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viernes, 10 de diciembre de 2021

Misa de réquiem por el Rvdo. Milan Tisma Díaz

La familia y un grupo de amigos y feligreses del Rvdo. Milan Tisma Díaz, que fuera nuestro capellán por casi 25 años, nos han pedido que informemos a todos quienes lo conocieron y quieran unirse, que mañana sábado 11 de diciembre, a las 11.30 horas, se cantará una Misa de réquiem por el descanso eterno de su alma en la Iglesia del Corazón Doloroso e Inmaculado de María (Talavera de la Reina 430, comuna de Las Condes, Metro L1 Los Dominicos). 

Rvdo. Milan Tisma Díaz
(Foto: Bensonians)

domingo, 28 de noviembre de 2021

Funerales del Rvdo. Milan Tisma Díaz

La Asociación de Artes Cristianas y Litúrgicas Magnificat lamenta comunicar el sensible fallecimiento del Rvdo. Milan Tisma Díaz. Su muerte se produjo de manera inesperada a primeras horas de la mañana de ayer, sábado 27 de noviembre, a raíz de un paro cardiocirculatorio. 

Ordenado por el cardenal Carlos Oviedo Cavada, el Rvdo. Milan Tisma Díaz pertenecía al presbiterio de la Arquidiócesis de Santiago, habiendo sido su último destino pastoral la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen del Salto, en la comuna de Recoleta. Entre 1997 y 2021 se desempeñó además como capellán de nuestra Asociación. Era también capellán magistral de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, y director de la Fundación de la Divina Misericordia, cuya devoción tanto contribuyó a difundir. 

El Rvdo. Milan Tisma Díaz
(Foto: Archivo de nuestra Asociación)

Desde esta tarde, su cuerpo será velado en el Primer Monasterio de la Visitación (Huérfanos 2399, Santiago), donde también fue capellán. A las 18.00 horas de hoy se ofrecerá una Misa por su alma y mañana, a las 13.30 horas,  tendrá lugar la Misa de exequias. 

Requiem aeternam dona ei Domine.

Et lux perpetua luceat ei.

Requiescat in pace.

jueves, 22 de julio de 2021

Suspensión indefinida de la Santa Misa dominical

Con hondo pensar, la Asociación de Artes Cristianas y Litúrgicas Magnificat comunica a todos sus feligreses y bienhechores la suspensión indefinida de la Santa Misa celebrada conforme con los libros litúrgicos anteriores a la reforma de 1970. 

Como es sabido, el pasado 16 de julio, mientras el país celebraba la fiesta de su patrona la Virgen del Carmen, fue promulgado el motu proprio Custodes Traditionis, que restringe la celebración de la Misa tradicional según las indicaciones que prevea al efecto el Ordinario del lugar. Dicho documento entró de vigor de inmediato y en él se establece que es necesario que el Obispo designe un delegado que se encargue de la celebración de la Santa Misa y de la atención pastoral de aquellos grupos de fieles que viven su fe según los antiguos libros litúrgicos. Esa celebración no puede tener lugar en iglesias parroquiales, como lo venía haciendo nuestra Asociación desde que las medidas sanitarias decretadas por la pandemia de COVID-19 permitieron la reanudación del culto litúrgico. 

Para cumplir con la nueva normativa, realizaremos las gestiones correspondientes con el fin de poder volver a celebrar la Santa Misa como se ha hecho de forma ininterrumpida desde 1966. Mientras tanto, pedimos a todos quienes participan de nuestra Asociación que tengan en sus oraciones este propósito. 

Les informaremos a través de esta bitácora y de nuestras redes sociales cuando reanudemos la celebración de la Santa Misa.  Quien desee asistir a Misa de siempre puede hacerlo en alguno de los otros lugares donde ella se reza cada domingo. En esta entrada hicimos un directorio de Misas tradicionales en Chile, aunque desconocemos si en esos lugares se sigue diciendo la Misa en los horarios señalados. 

Esta bitácora continuará actualizándose de la manera acostumbrada. 

Pedro Subercaseaux, La primera Misa celebrada en Chile, 1904, Museo Nacional de Bellas Artes (Chile)
(Imagen: Wikipedia)

sábado, 20 de enero de 2018

50 años de Magnificat: Recordando al Padre Antonio Grill SDB (1921-2015)

Retomamos esta sección para dedicar unas palabras en recuerdo al sacerdote salesiano Antonio Grill Sevénikar (1921-2015), quien fuera capellán de nuestra asociación por cerca de diez años (1986-1996) en el período inmediatamente precedente a nuestro actual capellán, el Rvdo. Milan Tisma. El padre Grill fue un longevo e incansable sacerdote salesiano, que desempeñó su apostolado y ministerio sacerdotal en nuestro país en el ámbito misionero y educativo. Hacia los últimos años de su vida el padre Grill fue un gran impulsor de la devoción de la Divina Misericordia, así como de la piedad litúrgica tradicional, sirviendo a diversos grupos que solicitaran la celebración de los sacramentos según los libros litúrgicos promulgados por San Juan XXIII el año 1962. La reseña que sigue sobre su vida y su funeral está tomada del sitio de la Orden Salesiana en Chile y del Colegio Patrocinio San José (que se pueden visitar aquí y aquí, respectivamente) al igual que las fotografías (cuyo álbum original se puede consultar aquí).

R.P. Antonio Grill SDB 
(1921-2015)

El R.P. Antonio Grill Sevénikar SDB nació el 12 de junio de 1921 en Sostanj, provincia de Ljubliana en la actual Eslovenia (entonces Yugoslavia). Conoció la Orden Salesiana en su lugar natal. Con tan sólo 14 años ingresó al aspirantado de la orden en Verzej, localidad ubicada en el noreste de su patria natal, en agosto del año 1935. En atención a sus cualidades personales, su devoción a la Santísima Virgen María y su rectitud de intención, los formadores de la casa permitieron que fuera aceptado en el noviciado, que realiza entre los años 1940 y 1941 en la ciudad de Radna, Eslovenia.

