martes, 29 de junio de 2021

Un recuerdo del papa Benedicto XVI al cumplir 70 años de su ordenación sacerdotal

Hoy, 29 de junio, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el papa emérito Benedicto XVI celebra el 70° aniversario de su ordenación sacerdotal. La Asociación Litúrgica Magnificat quiere rendirle un homenaje desde esta bitácora a quien tanto hizo por devolver la visibilidad a la liturgia tradicional de la Iglesia a través del motu proprio Summorum Pontificum (2007). Con ese fin les ofrecemos una galería fotográfica de las cuatro ocasiones en que el cardenal Ratzinger celebró la Santa Misa de siempre y de las que ha quedado registro, además de compartir una anécdota de su estadía en la Abadía de Fontgombault con ocasión de las Jornadas litúrgicas celebradas en ese lugar hace 20 años. 

(Foto: Hoc Signo)

Nacido el 16 de abril de 1927, Joseph Ratzinger recibió la ordenación sacerdote el 29 de junio de 1951 en la catedral de Frisinga (Alemania) junto con su hermano Georg, fallecido el 1° de julio de 2020. El sacramento le fue conferido por el cardenal Michael von Faulhaber (1869-1952), entonces arzobispo de Múnich y Frisinga. Sobre ese momento, que el futuro Benedicto XVI recuerda como el más importante de su vida y donde sintió una "conciencia de menesterosidad", dejó escrita una anécdota: "En el momento en que el anciano arzobispo me impuso las manos, un pajarito, tal vez una alondra, voló desde el altar de la catedral y trinó una pequeña canción alegre". El sitio New Liturgical Movement ha dedicado dos artículos a la ordenación sacerdotal del futuro papa Benedicto XVI (véase aquí y aquí). Joseph Ratzinger cantó su primera Misa el 8 de julio de ese año en la parroquia de San Oswaldo, situada en la capital comarcal de Traunstein. El 30 de julio de 1951, dijo también la Santa Misa en la Iglesia de San Nicolás de Rimsting, lugar de nacimiento de su madre. El 24 de marzo de 1977, poco después de haber celebrado sus bodas de plata sacerdotales, Joseph Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich y Frisinga, y el 27 de junio el papa Pablo VI lo creó cardenal bajo el título de Sancta Maria Consolatrice al Tiburtino. Para escudo episcopal eligió el lema "Cooperatores veritatis". El 25 de noviembre de 1981, el papa Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo que ocupará hasta el final de su pontificado. El 19 de abril de 2005 fue electo por el cónclave como el 265° Romano Pontífice de la Iglesia católica, adoptando el nombre de Benedicto XVI. Su pontificado concluyó el 28 de febrero de 2013 al hacerse efectiva su renuncia al ministerio petrino. Desde entonces vive retirado en el Monasterio Mater Ecclesiae, al interior de la Ciudad del Vaticano. 

En una reciente entrevista concedida a Il Timone, el cardenal Robert Sarah, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha señalado que, "en la historia, Benedicto XVI será recordado, además de como un gran teólogo, como el Papa del Summorum Pontificum, de la paz litúrgica, el puente ecuménico hacia el Oriente cristiano a través de la liturgia latino-gregoriana, la voluntad de recuperación de las raíces cristianas y la unidad de Europa contra todo laicismo vacuo y desestructurador de la cultura europea". Sin duda, su mayor legado es haber devuelto la posibilidad de celebrar la Santa Misa de siempre sin restricciones, permitiendo que las nuevas generaciones pudiesen acercarse a ese tesoro de nuestra fe católica. 

Primera Misa de Joseph Ratzinger
(Foto: Pinterest)

En 1989, un año después del motu proprio Ecclesia Dei que creó la Pontificia Comisión de ese nombre y permitió el surgimiento y regularización de varios institutos tradicionales, el cardenal Joseph Ratzinger visitó la localidad alemana de Weimar y celebró ahí una Misa Pontifical según el antiguo rito romano en una Iglesia del Sagrado Corazón repleta de fieles. Volvió al lugar una década más tarde. El 17 de abril de 1999 celebró nuevamente una Misa pontifical, que fue organizada por la asociación de fieles Pro Missa Tridentina, junto con Una Voce Deutschland uno de los dos capítulos oficiales de la Federación Internacional Una Voce (FIUV) en Alemania. Sobre esa última Misa publicamos en su día una entrada en esta bitácora (véase aquí más información). 




