la Iglesia San Pedro de Alcántara en la
calle Mac-Iver. Ésta reunía muy buenas condiciones y una céntrica ubicación,
aunque resultaba un tanto pequeña para las necesidades pastorales de nuestra
congregación, que en esos años reunía a cerca de 300 personas cada domingo.
Pese a la autorización concedida por el
arzobispado, las religiosas del Buen Pastor (oficialmente, Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor), a la sazón propietarias de la
iglesia, denegaron la autorización para utilizar el templo alegando “motivos
pastorales”, pese a que la capilla no se utilizaba de manera pública los días
domingo por la mañana. Es por esto que, como Asociación, escribimos una carta
al Cardenal Oviedo haciéndole presente los sinsabores en el desarrollo de
nuestro apostolado por la promoción de la Misa tradicional, en la cual le
solicitamos su apoyo en la búsqueda de una capilla definitiva. Pese a estos
esfuerzos, no se pudo concretar la asignación de una nueva iglesia, por lo que
se continuó celebrando la Santa Misa en la capilla del Campus Lo Contador por
más de una década, con una frecuencia de tan sólo una vez al mes. Sin embargo, cabe destacar que ese
mismo año Monseñor Oviedo dirigió una carta (de la que hemos tratado aquí), en la cual hace referencia a nuestra Asociación
y su apoyo a nuestro apostolado, indicando además que había extendido los permisos
concedidos en su tiempo por el anterior arzobispo de Santiago, Cardenal Juan
Francisco Fresno (1914-2004).
Carta enviada al Cardenal Oviedo por nuestra Asociación solicitando su ayuda en la búsqueda de una nueva iglesia
Ya el año 2007, nuestra situación mejoró ostensiblemente una
vez que fue anunciado y luego promulgado el motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, que otorgó aún más
facilidades para la celebración de la desde entonces denominada "forma extraordinaria" del rito romano, entendida como expresión de la misma lex credendi de la Iglesia. En este sentido, corresponde destacar el
establecimiento de un marco jurídico que permitió a cada sacerdote del rito
latino celebrar conforme a esta forma de la liturgia romana sin requerir de ninguna autorización
adicional, además de establecer claramente el derecho de los fieles a solicitar
a sus respectivos párrocos la celebración conforme a este venerable uso, el
cual no puede ser denegado.
Tras este positivo anuncio venido de Roma, nuestro
Presidente y un grupo de fieles de nuestra Asociación fueron recibidos en
audiencia el día 31 de julio de 2007 por el entonces arzobispo de Santiago,
Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien quedó de ayudarnos en el cometido de
conseguir una iglesia céntrica en la cual celebrar dominicalmente la Santa Misa
conforme a la forma extraordinaria del rito romano.
Carta enviada por nuestro capellán al Rctor del Colegio de la Iglesia de los Sagrados Corazones
Entretanto, para conmemorar como Asociación la entrada en
vigor del anhelado motu proprio, nuestro capellán, el Rvdo. Milan Tisma Díaz, solicitó al rector del Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, el uso de
su iglesia el viernes 14 de septiembre de 2007, a fin de celebrar una Santa Misa solemne en el día de la Exaltación de la Santa Cruz, conforme al calendario tradicional. Ese día, como es sabido, comenzó la vigencia de las nuevas normas sobre la Misa de siempre. Huelga decir que dicha ceremonia, de la cual ya hemos publicado aquí un completo
fotorreportaje, fue muy exitosa, en especial por la numerosa asistencia de
fieles que llegó a cerca de 400 personas, pese a que en otra iglesia de la ciudad se celebraba a la misma hora una Misa pontifical por el entonces operativo capítulo chileno de Juventutem.