Luego de realizar su primera profesión el 17 de octubre de 1941, ya en plena Segunda Guerra Mundial, el padre Antonio continúa su formación como religioso en diversas casas de la Orden, pasando varios años de formación en aquellas de Bagnolo y Bollengo, ambas ubicadas en la región del Piemonte. El padre Grill hará sus votos perpetuos en esta última casa, donde se desempeñaba como asistente, el día 12 de septiembre de 1946. Seguramente motivado en parte por los relatos de los misioneros que visitaban su residencia, el padre Antonio solicita ser enviado a las misiones, llegando a Chile a mediados de 1947, después de haber recibido en crucifijo misionero en la Basílica de Turín, integrando la 77ª expedición misionera de la Orden.

Una vez llegado al país se integra inmediatamente a los estudios teológicos en La Cisterna, cuyo director era el padre Carlos Orlando. En este ambiente, donde confluían hermanos de su misma nacionalidad y de otros lugares del mundo, hará su mayor discernimiento y solicitará la ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 27 de noviembre de 1948, recibiendo el Sacramento del Orden por imposición de manos de S.E.R. Monseñor Pío Fariña, entonces Obispo Auxiliar de Santiago, en el Templo de la Gratitud Nacional, el cual ha estado tradicionalmente a cargo de la Orden Salesiana.

El R.P. Grill en el Colegio Patrocinio de San José, donde ejerció su ministerio los últimos 30 años de su vida

El padre Grill desempeñó desde entonces un incansable apostolado, al servicio de la Iglesia y su familia religiosa, que lo llevó a los más diversos lugares y ambientes de nuestro país, la cual amó e hizo su lugar de evangelización permanente. Uno de sus primeros encargos fue el cargo de asistente, profesor y capellán del Colegio Don Bosco de Iquique entre los años 1950 y 1954. Luego, entre los años 1955 y 1956 sirvió como consejero y catequista en la Escuela Agrícola de Pochocay. Durante el año 1957 estará en el Oratorio de Don Bosco, desempeñando el cargo de consejero escolar, para retornar hasta el año 1960 a Iquique, como catequista y rector de la Iglesia del Sagrado Corazón.

Entre los años 1961 y 1967, el padre Grill se desempeñó como catequista del colegio y rector del Santuario de María Auxiliadora en Talca, para luego servir como director de la pequeña escuela Sagrada Familia de Macul entre los años 1968 y 1972, que atendía a los hijos de las familias pobres del sector. Los años 1973 y 1974 los vivirá en Los Andes sirviendo en capellanías y apostolado libre, contando para ello con la autorización del inspector salesiano de la época, para luego ser nombrado vicario parroquial en El Almendral, San Felipe, cargo que ocupa entre los años 1975 y 1976.

Para el final de la década de los setenta y comienzos de los años ochenta, esto es hacia el año 1984, el padre Antonio volverá a ejercer su ministerio pastoral en Iquique, esta vez casi exclusivamente en el Altiplano, realizando una tarea heroica por la extensión de los terrenos que recorría y por la atención pastoral de tantos pueblos perdidos en la soledad de las montañas, el clima adverso y el rigor de no contar con muchos recursos. Para el año 1985 fue destinado a la comunidad de Valparaíso, siendo responsable de la casa de Quilpué.

El año 1986, y ya con 65 años de edad, el padre Grill fue destinado de manera definitiva al Oratorio de don Bosco en Santiago donde, en la medida de sus posibilidades, desempeñaba diferentes servicios como confesor, capellán de la cárcel de Colina, difusor de la devoción de la Divina Misericordia y otras múltiples devociones.

Es en este contexto que el padre Antonio prestó invaluablemente sus servicios como capellán para nuestra Asociación, celebrando la Santa Misa según los libros litúrgicos vigentes al año 1962, de manera regular en la capilla del Campus Lo Contador de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El padre Antonio, para ese entonces de avanzada edad, colaboró de manera dedicada a nuestra Asociación hasta fines del año 1996, fecha en la que nuestro actual capellán, el Rvdo. Milan Tisma, recibiera la ordenación sacerdotal y le fuera encomendado el cuidado de la capellanía de nuestra agrupación, para lo cual contó con el beneplácito y autorización verbal del entonces arzobispo de Santiago, Cardenal Carlos Oviedo Cavada.

Cabe destacar que el padre Grill continuó con la celebración pública y privada de la Santa Misa tradicional aún después de que nuestro actual capellán asumiera sus funciones. En efecto, celebró regularmente para el grupo de fieles que se reunía dominicalmente en la iglesia de San Isidro Labrador, del cual ya hemos tratado aquí, y que se constituyó con posterioridad a la entrada en vigor del motu proprio Summorum Pontificum. En los últimos años de su vida, era habitual verlo celebrar la Santa Misa en día de semana en la iglesia de la Veracruz, sita en el barrio Lastarria, conforme a la forma ordinaria. Lo anterior da cuenta del celo sacerdotal de este notable misionero esloveno, que hizo de Chile su patria y lugar de ejercicio de su ministerio sacerdotal.

