viernes, 31 de julio de 2015

Federico García Lorca en tres actos (II)


Les presentamos a continuación la segunda parte de una serie de tres entradas sobre el poeta español de la Generación del ’27 Federico García Lorca. En esta entrada, les ofrecemos su Oda al Santísimo Sacramento del Altar (1928). Esta composición poética, como lo observara en un artículo en el ABC el ya fallecido Cardenal don Marcelo González Martín, arzobispo emérito de Toledo, si bien delata una comprensión muy libre, enteramente personal y subjetiva –y, a ratos, casi estrambótica– del Santísimo Sacramento, arroja al mismo tiempo luz sobre una faceta casi olvidada de García Lorca, revelando un germen de fe que, pese a todas las circunstancias de la vida del poeta, parece no haberse extinguido nunca del todo. 




Conviene recordar aquí que, como nos lo enseña la Iglesia, el culto de Jesús Sacramentado, presente real y verdaderamente en la Hostia consagrada en Cuerpo, Alma, Vida y Divinidad, no se restringe exclusivamente a la  Santa Misa: “[…] "La Iglesia católica ha dado y continua dando este culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración: conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, llevándolas en procesión en medio de la alegría del pueblo" (Mysterium fidei, 56).” (Catecismo de la Iglesia Católica, § 1378).


La noción del culto eucarístico también fuera de la Santa Misa como elemento central e irrenunciable en la vida de la Iglesia es precisada por  la Instrucción de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos Redemtionis sacramentum, de 25 de marzo de 2004: “«El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración del sacrificio Eucarístico». Por lo tanto, promuévase insistentemente la piedad hacia la santísima Eucaristía, tanto privada como pública, también fuera de la Misa, para que sea tributada por los fieles la adoración a Cristo, verdadera y realmente presente […]” (núm. 134). Se insta así a los pastores (núm. 134) y, en particular, al obispo (núm. 136), a promover entre los fieles diversas prácticas de piedad eucarística, como las visitas al Santísimo (núm. 135); la adoración eucarística con presencia de los fieles, sea breve, prolongada o perpetua (núm. 136), siempre de acuerdo con los libros litúrgicos (núm. 137) y destinándose eventualmente una iglesia para la adoración perpetua (núm. 140); las procesiones y congresos eucarísticos (núm. 142 y siguientes); así como a alentar y apoyar a los fieles en la conformación de hermandades o asociaciones para la adoración eucarística (núm. 141).




Rafael Sanzio, La disputa del Sacramento (1509, Ciudad del Vaticano)


Oda al Santísimo Sacramento del Altar 

I. Exposición

Pange lingua gloriosi corporis misterium.

Cantaban las mujeres por el muro clavado
cuando te vi, Dios fuerte, vivo en el Sacramento,
palpitante y desnudo, como un niño que corre
perseguido por siete novillos capitales.

Vivo estabas, Dios mío, dentro del ostensorio.
Punzado por tu Padre con aguja de lumbre.
Latiendo como el pobre corazón de la rana
que los médicos ponen en el frasco de vidrio.

Piedra de soledad donde la hierba gime
y donde el agua oscura pierde sus tres acentos,
elevan tu columna de nardo bajo nieve
sobre el mundo de ruedas y falos que circula.

Yo miraba tu forma deliciosa flotando
en la llaga de aceites y paño de agonía,
y entornaba mis ojos para dar en el dulce
tiro al blanco de insomnio sin un pájaro negro.

Es así, Dios anclado, como quiero tenerte.
Panderito de harina para el recién nacido.
Brisa y materia juntas en expresión exacta,
por amor de la carne que no sabe tu nombre.

Es así, forma breve de rumor inefable,
Dios en mantillas, Cristo diminuto y eterno,
repetido mil veces, muerto, crucificado
por la impura palabra del hombre sudoroso.

Cantaban las mujeres en la arena sin norte,
cuando te vi presente sobre tu Sacramento.
Quinientos serafines de resplandor y tinta
en la cúpula neutra gustaban tu racimo.

II. Mundo

Agnus Dei qui tollis pecata mundi. Miserere nobis


Noche de los tejados y la planta del pie, 
silbaba por los ojos secos de las palomas.
Alga y cristal en fuga ponen plata mojada
los hombros de cemento de todas las ciudades.