No pasó mucho tiempo antes de que el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe volviese a celebrar públicamente la Misa de siempre, cuando todavía regía la disciplina prevista por la instrucción Quattuor abhinc annos (1984), que dejaba en manos del ordinario del lugar la autorización para recurrir a los antiguos libros litúrgicos. En el mes de abril de 1990, dos años después de la creación de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), el cardenal Joseph Ratzinger hizo una visita al seminario internacional de la misma advocación que dicha institución tiene en la localidad de Wigratzbad (Opfenbach, Baviera, Alemania), donde se forman principalmente los seminaristas de habla francesa y alemana. Con ocasión de esa visita, el domingo 15 de abril celebró una Misa Pontifical de la que han quedado bastantes registros gráficos. En el sitio oficial de la FSSP es posible leer (en inglés) el texto de la homilía pronunciada por el cardenal Ratzinger en esa Misa.














Entre los días 22 y 24 de septiembre de 1995, el cardenal Joseph Ratzinger realizó una visita a la Abadía Sainte Madeleine del Barroux, Francia. El domingo 24 celebró una Misa Pontifical según el rito tradicional en la iglesia abacial. El día anterior, con ocasión de su visita a la vecina abadía femenina de Notre-Dame de l’Annonciation, también ofició la Misa según el antiguo rito romano. De esas visitas dio cuenta la revista The Latin Mass, vol. IV, núm. 4 (1995), pp. 10-14.


Entre el 22 y el 24 de julio de 2001 se celebraron en en la Abadía de Note Dame de Fontgombault unas Jornadas Litúrgicas convocadas por el abad Dom Antoine Forgeot OSB, con el propósito de iniciar un nuevo movimiento litúrgico en la Iglesia. Uno de los asistentes fue el cardenal Joseph Raztinger, entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, quien dio una de las conferencias previstas en el programa e improvisó otra cuando le pidieron que pronunciase el discurso de cierre el lunes 24 de julio por la noche. Las demás intervenciones estuvieron a cargo de André Mutien Léonard, Stratford Caldecott, François Clément, Dom Cassian Folsom OSB, Dom Daniel Field OSB, André Rose, Dom Charbel Pazat de Lys OSB,  Robert Spaemann, Miguel Ayuso-Torres y Roberto de Mattei. A las 7.30 del martes 25, el cardenal se despidió para regresar a Roma. Antes de irse, Dom Forgeot lo invitó a entrar en la iglesia abacial en ese momento tan notable en que los monjes dicen sus Misas privadas en los distintos altares laterales. Situado en la parte trasera de la iglesia, el cardenal quedó cautivado, casi estupefacto. Se puso de rodillas sobre el suelo y rezó durante un largo rato. Al marcharse, ahora en el nártex de la abadía, le dijo en voz baja al padre abad, que aún recuerda su precisa inflexión de voz: "¡Esa es la Iglesia católica!" La anécdota ha sido relatada por Nicolas Diat en dos de sus libros: L'homme qui ne voulait pas être pape (Albin Michel, 2014) y Le grand bonheur (Fayard, 2020). 

Lo que el cardenal Ratzinger vio esa mañana de verano fue algo así: 



Nota de la Redacción: Las fotografías de la Misa celebrada en Weimar en 1999 proceden de aquí y aquí. Las fotos de la Misa de 1990 en el seminario de la FSSP están tomadas de aquí,  aquí y aquí. La portada de la revista The Latin Mass está tomada de aquí. Las dos fotografías de la Abadía de Sainte Madeleine de Fontgombault y la anécdota provienen de Rorate Caeli

domingo, 27 de junio de 2021

Domingo V después de Pentecostés

Miniatura de Evangeliario de Ada
(Imagen: Wikicommons)

El texto del Evangelio de hoy es el siguiente (Mt 5, 20-24):

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Si vuestra justicia no es más cumplida que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a vuestros mayores: No matarás, y quien matare será condenado en juicio. Yo os digo aún más: quien quiera que tome ojeriza con su hermano, merecerá que el juez le condene. Y el que le llamare raca, merecerá que le condene la asamblea. Mas quien le llamare fatuo, será reo del fuego del infierno. Por tanto, si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar, allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y después volverás a presentar tu ofrenda”.