El padre Antonio Grill falleció en Santiago la madrugada del día 17 de septiembre de 2015 a los 94 años de edad, contando con 74 años de vida religiosa y estando próximo a cumplir 66 años de sacerdocio, habiendo vivido en Chile por 68 años. Sus funerales se efectuaron en la capilla del Colegio el Patrocinio de San José. El jueves 17 de septiembre, el Cardenal Arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati, miembro de su congregación, presidió la primera Eucaristía por el alma del difunto padre Grill. Su misa de funeral fue celebrada el día 18 de septiembre, día en que Chile celebra sus Fiestas Patrias, y fue presidida por el padre Galvarino Jofré, concelebrada por el Obispo Emérito de Punta Arenas monseñor Tomás González y salesianos de diversas comunidades. Posteriormente sus restos mortales fueron trasladados y sepultados en el mausoleo de la orden en el Cementerio Católico de Santiago. A continuación les ofrecemos algunas fotografías de su funeral:



sábado, 30 de diciembre de 2017

50 años de Magnificat: la Misa pontifical de S.E.R. Mons. Bernardino Piñera

El 7 de julio de 2007 se hizo realidad una noticia que venía circulando desde hacía tiempo en el ambiente tradicional. Ese día fue promulgado Summorum Pontificum, una carta apostólica en forma motu proprio mediante la cual el papa Benedicto XVI dio una mayor facilidad para el uso en del misal y los demás libros litúrgicos vigentes en 1962. Dicho texto estaba acompañado por una carta explicativa del propio pontífice dirigida a los obispos del mundo, donde explica las razones que justificaban la libertad concedida a cualquier sacerdote para oficiar la desde entonces denominada "forma extraordinaria" del rito romana. Summorum Pontificum preveía que su entrada en vigor era el 14 de septiembre de aquel año, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

Su Santidad Benedicto XVI bendice a los fieles al finalizar la Misa de Pentecostés de 2010
(Foto: Datum)

Por aquel entonces había otros grupos en la ciudad de Santiago de Chile interesados en promover y difundir la Misa tradicional, la cual era celebrada diariamente por un apostolado del recién creado apostolado del Instituto del Buen Pastor confiado al Rvdo. Rafael Navas. Uno de esos grupos organizó una Misa pontifical en la Iglesia de San Isidro Labrador, donde posteriormente siguió celebrándose de manera habitual una Misa rezada por nuestro ex capellán, el P. Antonio Gril Sevenikar, S.D.B. (véase aquí, aquí, aquí, aquí y aquí), y por el Rvdo. Federico Monckeberg, de la Prelatura del Opus Dei (véase aquí), quien hoy oficia privadamente. En algún momento, los participantes de esas iniciativas estuvieron ligados a nuestra Asociación, tomando después otros caminos. 

El Rvdo. Milan Tisma Díaz, capellán de nuestra Asociación, visita al Rvdo. Rafael Navas (IBP) en el oratorio de Santa Teresita del Niño Jesús (2007)

Así pues, mientras nuestra Asociación celebrada una concurrida Misa solemne con la asistencia del Cardenal Jorge Medina Estévez, Prefecto emérito, en la capilla del Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, de cuyo recuerdo nos hemos ocupado en una entrada anterior, a las 19.00 horas de ese mismo 14 de septiembre se celebró la Misa pontifical de la Exaltación de la Cruz oficiada por S.E.R. Bernardino Piñera Carvallo, Arzobispo emérito de la Serena, también con gran asistencia de fieles, entre ellos muchos que participaban de nuestra Asociación. En su homilía, monseñor Piñera se refirió a la decisión del Santo Padre de quitar las dificultades para la celebración de la Santa Misa según la forma tradicional y también hizo alusión a la fiesta que se celebraba, comentando la importancia de la Cruz y de la renovación incruenta que se produce en la Misa. Al final de la ceremonia se dio a venerar la preciosa reliquia del Lignum Crucis. Durante toda la Misa hubo sacerdotes confesando. 

Monseñor Bernardino Piñera predica la homilía desde el púlpito

Monseñor Bernardino Piñera Carvallo nació en París el 22 de septiembre de 1915, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por José Manuel Piñera Figueroa y Elena Carvallo Castillo. Estudió Medicina en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde obtuvo el título de médico en 1941. Posteriormente realizó sus estudios de especialización en la ciudad de Cleveland (Ohio). El 5 de abril de 1947 fue ordenado sacerdote por el Cardenal José María Caro. Cumplió funciones como asesor general de la Acción Católica y asesor nacional de la Asociación Nacional de la Juventud Católica Femenina. Se desempeñó también como Vicerrector de su alma mater entre 1950 y 1953, siendo designado camarero secreto de Su Santidad en 1957. Al año siguiente, el 11 de febrero de 1958, el Papa Pío XII lo designó como Obispo titular de Prusiade y auxiliar de Monseñor Manuel Larraín Errázuriz en la diócesis de Talca. Recibió la consagración episcopal de manos de este último el 27 de abril de 1958, actuando como co-consagrantes Monseñor Pío Alberto Fariña y Monseñor Emilio Tagle Covarrubias. Eligió como lema episcopal la frase Servus Tuus Sum Ego tomada del Salmo 118. Entre 1960 y 1977 fue Obispo de Temuco, ministerio al que renunció para ocupar la Secretaria General de la Conferencia Episcopal de Chile. En esa calidad asistió a las sesiones del Concilio Vaticano II. Sirvió este cargo hasta 1983, cuando fue nombrado Arzobispo de La Serena. Entre 1984 y 1987 fue Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, de suerte que le correspondió organizar el viaje que San Juan Pablo II hizo al país en abril de ese año. En 1990, al cumplir los 75 años de edad, presentó su renuncia y se convirtió en arzobispo emérito. Con 102 años, monseñor Piñera es en la actualidad el obispo más anciano del mundo. 