Invitaciones distribuidas para la Misa de entrada en vigencia del motu proprio Summorum Pontificum
De conformidad a lo conversado en la audiencia con el Cardenal
Errázuriz , se le remitió una detallada relación (que se puede leer
aquí) en que
reseñamos todas las aprobaciones verbales y escritas recibidas por nuestra
Asociación, los lugares de culto donde se había celebrado la Santa Misa y, finalmente, nuestra solicitud formal de ayuda en la búsqueda de una nueva
iglesia donde poder celebrar, a tenor de las nuevas normas jurídicas
promulgadas con el motu proprio, con mayor frecuencia y visibilidad para
nuestro apostolado. En ese aspecto, recibimos una muy favorable acogida del
Cardenal Errázuriz, quien mediante misivas dirigidas a la superiora del Monasterio
de la Casa Matriz de las Hermanas de la Providencia y a don Luis Cordero,
miembro del cuerpo directivo de la Universidad San Sebastián, les solicitó que tuvieran
a bien permitirnos celebrar dominicalmente la Santa Misa conforme a los libros
litúrgicos publicados el año 1962 por San Juan XXIII, ya sea en la capilla del
Monasterio o en la iglesia de Nuestra Señora de la Victorias, respectivamente.
Carta del Cardenal Errázuriz a don Luis Cordero
Carta enviada por el Cardenal Errázuriz a la Hermana María Angélica Alvear, Superiora Provincial de las Hermanas de la Providencia
En atención a que la iglesia del antiguo Liceo
Alemán se encontraba en pleno proceso de restauración, se optó finalmente por
utilizar la imponente iglesia de las Hermanas de la Providencia, sita en la avenida del mismo nombre, que nos acogió
todos los domingos desde comienzos del año 2008 hasta que un incendio accidental
la destruyó completamente el 25 de enero de 2011. Cabe destacar que en dicha
iglesia tuvimos la gracia de contar con una Santa Misa pontifical presidida por
S.E.R. Cardenal Jorge Medina, con motivo del segundo aniversario de la entrada
en vigor del motu Ppoprio Summorum
Pontificum el día 14 de septiembre de 2009. A dicha ceremonia le dedicamos
un completo fotorreportaje que puede ser visto aquí.
Invitación a la Misa Pontifical celebrada por el Cardenal Medina
En resumidas cuentas, y tal como se ha reseñado
con anterioridad en esta misma bitácora, nuestra Asociación ha contado a lo largo
de toda su historia con sucesivas autorizaciones que respaldan nuestra
actividad en el seno de la Iglesia Católica y, en particular, al servicio de nuestra
Arquidiócesis de Santiago. En este sentido, podemos enumerar las siguientes:
1.- S.E.R. Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, obispo de Osorno y entonces
presidente del Comité para la Música Sacra de la Conferencia Episcopal de
Chile, quien otorgó la primera autorización el año 1966, para celebrar la Misa
en latín y con canto gregoriano.
2.- Padre Rafael Maroto, Vicario Zonal de la época, quien verbalmente nos autorizó a celebrar
la Santa Misa usando la liturgia romana tradicional.
3.- S.E.R. Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín, arzobispo de Santiago, quien nos
autorizó verbalmente a celebrar la Santa Misa una vez por mes, de conformidad a
las disposiciones contenidas en el documento Quattuor Abhinc Annos del año 1984.
4.- S.E.R. Cardenal Carlos Oviedo Cavada, arzobispo de Santiago, quien extendió los
permisos concedidos anteriormente por el Cardenal Fresno, en el sentido de
permitir la celebración de la Santa Misa con mayor frecuencia, facilitarnos la
celebración en una iglesia de mayor visibilidad que la capilla del Campus Lo
Contador y otorgar, tras su ordenación, permiso a nuestro capellán, el Rvdo, Milan
Tisma Díaz a celebrar conforme a los libros litúrgicos de 1962 cuando hubiere
necesidad pastoral.
5.- S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago, quien nos
recomendó en el proceso de encontrar una iglesia donde celebrar dominicalmente,
de conformidad al espíritu de reconciliación litúrgica y valoración de los
libros litúrgicos vigentes al año 1962, nunca abrogados, contenido en el motu
proprio Summorum Pontificum de S.S.
Benedicto XVI.
Corresponde finalizar señalando que, hoy en día, cuando dichas
autorizaciones ya no son necesarias a tenor de las normas jurídicas establecidas
en el motu proprio Summorum Pontificum,
corresponde reconocer y agradecer sinceramente a nuestros pastores por su
solicitud y acogida en momentos de tanta confusión e incomprensión a nuestra
causa, cuyo fin fue y es, en suma, cooperar con la preservación de los tesoros
litúrgicos de la iglesia latina en la ciudad de Santiago.
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