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Dice Jesús “pero Yo os digo aún más”: el Señor pide aún más; exige más todavía, más que lo que a nosotros nos parece suficiente o razonable o aceptable. El pide la perfección, es decir, que demos el máximo que nuestra naturaleza humana puede dar. “Sed perfectos, como vuestro Padre es perfecto” (Mt 5, 48): no nos pide ser como dioses, cosa imposible para nosotros y del todo absurda, sino que, así como Dios es perfecto según su naturaleza, así seamos nosotros perfectos según la nuestra. Y al hacer esto, el Señor no nos señala un mero ideal de comportamiento, como han planteado algunos textos recientes emanados del trono de San Pedro en relación con el matrimonio: no se trata de un ideal, algo que está más allá, a lo cual podemos acercarnos más o menos, de modo que quienes se acercan más son considerados mejores; no: no es un ideal puesto fuera del alcance humano: es un mandamiento. Y nadie manda hacer lo que no se puede hacer, porque ello no sería justo. A lo imposible no se está obligado, y Dios, que es la justicia misma, lo sabe mejor que nadie. Por tanto, el Señor no nos manda algo imposible de hacer, sino algo que está al alcance de nuestra naturaleza. Y esto no puede ser ofuscado por ninguna casuística, ni ningún “discernimiento” moral puede concluir en que el cumplimiento de un mandamiento de Dios no es obligatorio para nosotros, dadas determinadas circunstancias.

Y esto se explica porque, al mandarnos algo tomando en consideración las posibilidades de nuestra naturaleza, el Señor sabe perfectamente que, en su estado actual, nuestra naturaleza está herida. ¿Habrá alguien que lo sepa mejor que Él, que lo comprenda mejor que Él, que se hizo hombre y murió por remediar esa enfermedad natural congénita que hemos heredado con el pecado original? Y por eso, junto con mandarnos ser perfectos a pesar de estar nosotros heridos, nos ofrece la ayuda ilimitada de la gracia. La cual está ahí a disposición de quien la pida: es gracia, es gratis. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mt 7, 7). El dicho popular nos enseña que “cuando Dios quiere dar, a la casa manda a dejar”. Y Santo Tomás de Aquino, respondiendo a su hermana que le preguntaba qué había que hacer para ser santo, o sea, perfecto, respondió con su habitual parquedad de palabras: “Querer”.

Sin embargo, ¿es capaz el hombre pecador, somos capaces nosotros de “querer”, cuando estamos sumergidos en la atroz profundidad de nuestros quereres pecaminosos, cuando estamos atrapados en la red de nuestros vicios, cuando la sola idea de acercarnos a Dios nos repugna, cuando nuestra voluntad está debilitada al máximo? San Agustín, con su gran humildad, cuenta que, durante el largo proceso de su conversión, solía decirle a Dios: “Señor, hazme casto, pero no todavía”. Así es de poderosa la fuerza que nos lleva hacia abajo, incluso cuando ya hemos divisado la luz allá arriba.

Con todo, ninguna fuerza maligna es más poderosa que Dios; la fuerza de Dios es mayor que la fuerza -insuperable, según parece decirnos nuestra amarga experiencia- de nuestra corrupción. Y por eso San Pablo nos dice que hasta el propio “querer” nosotros ser perfectos y cumplir el mandamiento, es algo que Dios pone en nosotros por su gracia gratuita: “Pues Dios es el que obra en vosotros el querer y el obrar, según su beneplácito” (Flp 2, 13). ¿Según su beneplácito? o sea, ¿según le parezca a Él bien? ¿O sea que podría Él querer dar la gracia para salvarse a este hombre y no a otro? Por cierto que no: como dice San Pablo, Él “quiere que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Tm 2, 4).