Los obispos chilenos que participaron en el Concilio Vaticano II

La Iglesia de San Isidro Labrador, sita en Santa Victoria 566, comuna de Santiago, tiene una larga historia asociada a los desastres naturales que cada cierto tiempo asolan la ciudad. La parroquia de tal nombre fue fundada el 15 de mayo de 1686 por S.E.R. Diego de Umanzoro, a la sazón Obispo de Santiago. La iglesia se construyó con adobe y aislada entre chacra y corrales. En 1754, el Marqués de Casa Real, don Francisco García Huidobro, hizo demoler dicha iglesia y ordenó la construcción de un nuevo templo (el segundo), hecho de cal y ladrillo, con fuertes cimientos de piedra canteada. En 1842 se iniciaron los trabajos de la tercera iglesia, ubicada 100 metros al sur de la antigua construcción, a cargo del párroco Don Blas de los Reyes, los que estuvieron concluidos en 1848. Casi cincuenta años después, en 1896, comenzó la construcción del cuarto y actual templo, emplazado en el mismo lugar del anterior. Obra del arquitecto Ignacio Cremonesi, la nueva iglesia fue inaugurada en 1903. Sin embargo, en 1906, a raíz del fuerte terremoto de ese año, el constructor Ricardo Echeverría realizó trabajos de refacción y agregó una cúpula sobre el altar mayor, la que se derrumbó el 2 de diciembre de 1921. En 1977, la iglesia fue declarada monumento histórico. Dañada por el terremoto de 1985 y nuevamente por el de 2010, la iglesia se encuentra actualmente cerrada y las funciones parroquiales se cumplen en un espacio aledaño.

Fachada de la Iglesia de San Isidro Labrador. La fotografía fue tomada en 2008 y evidencia los daños ocasionados por el terremoto de 1985
(Foto: Urbatorivm)

Para acabar, les dejamos algunas imágenes tomadas durante esa Misa pontifical celebrada por monseñor Bernardino Piñera hace diez años, las cuales han sido tomadas de la bitácora de la Parroquia de San Isidro Labrador con excepción de aquella de mejor resolución (publicada originalmente en La Tradición católica). 






jueves, 9 de noviembre de 2017

50 años de Magnificat: El apoyo recibido por nuestra Asociación de parte de nuestros Arzobispos

Tal como se ha señalado en nuestra relación histórica (la que se puede leer aquí), la Asociación Litúrgica Magnificat ha permanecido siempre fiel y en comunión con la Iglesia Católica y su jerarquía. Lo anterior ha ocurrido a pesar de la convulsionada historia que ha correspondido a la preservación de la Misa Tradicional. Magnificat ha decidido en todo momento mantenerse en plena unidad canónica con la Sede Romana y los obispos en comunión con ella. 

En este sentido, nuestra Asociación se pudo beneficiar en su oportunidad de las disposiciones del motu proprio Ecclesia Dei (1988) promulgado por San Juan Pablo II, para poder dar a conocer con mayor facilidad y mantener abiertamente el culto antiguo. Entre otras materias, el documento pontificio confirmaba lo señalado en el documento Quattuor Abhinc Annos (1984), respecto a que el Misal Romano promulgado por San Juan XXIII en 1962 nunca ha sido derogado o abrogado. Por otra parte, este motu proprio facilitó el otorgamiento de las autorizaciones en ese entonces requeridas para celebrar la Santa Misa y los demás sacramentos conforme a estos libros litúrgicos, y reiteró por otra parte la recomendación a los distintos Ordinarios de no ser desfavorables a los fieles que reclamaban el derecho a celebrar conforme a éstos.

S.E.R. Carlos Oviedo Cavada
Arzobispo de Santiago
(1990-1998)

Fue en tal contexto de mayor aceptación de la liturgia tradicional que, a comienzos de la década de 1990, nuestra Asociación contó con la pastoral solicitud y decidido apoyo de S.E.R. Cardenal Carlos Oviedo Cavada, arzobispo de Santiago entre los años 1990 y 1997. En este sentido, el Cardenal se apareció espontáneamente en más de una ocasión en la Misa que celebrábamos una vez al mes en la capilla del Campus Lo Contador, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y nos autorizó (hacia fines de 1991) a que celebráramos la Santa Misa todos los primeros domingos de mes en la hermosa iglesia de los Santos Ángeles Custodios, ubicada en la comuna de Providencia y antiguamente perteneciente al Seminario Mayor de Santiago. De este modo, durante los años 1991 y 1992 logramos contar con la celebración de la Santa Misa todos los primeros y terceros domingos de mes. Vale la pena recordar también que, en dicha Iglesia, el entonces arzobispo celebró para nosotros una Misa prelaticia, el día 10 de noviembre de 1991, de la que lamentablemente no quedaron registros gráficos.

Desgraciadamente, y producto del cambio en el párroco a cargo de la Iglesia a fines del año 1992, no se nos permitió continuar haciendo uso de esta iglesia, debiendo limitarnos a nuestra Misa habitual en la capilla del campus Lo Contador, los terceros domingos de cada mes. Los esfuerzos por contar con una iglesia idónea y amplia para celebrar la Santa Misa de conformidad a los libros litúrgicos vigentes en 1962 continuaron, pese a haber sido expulsados de la iglesia de los Santos Ángeles Custodios.

Iglesia San Pedro de Alcántara en calle Mac Iver

Es por ello que en 1994, con la ayuda de Monseñor Cristián Caro Cordero, entonces Obispo Auxiliar de Santiago, nuestra Asociación obtuvo permiso para celebrar la Santa Misa en la Iglesia San Pedro de Alcántara en la calle Mac-Iver. Ésta reunía muy buenas condiciones y una céntrica ubicación, aunque resultaba un tanto pequeña para las necesidades pastorales de nuestra congregación, que en esos años reunía a cerca de 300 personas cada domingo.

Pese a la autorización concedida por el arzobispado, las religiosas del Buen Pastor (oficialmente, Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor), a la sazón propietarias de la iglesia, denegaron la autorización para utilizar el templo alegando “motivos pastorales”, pese a que la capilla no se utilizaba de manera pública los días domingo por la mañana. Es por esto que, como Asociación, escribimos una carta al Cardenal Oviedo haciéndole presente los sinsabores en el desarrollo de nuestro apostolado por la promoción de la Misa tradicional, en la cual le solicitamos su apoyo en la búsqueda de una capilla definitiva. Pese a estos esfuerzos, no se pudo concretar la asignación de una nueva iglesia, por lo que se continuó celebrando la Santa Misa en la capilla del Campus Lo Contador por más de una década, con una frecuencia de tan sólo una vez al mes. Sin embargo, cabe destacar que ese mismo año Monseñor Oviedo dirigió una carta (de la que hemos tratado aquí), en la cual hace referencia a nuestra Asociación y su apoyo a nuestro apostolado, indicando además que había extendido los permisos concedidos en su tiempo por el anterior arzobispo de Santiago, Cardenal Juan Francisco Fresno (1914-2004).