La gillette descansaba sobre los tocadores
con su afán impaciente de cuello seccionado.
En la casa del muerto, los niños perseguían
una sierpe de arena por el rincón oscuro.

Escribientes dormidos en el piso catorce.
Ramera con los senos de cristal arañado.
Cables y media luna con temblores de insecto.
Bares sin gente. Gritos. Cabezas por el agua.

Para el asesinato del ruiseñor, venían
tres mil hombres armados de lucientes cuchillos.
Viejas y sacerdotes lloraban resistiendo
una lluvia de lenguas y hormigas voladoras.

Noche de rostro blanco. Nula noche sin rostro.
Bajo el sol y la luna. Triste noche del mundo.
Dos mitades opuestas y un hombre que no sabe
cuándo su mariposa dejará los relojes.

Debajo de las alas del dragón hay un niño.
Caballitos de cardio por la estrella sin sangre.
El unicornio quiere lo que la rosa olvida,
y el pájaro pretende lo que las aguas vedan.

Sólo tu Sacramento de luz en equilibrio
aquietaba la angustia del amor desligado.
Sólo tu Sacramento, manómetro que salva
corazones lanzados a quinientos por hora.

Porque tu signo es clave de llanura celeste
donde naipe y herida se entrelazan cantando,
donde la luz desboca su toro relumbrante
y se afirma el aroma de la rosa templada.

Porque tu signo expresa la brisa y el gusano.
Punto de unión y cita del siglo y el minuto.
Orbe claro de muertos y hormiguero de vivos
con el hombre de nieves y el negro de la llama.

Mundo, ya tienes meta para tu desamparo.
Para tu horror perenne de agujero sin fondo.
¡Oh Cordero cautivo de tres voces iguales!
¡Sacramento inmutable de amor y disciplina!

III. Demonio

Quia tu es Deus, fortitudo mea, quare me sepulisti?
et quare tristis incedo dum affligit me inimicus?

Honda luz cegadora de materia crujiente,
luz oblicua de espadas y mercurio de estrella,
anunciaban el cuerpo sin amor que llegaba
por todas las esquinas del abierto domingo.

Forma de la belleza sin nostalgias ni sueño.
Rumor de superficies libertadas y locas.
Medula de presente. Seguridad fingida
de flotar sobre el agua con el torso de mármol.

Cuerpo de la belleza que late y que se escapa.
Un momento de venas y ternura de ombligo.
Amor entre paredes y besos limitados,
con el miedo seguro de la meta encendida.

Bello de luz, oriente de la mano que palpa.
Vendaval y mancebo de rizos y moluscos.
Fuego para la carne sensible que se quema.
Níquel para el sollozo que busca a Dios volando.

Las nubes proyectaban sombras de cocodrilo
sobre un cielo incoloro batido por motores.
Altas esquinas grises y letras encendidas
señalaban las tiendas del enemigo Bello.

No es la mujer desnuda ni el duro adolescente
ni el corazón clavado con besos y lancetas.
No es el dueño de todos los caballos del mundo
ni descubrir el anca musical de la luna.

El encanto secreto del enemigo es otro.
Permanecer. Quedarse en la luz del instante.
Permanecer clavados en su belleza triste
y evitar la inocencia de las aguas nacidas.

Que al balido reciente y a la flor desnortada
y a los senos sin huellas de la monja dormida
responda negro toro de límites maduros
con la flor de un momento sin pudor ni mañana.

Para vencer la carne del enemigo bello,
mágico prodigioso de fuegos y colores,
das tu cuerpo celeste y tu sangre divina
en este Sacramento definido que canto.

Desciendes a la materia para hacerte visible
a los ojos que observan tu vida renovada
y vences sin espadas, en unidad sencilla,
al enemigo bello de las mil calidades.

¡Alegrísimo Dios! ¡Alegrísima Forma!
Aleluya reciente de todas las mañanas.
Misterio facilísimo de razón o de sueño,
si es fácil la belleza visible de la rosa.

Aleluya, aleluya del zapato y la nieve.
Alba pura de acantos en la mano incompleta.
Aleluya, aleluya de la norma y punto
sobre los cuatro vientos sin afán deportivo.