Pero Dios no procede a salvarnos con su gracia así como quien obra un milagro instantáneo: nuestra salvación, gracias a su gracia, es un proceso, que puede ser muy largo, en que Él nos va moviendo gratuitamente, nos va dando el primer empujón para que, a continuación, nosotros empecemos a movernos: y nos sostiene, además, en cada paso que damos. Por eso San Agustín dice que “Dios, que te creó sin ti, no te salvará sin ti”. ¡Divino misterio de su Bondad!: Él quiere que nosotros merezcamos la salvación, imposible sin su gracia, a fin de premiar ese mérito. ¡Con qué divina delicadeza trata Dios nuestra voluntad, a la cual no subyuga ni siquiera para salvarnos! ¡Inmensidad de su Misericordia! Porque, al cabo, como dice San Bernardo, “mi mérito es tu Misericordia”.

Proceso de salvación que puede ser largo. Y para realizarlo, necesitamos paciencia con nosotros mismos; caer y saber levantarnos con su ayuda. No ceder el desánimo por nuestras recaídas. Y si nos abruma el peso de nuestros fracasos cotidianos, y nos entristece y amenaza con hacernos perder la esperanza, recordemos el consejo que nos da el Apóstol Santiago: “Tristatur aliquis vestris? Oret”: “¿Está triste alguno de vosotros? Que ore”(St 5, 13). ¿Cómo, pues, se supera el desaliento y se recupera la confianza en la gracia de Dios? Orando.

José Moreno Carbonero, Conversión del duque de Gandía, 1884, Museo del Prado (España)
(Imagen: Museo del Prado)

viernes, 25 de junio de 2021

Chile dona mosaico de la Virgen del Carmen al Vaticano

El 24 se junio se inauguró en los Jardines Vaticanos el mosaico de la Virgen del Carmen que donó el Estado de Chile, a través de su embajada ante la Santa Sede. La obra está hecha con 15.400 teselas confeccionadas con piedras autóctonas y bajo un clima de permanente oración por la paz en el país. En ella se representa a la Santísima Virgen María bajo su advocación del Carmen, Reina y Patrona de los chilenos, a quien cada año se honra con una procesión que recorre las calles del centro de la ciudad de SantiagoLa ceremonia de bendición, a la que asistieron miembros de la comunidad chilena residente en Italia, fue presidida por el cardenal Giuseppe Bertello, Gobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, y estuvieron presentes también el cardenal Celestino Aós, OFM cap, Arzobispo de Santiago de Chile, quien bendijo la imagen sagrada, y el obispo auxiliar de dicha diócesis, monseñor Alberto Lorenzelli, SDB, además de Octavio Errázuriz Guilisasti, embajador de Chile ante la Santa Sede. Cabe recordar que el pasado 19 de junio nuestro arzobispo tomó posesión de la iglesia titular de su sede cardenalicia, la iglesia de los Santos Nereo y Aquileo, al sur de Roma. 



El mosaico es obra de Francisca Claro Swinburn, artista chilena que junto al taller Marana-thá trabajó durante dos años, siempre bajo un clima de oración por la patria, en el corte, pulido y pegado de las piedras, esmaltes, perlas, conchas de mar y medallas que conforman las teselas incrustadas en esta pieza de 1,40 metros de largo por 1,10 metros de ancho, hoy instalada en un muro de los Jardines de la Ciudad del Vaticano. El cemento utilizado como adhesivo fue mezclado con las cenizas de cientos de mensajes escritos con intenciones de oración que los fieles aportaron durante la confección, especialmente en el tiempo del confinamiento por la pandemia. Fernanda Claro es también la autora del mosaico que preside el ábside de la Parroquia de San Evangelista de Vitacura, inspirado en el Apocalipis y la centralidad que tiene la figura del Cordero, símbolo de Cristo Vivo.   