Carta enviada al Cardenal Oviedo por nuestra Asociación solicitando su ayuda en la búsqueda de una nueva iglesia

Ya el año 2007, nuestra situación mejoró ostensiblemente una vez que fue anunciado y luego promulgado el motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, que otorgó aún más facilidades para la celebración de la desde entonces denominada "forma extraordinaria" del rito romano, entendida como expresión de la misma lex credendi de la Iglesia. En este sentido, corresponde destacar el establecimiento de un marco jurídico que permitió a cada sacerdote del rito latino celebrar conforme a esta forma de la liturgia romana sin requerir de ninguna autorización adicional, además de establecer claramente el derecho de los fieles a solicitar a sus respectivos párrocos la celebración conforme a este venerable uso, el cual no puede ser denegado. 

Tras este positivo anuncio venido de Roma, nuestro Presidente y un grupo de fieles de nuestra Asociación fueron recibidos en audiencia el día 31 de julio de 2007 por el entonces arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, quien quedó de ayudarnos en el cometido de conseguir una iglesia céntrica en la cual celebrar dominicalmente la Santa Misa conforme a la forma extraordinaria del rito romano.

Carta enviada por nuestro capellán al Rctor del Colegio de la Iglesia de los Sagrados Corazones

Entretanto, para conmemorar como Asociación la entrada en vigor del anhelado motu proprio, nuestro capellán, el Rvdo. Milan Tisma Díaz, solicitó al rector del Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, el uso de su iglesia el viernes 14 de septiembre de 2007, a fin de celebrar una Santa Misa solemne en el día de la Exaltación de la Santa Cruz, conforme al calendario tradicional. Ese día, como es sabido, comenzó la vigencia de las nuevas normas sobre la Misa de siempre. Huelga decir que dicha ceremonia, de la cual ya hemos publicado aquí un completo fotorreportaje, fue muy exitosa, en especial por la numerosa asistencia de fieles que llegó a cerca de 400 personas, pese a que en otra iglesia de la ciudad se celebraba a la misma hora una Misa pontifical por el entonces operativo capítulo chileno de Juventutem


Invitaciones distribuidas para la Misa de entrada en vigencia del motu proprio Summorum Pontificum

De conformidad a lo conversado en la audiencia con el Cardenal Errázuriz , se le remitió una detallada relación (que se puede leer aquí) en que reseñamos todas las aprobaciones verbales y escritas recibidas por nuestra Asociación, los lugares de culto donde se había celebrado la Santa Misa y, finalmente, nuestra solicitud formal de ayuda en la búsqueda de una nueva iglesia donde poder celebrar, a tenor de las nuevas normas jurídicas promulgadas con el motu proprio, con mayor frecuencia y visibilidad para nuestro apostolado. En ese aspecto, recibimos una muy favorable acogida del Cardenal Errázuriz, quien mediante misivas dirigidas a la superiora del Monasterio de la Casa Matriz de las Hermanas de la Providencia y a don Luis Cordero, miembro del cuerpo directivo de la Universidad San Sebastián, les solicitó que tuvieran a bien permitirnos celebrar dominicalmente la Santa Misa conforme a los libros litúrgicos publicados el año 1962 por San Juan XXIII, ya sea en la capilla del Monasterio o en la iglesia de Nuestra Señora de la Victorias, respectivamente.

 Carta del Cardenal Errázuriz a don Luis Cordero

Carta enviada por el Cardenal Errázuriz a la Hermana María Angélica Alvear, Superiora Provincial de las Hermanas de la Providencia

En atención a que la iglesia del antiguo Liceo Alemán se encontraba en pleno proceso de restauración, se optó finalmente por utilizar la imponente iglesia de las Hermanas de la Providencia, sita en la avenida del mismo nombre, que nos acogió todos los domingos desde comienzos del año 2008 hasta que un incendio accidental la destruyó completamente el 25 de enero de 2011. Cabe destacar que en dicha iglesia tuvimos la gracia de contar con una Santa Misa pontifical presidida por S.E.R. Cardenal Jorge Medina, con motivo del segundo aniversario de la entrada en vigor del motu Ppoprio Summorum Pontificum el día 14 de septiembre de 2009. A dicha ceremonia le dedicamos un completo fotorreportaje que puede ser visto aquí.
 
Invitación a la Misa Pontifical celebrada por el Cardenal Medina

En resumidas cuentas, y tal como se ha reseñado con anterioridad en esta misma bitácora, nuestra Asociación ha contado a lo largo de toda su historia con sucesivas autorizaciones que respaldan nuestra actividad en el seno de la Iglesia Católica y, en particular, al servicio de nuestra Arquidiócesis de Santiago. En este sentido, podemos enumerar las siguientes:

1.- S.E.R. Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux, obispo de Osorno y entonces presidente del Comité para la Música Sacra de la Conferencia Episcopal de Chile, quien otorgó la primera autorización el año 1966, para celebrar la Misa en latín y con canto gregoriano.

2.- Padre Rafael Maroto, Vicario Zonal de la época, quien verbalmente nos autorizó a celebrar la Santa Misa usando la liturgia romana tradicional.

3.- S.E.R. Cardenal Juan Francisco Fresno Larraín, arzobispo de Santiago, quien nos autorizó verbalmente a celebrar la Santa Misa una vez por mes, de conformidad a las disposiciones contenidas en el documento Quattuor Abhinc Annos del año 1984.