Lanza tu Sacramento semillas de alegría
contra los perdigones de dolor del Demonio,
y en el estéril valle de luz y roca pura
la aguja de la flauta rompe un ángel de vidrio.

IV. Carne

Qué bien os quedasteis
galán del cielo,
que es muy de galanes
quedarse en cuerpo
Lope de Vega, Canto de los cantares

Por el nombre del Padre, roca luz y fermento,
por el nombre del Hijo, flor y sangre vertida,
en el fuego visible del Espíritu Santo,
Eva quema sus dedos teñidos de manzana.

Eva gris y rayada con la púrpura rota,
cubierta con las mieles y el rumor del insecto.
Eva de yugulares y de musgo baboso
en el primer impulso torpe de los planetas.

Llegaban las higueras con las flores calientes
a destrozar los blancos muros de disciplina.
El hacha por el bosque daba normas de viento
a la pura dinamo clavada en su martirio.

Hilos y nervios tiemblan en la sección fragante
de la luna y el vientre que el bisturí descubre.
En el diván de raso los amantes aprietan
los tibios algodones donde duermen sus huesos.

¡Mirad aquel caballo cómo corre! ¡Miradlo
por los hombros y el seno de la niña cuajada!
¡Mirad qué tiernos ayes y qué son movedizo
oprimen la cintura del joven embalado!

¡Venid, venid! Las venas alargarán sus puntas
para morder la cresta del caimán enlunado,
mientras la verde sangre de Sodoma reluce
por la sala de un yerto corazón de aluminio.

Es preciso que el llanto se derrame en la axila,
que el mano recuerde blanda goma nocturna.
Es preciso que ritmos de sístole y diástole
empañen el rubor inhumano del cielo.

Tienen en lo más blanco huevecillos de muerte
(diminutos madroños de arsénico invisible),
que secan y destruyen el nervio de luz pura
por donde el alma filtra lección de beso y ala.

Es tu cuerpo, galán, tu boca, tu cintura,
el gusto de tu sangre por los dientes helados.
Es tu carne vencida, rota, pisoteada,
la que vence y relumbra sobre la carne nuestra.

Es el gesto vacío de lo libre sin norte
que se llena de rosas concretas y finales.
Adán es luz y espera bajo el arco podrido
las dos niñas de lumbre que agitaban sus sienes.

¡Oh Corpus Christi! ¡Oh Corpus de absoluto silencio,
donde se quema el cisne y fulgura el leproso!
¡Oh blanca forma insomne!
Angeles y ladridos contra el rumor de venas.

Federico García Lorca (Homenaje a Manuel de Falla)

lunes, 27 de julio de 2015

Primer Congreso Summorum Pontificum en Santiago de Chile

La semana pasada concluyó exitosamente en Santiago de Chile el primer congreso dedicado al motu proprio de S.S. Benedicto XVI Summorum Pontificum (2007), relativo a la aplicación de la liturgia romana tradicional. El Congreso tuvo lugar entre los días 20 y 23 de julio, en la casa de retiros Nuestra Señora de la Dehesa, comuna de Lo Barnechea, en la misma cuidad de Santiago.


Cartel promocional del Congreso Summorum Pontificum

El congreso fue organizado por iniciativa de los Pbros. Milan Tisma, de la Arquidiócesis  de Santiago, y Lucio Cáceres, de la Prelatura de Illapel, y contó con la invaluable colaboración de los Pbros. Carlos Bolelli, de la Arquidiócesis de La Serena, y Marcelo Guzmán, de la Diócesis de San Bernardo. Los cuatro sacerdotes tuvieron a cargo la organización del encuentro trabajando en diversas áreas. El congreso contó también con la colaboración de la Asociación de artes cristianas y litúrgicas Magnificat, Capítulo Chileno de la Federación Internacional Una Voce, así como de generosos bienhechores.

Participaron congresistas de Chile, Argentina, Perú, Bolivia y Francia, lo cual le imprimió al Congreso un fuerte carácter internacional. En total estuvieron presentes dieciocho sacerdotes y siete seglares. Algunos congresistas tuvieron régimen interno y otros participaron en las conferencias o talleres como asistentes externos. Particularmente destacable fue la visita del Sr. Guillaume Ferluc, colaborador de Paix Liturgique, quien viajó especialmente desde Roma, donde reside, para participar en el encuentro y quien tuvo acertadas e interesantes intervenciones durante todo el congreso.