Fernanda Claro y el mosaico de la Virgen del Carmen

Todo Chile está representado en el mosaico de la Virgen del Carmen, pues las teselas provienen de piedras que fueron recogidas a lo largo de todo el territorio del país. Sus ojos negros son de obsidiana procedente de Isla de Pascua, mientras que el cielo del trasfondo lleva finos trazos de lapislázuli. El lado derecho del manto de la Virgen deja ver el mapa con todas las regiones del territorio nacional, incluida la Antártica, plasmada con piedras traídas directamente desde ese confín del mundo. La obra posee una rica simbología que incluye, entre otros, signos de todos los pueblos originarios de Chile, como el Mapuche y el Rapanui, así como imágenes de la flora y fauna local, objetos tradicionales de la religiosidad popular y del folclore chileno. Tanto la Virgen como el niño miran de frente y tienen el escapulario carmelitano en sus manos, y ambos llevan una corona dorada. 














Hay también un video de la inauguración y bendición del mosaico en los Jardines Vaticanos: 


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Nota de la Redacción: La información de esta entrada proviene de la nota publicada por Vatican News. Las imágenes proceden de un colaborador que les hizo llegar nuestra Asociación. 

miércoles, 23 de junio de 2021

Primera peregrinación tradicional al Santuario de Covadonga

Siguiendo el ejemplo de la peregrinación que cada año se organiza en Francia entre París y Chartres con ocasión de Pentecostés, en España está prevista la primera peregrinación tradicional para el mes de julio próximo. Cabe recordar que, dentro del mundo hispanoparlante, también existe una peregrinación en Argentina, que cada año concluye en el Santuario de Nuestra Señora de Luján. 

La peregrinación tendrá lugar entre los días 24 y 26 de julio de 2021. El recorrido se extiende entre la ciudad de Oviedo y el Santuario de Covadonga, que se encuentran separados por una distancia de aproximadamente 100 km. Se trata de una peregrinación penitencial, que tendrá como característica fundamental la celebración diaria de la Santa Misa tradicional. Ella se ha organizado en capítulos que representan comunidades naturales (ciudad, provincia, parroquia, grupo juvenil, etcétera), y contará con la asistencia espiritual de sacerdotes durante toda la marcha para confesarse o recibir consejo espiritual. Durante las tres jornadas se mantendrá un ambiente de oración, con el rezo diario del Santo Rosario y lectura de meditaciones. Por la noche, en el campamento, habrá adoración eucarística. El capellán general es D. Rvdo. Sr. D. Íñigo Serrano Sagaseta de Ilúrdoz, perteneciente del Arzobispado de Pamplona y Tudela y actual párroco de las parroquias de Aibar, Ayesa, Eslava, Leache, Moriones y Sada.

La organización está a cargo de Nuestra Señora de la Cristiandad - España, una iniciativa de laicos católicos independientes que pretende imitar en todo lo posible las peregrinaciones de de la institución homónima francesa. 

La peregrinación a Covadonga tendrá carácter anual, y cada año contará con un lema distinto. Este año, con ocasión del 150° aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia Universal, la organización ha querido poner la primera edición bajo su patrocinio y protección. En 2020, pues, la espiritualidad de la peregrinación girará en torno a la figura de dicho santo patriarca. «¡San José, patrono de la Iglesia, protégenos!», ha sido el lema escogido.

Covadonga tiene un hondo significado espiritual para España y se ha elegido, además, una fecha en torno a la festividad del apóstol Santiago, patrón de España. En dicho santuario se encuentra la Santa Cueva, que alberga la imagen de la Virgen de Covadonga, conocida cariñosamente por los asturianos como la "Santina". El nombre de Covadonga procede de la expresión latina Cova Dominica (que viene a significar "Cueva de la Señora"), la cual se ha ido transformando hasta llegar a la palabra actual: Covadonga. Según la tradición, la Santísima Virgen ayudó a los cristianos capitaneados por Don Pelayo, quien reinó entre 718 y 739. provocando un desprendimiento de rocas en la batalla de Covadonga (718 ó 722), que diezmó el ejército árabe. Esta victoria se considera como el inicio de la Reconquista y la reinstauración de los reyes cristianos en la Península, que acabará en 1492 con la anexión de Granada por los Reyes Católicos. 