4.- S.E.R. Cardenal Carlos Oviedo Cavada, arzobispo de Santiago, quien extendió los permisos concedidos anteriormente por el Cardenal Fresno, en el sentido de permitir la celebración de la Santa Misa con mayor frecuencia, facilitarnos la celebración en una iglesia de mayor visibilidad que la capilla del Campus Lo Contador y otorgar, tras su ordenación, permiso a nuestro capellán, el Rvdo, Milan Tisma Díaz a celebrar conforme a los libros litúrgicos de 1962 cuando hubiere necesidad pastoral.

5.- S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo de Santiago, quien nos recomendó en el proceso de encontrar una iglesia donde celebrar dominicalmente, de conformidad al espíritu de reconciliación litúrgica y valoración de los libros litúrgicos vigentes al año 1962, nunca abrogados, contenido en el motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI.

Corresponde finalizar señalando que, hoy en día, cuando dichas autorizaciones ya no son necesarias a tenor de las normas jurídicas establecidas en el motu proprio Summorum Pontificum, corresponde reconocer y agradecer sinceramente a nuestros pastores por su solicitud y acogida en momentos de tanta confusión e incomprensión a nuestra causa, cuyo fin fue y es, en suma, cooperar con la preservación de los tesoros litúrgicos de la iglesia latina en la ciudad de Santiago.

viernes, 11 de agosto de 2017

50 años de Magnificat: libro conmemorativo

En el III Congreso Summorum Pontificum, según relatamos en su oportunidad, fue presentado el pequeño libro que preparamos como Asociación para dejar testimonio de nuestro quincuagésimo aniversario celebrado en 2016. Fueron meses de trabajo y edición para preparar este recuerdo de nuestra trayectoria de servicio a la Iglesia de Santiago y a la Tradición. 

En un lugar destacado, y acompañado de un álbum fotográfico, en dicho volumen se recoge la relación histórica escrita por el Dr. Julio Retamal Favereau de los cincuenta años de vida de Magnificat, no exentos de dificultades, pero siempre guiados por la perseverancia de la misión que intentamos cumplir desde 1966: conservar en la Arquidiócesis de Santiago de Chile la Misa tradicional, esa que ha nutrido la fe de tantas santos a lo largo de los siglos. Acompañan ese texto una biografía de los dos Presidentes que ha tenido nuestra Asociación (Alfonso Letelier Llona, de 1969 a 1994, y Julio Retamal Favereau, de 1994 a la fecha), la transcripción de los objetivos fundacionales (1969) y actuales (2014), una crónica del I Congreso Summorum Pontificum (2015) y otra de su segunda versión (2016), las homilías predicadas por el Rvdo. Milan Tisma Díaz en la Misa solemne de clausura del II Congreso y en la Misa de aniversario, y el facsímil de la carta de felicitación recibida del Presidente de la Federación Internacional Una Voce.  La mayoría de esos contenidos ya habían sido publicado antes en esta bitácora. Un ejemplar del libro fue regalado más tarde a los asistentes.


miércoles, 26 de julio de 2017

10° aniversario de Summorum Pontificum: comienza el III Congreso de Santiago de Chile

En la semana en que nuestra Asociación celebra el décimo aniversario del motu proprio del papa Benedicto XVI sobre la liturgia tradicional, mañana jueves 27, a las 16:00 horas, comienza el III Congreso Summorum Pontificum de Santiago de Chile. Las actividades se extenderán hasta el sábado 29 y concluirán con la Misa Solemne a mediodía, en la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias (Av. Bellavista 37, comuna de Recoleta), seguida de un vino de honor para todos los asistentes. 


Las funciones litúrgicas (Santa Misa y bendición con el Santísimo Sacramento) tendrán lugar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, sede habitual de nuestro apostolado. Los días jueves y viernes se dirá Misa rezada a las 16.00 horas y se impartirá la bendición con el Santísimo a las 20.00 horas. También habrá sacerdotes disponibles para que quien lo desea pueda confesarse. 

Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria

Las actividades académicas (conferencias y coloquio final) tendrán lugar en el segundo piso del edificio Bellavista II del Campus Bellavista de la Universidad San Sebastián, con ingreso por calle Pío Nono entre Bellavista y Dardignac. Ahí se realizará también el vino de honor después de la Misa solemne del sábado 29 a mediodía.

Ingreso del edificio Bellavista II de la Universidad San Sebastián

El programa del congreso se mantiene según lo previsto, con una pequeña agregación:

Jueves 27 de julio:

Julio Retamal Favereau
Augusto Merino Medina
Pbro. Ángel Alfaro Rivero

Viernes 28 de julio:

Jaime Alcalde Silva
Pbro. Pedro Félix Salas
Rubén Peretó Rivas 

El coloquio final previsto para el sábado 29 de julio (10.00 horas) estará integrado por el Pbro. Ángel Alfaro Rivero, Rubén Peretó Rivas y Jaime Alcalde Silva.

Salvo el taller sacerdotal del viernes 28 por la mañana, las demás actividades están abiertas a todo público. 






jueves, 20 de julio de 2017

50 años de Magnificat: la historia de nuestra Asociación (tercera parte)

Les ofrecemos hoy la tercera y última parte de la crónica histórica escrita por nuestro Presidente, el Dr. Julio Retamal Favereau, con ocasión del quincuagésimo aniversario de la Asociación Magnificat celebrado en 2016.

Julio Retamal Favereau
(Foto: El Mercurio)

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Breve relación histórica de la Asociación Magnificat

Julio Retamal Favereau

En los últimos años no nos han faltado los problemas. Por ejemplo, el 25 de enero de 2011, un enorme incendio destruyó completamente la iglesia del convento de las Hermanas de la Providencia, la cual ya había resultado dañada por el terremoto del 27 de febrero del año anterior. Aunque hay planes de reconstrucción, hasta el momento nada se ha hecho. Tuvimos, pues, que mudarnos una vez más. 