 Foto oficial de los participantes del congreso

El congreso comenzó con la cena del día lunes 20 y el rezo del oficio de completas.

El martes 21 comenzó con la celebración de dos turnos de misas rezadas según la Forma Extraordinaria del rito romano, a las 7 y 7.30 horas, en los diversos altares laterales que fueron dispuestos en el oratorio principal de la casa. También se preparó un lugar idóneo que sirviera como oratorio reservado a la celebración de la Forma Ordinaria, en lengua latina y versus Deum, para los sacerdotes que aún no sabían celebrar en la Forma Extraordinaria, pues una de las finalidades más importantes del congreso era precisamente dar a conocer los tesoros de la liturgia tradicional a sacerdotes que no estuvieran todavía familiarizados con ella, ofreciéndoles talleres de celebración según el misal romano de 1962.


Celebración de misas rezadas en simultáneo en el oratorio de la Casa de Retiros

Altar acondicionado para la celebración de la Forma Ordinaria

La conferencia inaugural fue pronunciada por el Cardenal Jorge Medina Estévez, Prefecto que fue de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (1998-2002), quien centró su intervención en el sentido sacrificial de la Santa Misa. Explicó los elementos del sacrificio ritual, hizo un completo recorrido por los diversos sacrificios del Antiguo Testamento, explicó el sentido que adquiere el sacrificio en el Nuevo Testamento, trató la relación entre sacerdocio y sacrificio, y realizó una recapitulación final.


S.E.R. Cardenal Jorge Medina dictando la charla inaugural

Asistentes a la conferencia de S.E.R. Card. Jorge Medina

La segunda conferencia estuvo a cargo del Profesor Dr. Augusto Merino Medina, Vicepresidente de la Asociación Magnificat, quien trató el tema de la reforma litúrgica. Fue una exposición muy amena y clara. El profesor Medina se refirió a los motivos de la reforma litúrgica, las reformas proyectadas y autorizadas por los Padres Conciliares, los criterios y normas para la realización de dichas reformas y el papel del Consilium, entre otros temas. Concluyó con reflexiones muy lúcidas sobre la situación litúrgica actual y delineando orientaciones para el futuro inmediato.


El Prof. Dr. Medina dictando su conferencia sobre la reforma litúrgica

En la tarde, después del canto de Nona, se desarrollaron dos talleres de entrenamiento litúrgico para aprender a celebrar la misa rezada. Hubo dos grupos, uno a cargo del Pbro. Carlos Bolelli y otro a cargo del Pbro. Milan Tisma. También se desarrolló un taller litúrgico orientado a los seglares a cargo del Profesor David Cortés, con la colaboración del diácono Adolfo Hormazábal, del Instituto del Buen Pastor.


Taller de entrenamiento litúrgico destinado a la celebración de la Misa rezada

Luego se celebraron las Vísperas solemnes con canto y acompañamiento de órgano, seguidas de la cena, tertulia y canto de completas.

El miércoles 22, las conferencias del día estuvieron precedidas de dos turnos de Misas matutinas en la forma extraordinaria, así como de la celebración en la Forma Ordinaria, siguiendo el deseo del papa Benedicto XVI de que ambas formas se complementen.

La primera conferencia estuvo a cargo del profesor Dr. Mario Correa Bascuñán, quien trató el tema de la situación jurídica de la Forma Extraordinaria a la luz de Summorum Pontificum. Su intervención fue atentamente seguida por los participantes y surgieron diversas e interesantes preguntas que fueron competentemente respondidas.


Prof. Dr. Mario Correa Bascuñán dictando su charla sobre la situación jurídica de la forma extraordinaria

La segunda conferencia del día fue dictada por el profesor Luis González, organista de la Asociación Magnificat. Luego de hacer una introducción sobre la naturaleza, fines y cualidades de la música destinada al culto divino, dio sugerencias prácticas para la ejecución de la música en el contexto de la forma extraordinaria.


En la tarde, después del canto de Nona, se desarrolló un taller de entrenamiento litúrgico-musical en plenario, a cargo del profesor González.


Taller de entrenamiento musical con el maestro Luis González

Luego, a hora conveniente, todos los congresistas se trasladaron a la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, donde el Pbro. Lucio Cáceres cantó la Misa acompañado de un buen número de fieles. Vale recordar que dicha iglesia es la misma donde todos los domingos y fiestas de guardar se celebra la Santa Misa según la forma extraordinaria organizada por la Asociación Magnificat, la  cual celebra en 2016 su quincuagésimo aniversario. El acompañamiento musical estuvo a cargo del organista titular de la asociación, profesor Luis González, y del coro Viri Cantores bajo la dirección del Sr. Alfredo Díaz. Participaron los acólitos de la asociación bajo la guía del Maestro de Ceremonias, Sr. Sebastián Guijarro. Predicó el Pbro. Carlos Bolelli y dirigió el canto de los fieles el Pbro. Milan Tisma. Fue una hermosa celebración que permitió a muchos fieles asociarse a las actividades del Congreso. Luego, el Presidente de la Asociación Magnificat ofreció un cóctel en su residencia a todos los congresistas, el que fue un agradable momento de camaradería y permitió a los participantes intercambiar impresiones personales sobre el congreso.

El jueves 23, tal como en los días precedentes,  las conferencias del día se iniciaron después de las misas matutinas.

La primera conferencia estuvo a cargo del Pbro. Milan Tisma, capellán de la Asociación Magnificat. Ofreció un testimonio de su experiencia como párroco que celebra desde hace años en ambas formas del rito romano. Llamó a recuperar el sentido de lo sagrado, a poner a disposición de los fieles el tesoro de la liturgia tradicional y a contribuir, por medio de una eficaz acción pastoral, a la reconciliación y a la paz litúrgica dentro de la Iglesia. Finalmente dio algunas directrices de orden práctico para introducir la celebración de la Forma Extraordinaria en una comunidad, atendiendo a los criterios de gradualidad y de incremento.


Pbro. don Milan Tisma, capellán de la Asociación Litúrgica Magnificat, dictando su charla

La conferencia de clausura fue pronunciada por el profesor Dr. Julio Retamal Favereau, presidente y fundador de la Asociación Litúrgica Magnificat, y trató sobre la historia del rito romano. Después de recorrer los diversos períodos de formación de la liturgia explicó los orígenes apostólicos y patrísticos de la Misa romana tradicional. Concluyó su exposición invitando a los presentes a perseverar en el empeño de recuperar el sentido de sacralidad de la liturgia y a mantener las antiquísimas instituciones litúrgicas y rituales que hemos heredado de nuestros antepasados en la continua y homogénea evolución de nuestro rito. Se mostró especialmente complacido por la iniciativa del congreso y esperanzado por el futuro de la Forma Extraordinaria dentro de la Iglesia latina.


Prof. Dr. Julio Retamal, fundador y presidente de la Asociación Litúrgica Magnificat, dictando su charla

Después del almuerzo final se realizó el sorteo entre los participantes del encuentro de un misal bilingüe para los fieles y un misal para el altar.


Ganadores del Misal de Fieles y del Misal de Altar

Para concluir el congreso, se dio la bendición eucarística y se cantó el himno Te Deum.


Bendición eucarística final

Especial mención merecen los esfuerzos de la secretaría del congreso a cargo del Sr. Francisco Ocaranza, el competente oficio de organista del Sr. Matías Morales y la invaluable ayuda en labores de servicio y acolitado de los Sres. Benjamín Cortés y David Cortés.

Los participantes formularon votos para que un próximo congreso se desarrolle el año 2016.

Ofrecemos, por último, una selección adicional de fotografías del congreso, así como de la Missa cantata celebrada con ocasión de éste:

Misa rezada, elevación del cáliz. Pbro. don Carlos Bolelli

Misa rezada. Pbro. don Milan Tisma

Misa rezada, oraciones al pie del altar. Pbro. don Lucio Cáceres.

Misa rezada, preces leoninas. Pbro. don Marcelo Guzmán

***












Missa cantata en Nuestra Señora de la Victoria. Celebrante: Pbro. don Lucio Cáceres


Actualización [9 de diciembre de 2015]: El sitio New Liturgical Movement ha dedicado un artículo al congreso, acompañado de una galería fotográfica. Agradecemos su gentileza por difundir esta iniciativa.