Incendio de la Iglesia de la Casa Matriz de las Hermanas de la Providencia
(Foto: Emol)

Vista del altar mayor y el baldaquino días después del incendio

Nos acogieron por casi dos años las religiosas de la Visitación, pero al cabo de ese plazo, la Superiora le pidió al Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, que nos marcháramos, con el argumento de que un grupo pequeño de las 25 religiosas profesas no gustaba de la Misa según la forma extraordinaria. Se nos fijó como plazo máximo de permanencia el Domingo de Resurrección de aquel año 2012.

Ante esto, como Asociación solicitamos una audiencia con monseñor Ezzati, quien nos recibió el día 16 de marzo de 2012. El motivo era pedirle su ayuda ante el estado de necesidad en que habíamos quedado cuando, para sorpresa nuestra, la nueva Superiora del Convento de las Hermanas de la Visitación nos había comunicado que había pedido al arzobispado que dejásemos de celebrar la Santa Misa en su iglesia. Queríamos pedirle que nos proveyese de una iglesia que reuniese las condiciones para celebrar dignamente de conformidad a las disposiciones del uso extraordinario de la sagrada liturgia romana. Monseñor Ezzati no accedió a interceder ante la Superiora de las Monjas de la Visitación para que reconsiderase su decisión. En cambio, nos dijo que nos ayudaría a encontrar un lugar adecuado para poder celebrar la Santa Misa y que, mientras tanto, podíamos asistir a aquella que celebra el P. Milan Tisma los domingos por la tarde en su parroquia de Cerrillos. 


 Misa en el Monasterio de la Visitación (febrero de 2012)
(Fotos: Bensonians)

Cumplido el plazo fatal que se nos había fijado, el Domingo de Resurrección de 2012 celebramos en la Visitación nuestra última Misa y una vez más debimos emigrar. Los domingos siguientes pudimos cantar la Santa Misa por una vez en la Iglesia del Convento de las Agustinas de Limpia Concepción y, posteriormente, en la Iglesia de San Juan de Dios de Buzeta, donde es párroco el  P. Milan Tisma. Lamentablemente, y pese a la buena disposición de nuestro capellán, esta última iglesia no era idónea para asegurar la continuidad de las celebración de nuestra Asociación, pues hasta entonces siempre habíamos celebrado en lugares más o menos céntricos y fácilmente asequibles por nuestros fieles, que vienen desde distintas puntos de la ciudad e incluso de fuera de ella. 

Sin embargo, como Dios no abandona a sus fieles, unos meses después fuimos acogidos en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, donde permanecemos hasta hoy. Curiosamente, volvimos así al primer lugar que usamos en nuestra defensa de la Misa tradicional. Cabe señalar el inmenso agradecimiento que le profesamos a don Luis Cordero Barrera, quien se ha hecho cargo de la iglesia, la ha embellecido constantemente y, además de destinarla para la Capellanía de la Universidad San Sebastián, nos ha confiado la celebración de la Misa dominical, a mediodía, durante todo el año, salvo el mes de febrero cuando toda la Universidad cierra por vacaciones. La iglesia también se usa para matrimonios y otras actividades litúrgicas, como el congreso Summorum Pontificum que se organizó en 2015 por iniciativa de tres sacerdotes y que contó con asistencia de otros veinte venidos de todo Chile, así como de Argentina y Perú. 

 Foto oficial de los participantes del I Congreso Summorum Pontificum de Santiago de Chile
(Foto: Paix Liturgique)

Misas rezadas simultáneas durante el I Congreso Summorum Pontificum
(Foto: Asociación Magnificat)

En el intertanto, nuestros socios, los abogados Jaime Alcalde y Felipe Zaldívar, han redactado los estatutos de nuestra Asociación, logrando la aprobación oficial de ella y su constitución como persona jurídica por parte de la Municipalidad de Santiago. Paralelamente, hemos recibido apoyo espiritual y en dinero de varias personas, donde destaca Sebastián Eyzaguirre, que se ha preocupado de adquirir en el extranjero misales y ornamentos litúrgicos de gran calidad. Colaboró igualmente de manera generosa con el dinero necesario para importar un nuevo órgano, pues el que habíamos comprado gracias a los aportes de los fieles fue robado en 2014 desde la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria. También debo agradecer a Augusto Merino y Andrés Schlack por la gran labor que realizan colaborando con nuestra bitácora, la que constituye nuestra mayor presencia en las redes sociales y cada día aumenta en lectores de todas partes del mundo. El agradecimiento se extiende a todos los bienhechores que con su aporte mensual permiten sostener la celebración dominical de la Santa Misa.

En agosto de 2016 cumplimos medio siglo de existencia y pudimos celebrar con toda solemnidad este quincuagésimo aniversario de nuestra institución. En esta oportunidad decidimos organizar una segunda versión del Congreso Summorum Pontificum como parte de los festejos, el que contó con la presencia de dos invitados extranjeros, el Prof. Miguel Ayuso Torres y el escritor Christopher Ferrara [Nota de la Redacción: las cinco entregas con la conferencia de C. Ferrara pueden verse aquí]. Gracias a Dios tuvimos una muy buena acogida de los fieles y el clero durante los tres días de congreso, que concluyeron con una concurrida Misa solemne seguida de un vino de honor [Nota de la Redacción: véase la crónica de este II Congreso Summorum Pontificum aquí, aquí y aquí]. El domingo siguiente a la clausura del Congreso contamos con la presencia, asistiendo desde el coro, del padre Miguel Contardo S.J., quien como ya relatamos había oficiado la primera Misa de la Asociación cincuenta años atrás en la misma iglesia. A continuación, tuvimos un concurrido almuerzo de camaradería en uno de los salones del Hotel Cumbres del barrio Lastarria.

 Conferencia del Revdo. Andrés Chamorro durante el II Congreso Summorum Pontificum (2016)
(Foto: Asociación Magnificat)

Misa solemne de clausura del II Congreso Summorum Pontificum
(Foto: Asociación Magnificat/Claudio Zamorano)

Discurso de don Julio Retamal durante el almuerzo de camaradería con ocasión del quincuagésimo aniversario de la Asociación (2016)
(Foto: Asociación Litúrgica Magnificat)

Para las celebraciones del cincuentenario de nuestra Asociación nos hubiera gustado, en señal de la filial reverencia a la persona del Arzobispo de Santiago que siempre hemos profesado, contar con su presencia, la que desgraciadamente no se pudo concretar. Tampoco nos fue posible recibir como invitado al Cardenal Raymond Leo Burke, quien nos había manifestado su buena disposición para hacer el largo viaje desde Roma a Chile y acompañarnos en la actividades en las que veníamos trabajando desde hacía tiempo. La razón fue que, al solicitar de las autoridades eclesiásticas locales el permiso canónicamente necesario para que el Cardenal pudiera pontificar en la arquidiócesis de Santiago, se nos indicó que la Iglesia local debía poner todos sus esfuerzos en los preparativos de la proyectada visita del papa Francisco para 2016, la cual finalmente no se materializó. Sin embargo, tuvimos la bendición de recibir una felicitación escrita del papa emérito Benedicto XVI remitida por la Nunciatura.

Queda comentar una costumbre ya consolidada, como es la reunión que se celebra, año tras año, en mi casa algunos días antes de Navidad. En su origen se trataba de un encuentro de carácter social con mis amigos más íntimos y con mis ayudantes, pero paulatinamente se fue transformando en una fiesta para los fieles que frecuentan el apostolado de nuestra Asociación. Así se fue forjando la tradición. Junto con un pequeño cóctel, un rato de conversación y el canto de villancicos tradicionales, la actividad central de la velada es la puesta de Jesús Niño en el Pesebre, la que va acompañada de la lectura del nacimiento de Jesús según el Evangelio de San Lucas, algunas oraciones de nuestro capellán y el canto de las letanías lauretanas.

Uno de los momentos más esperados de esa celebración es el cuento de Navidad. En un comienzo buscaba un cuento o narración relativa a la Natividad del Señor, para ser leído en voz alta en algún momento de la reunión. Usé cuentos de autores franceses, ingleses, norteamericanos y chilenos sucesivamente, hasta que un año se agotó el tema y no encontré nada digno de ser leído en tal oportunidad. De ahí surgió la idea de que esto no podía volver a ocurrir y me propuse la tarea de escribir yo mismo un relato que estuviese a la altura del acontecimiento. Puse manos a la obra, de modo que los concurrentes de ese año (2005) se llevaron la sorpresa de oír un cuento totalmente inédito y escrito por mí. El cuento fue bien recibido y se pidió que la iniciativa continuase. En nuestros días de cultura materialista, agnóstica, en que la fe disminuye a ojos vista, los relatos que fui componiendo con los años intentan mostrar el impacto que los acontecimientos de la Escritura siguen produciendo en los hombres de fe sencilla o de buena voluntad, que cree la existencia de Dios, encarnado en el Señor Jesús. Y también creen que el Nacimiento, la Vida, la Muerte y la Resurrección de Cristo tiene todavía, a pesar de todos los pesares, un valor trascendental. Para la Navidad de 2016, coincidiendo con nuestro quincuagésimo aniversario, quienes asistieron a mi casa se encontraron con una nueva sorpresa: había recopilado 11 cuentos en un pequeño volumen, intitulado Cuentos de Navidad de siempre, que le di como obsequio a cada uno. Esa noche acabamos leyendo uno de los cuentos incluidos en el libro. 

 Celebración de la Navidad de la Asociación de 2015
(Foto: Asociación Magnificat)

Nuestra congregación ha crecido lenta pero continuamente y sería de esperar que, ahora que hemos vuelto al lugar de origen, 50 años más tarde, pudiéramos permanecer por un tiempo dilatado, en tanto buscamos algún sitio adecuado para comprar o edificar una iglesia propia. Quiera Dios ayudamos en esa difícil tarea, pero en el intertanto seguiremos rindiéndole culto en la forma más antigua y solemne de que dispone la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Nos ha sostenido durante 50 años y nos ha permitido dar un testimonio constante, en medio de las dificultades, incomprensiones y descalificaciones, haciéndonos sentir Su Presencia y la ayuda de Su Providencia. Por ello, le estamos profundamente agradecidos. Por otro lado, nunca pensamos que la celebración de la Misa tradicional podía desaparecer. Esto habría sido poner en duda al Espíritu Santo y haber perdido la virtud teologal de la Esperanza. El tiempo nos ha acabado dando la razón en el buen combate de todos estos años por mantener la celebración litúrgica con el rito de siempre y la solemnidad que merece el culto divino. Si Dios así lo quiere, poco a poco, como Asociación iremos reuniendo y coordinando a los que necesitan la dignidad en las celebraciones litúrgica, la disciplina y el esfuerzo espiritual, tan perdidos en el mundo de hoy. Por encima de todo, la continuidad de la Misa de siempre está asegurada, por lo menos en términos puramente humanos.

Creo que este resumen puede servir para detallar nuestra existencia con todos los altibajos que nos ha tocado vivir, dejando un testimonio para la posterioridad. Gracias a Dios y a la contribución y perseverancia de tantos, nuestra existencia futura aparece mucho más promisoria que antes. Luego de cumplir 50 años podemos comprobar que Dios no abandona a los que esperan en Él en todos los aspectos de la vida sobrenatural. Sólo Él conoce el futuro, pero “los suyos sí le recibieron” y esperan presentarse ante Él con la conciencia de una tarea cumplida, con Su ayuda y con el esfuerzo nuestro. Tras medio siglo de defensa de la Misa tradicional en este apartado lugar del mundo, sólo puedo decir como síntesis: Laus Deo.