Santuario de Nuestra Señora de Covadonga
(Foto: Hola!)

La inscripción se realiza a través de la página web de Nuestra Señora de la Cristiandad, rellenando un solo formulario por familia. Si bien el plazo de inscripción termina el 10 de julio, las plazas para pernoctar en los campamentos están limitadas a 600 peregrinos, por lo que recomendamos inscribirse cuanto antes. Para las familias con niños o personas con dificultades físicas, se puede optar por hacer un recorrido parcial equivalente a la mitad de la ruta. Además, existe la posibilidad de acudir como voluntarios (véase aquí más información), puesto que se necesita mucha ayuda en la organización. Aquellos que no puedan acudir físicamente quedan invitados a unirse en la oración como "ángeles de la guarda" y recibirán las meditaciones diarias en su correo electrónico (véase aquí más información). También aquellos que quieran hacerlo pueden ayudar realizando un donativo para sufragar los costos materiales de la organización (véase aquí más información).

Infocatólica ha publicado una entrevista a tres de los organizadores de esta primera peregrinación tradicional en España, cuya lectura recomendamos. 

lunes, 21 de junio de 2021

Domingo IV después de Pentecostés

 

Miniatura de Evangeliario de Ada
(Imagen: Wikicommons)

El texto del Evangelio de hoy es el siguiente (Lc 5, 1-11):

“En aquel tiempo, hallándose Jesús junto al lago de Genesaret, las gentes se agolpaban en torno suyo, ansiosas de oír la palabra de Dios. En esto vio dos barcas a la orilla del lago, cuyos pescadores habían bajado, y estaban lavando las redes. Subiendo, pues, a una de ellas, que era de Simón, pidióle la desviase un poco de la orilla. Y sentándose dentro, predicaba desde la barca al numeroso gentío. Acabada la plática, dijo a Simón: Guía mar dentro, y echad vuestras redes para pescar. Replicóle Simón: Maestro, toda la noche hemos estado fatigándonos, y nada hemos cogido; no obstante, fiado en tu palabra, echaré la red. Y habiéndolo hecho, recogieron tan grande cantidad de peces, que la red se rompía. Por lo cual hicieron señas a sus compañeros de la otra barca, de que viniesen a ayudarlos. Vinieron luego, y llenaron con tantos peces las dos barcas, que poco faltó para que se hundiesen. Viendo esto Simón Pedro, echóse a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, que soy un pecador! Y es que el asombro se había apoderado así de él como de todos los demás que con él estaban, en vista de la pesca que acababan de hacer; lo mismo sucedía a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, y compañeros de Simón. Entonces dijo Jesús a Simón: No temas; de hoy en adelante serás pescador de hombres. Y ellos, sacando las barcas a tierra, dejáronlo todo, y le siguieron”.

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Dom Guéranger, en su magna obra El año litúrgico, propone el siguiente comentario para este texto del Evangelio.

“Los Evangelistas nos han conservado el recuerdo de dos pescas milagrosas hechas por los Apóstoles en presencia de su Maestro: una es la descrita por San Lucas, y que acaba de recordársenos; la otra aquélla cuyo profundo simbolismo nos invitaba a escrutar el discípulo amado, el Miércoles dé Pascua. En la primera, que se remonta a la vida mortal del Salvador, la red, lanzada al azar, se rompe por la multitud de peces cogidos, sin que el evangelista señale su número ni otras cualidades; en la segunda, el Señor resucitado señala a sus discípulos echar la red a la derecha de la barca y, sin romperse la red, ciento cincuenta y tres peces gruesos llegan a la orilla en que los aguarda Jesús. Ahora bien los Padres, unánimes en esto, explican estas dos pescas como figura de la Iglesia: la Iglesia en el tiempo primero, y más tarde en la eternidad. Ahora la Iglesia es multitud; reúne a todos, sin contar los buenos y malos; después de la Resurrección, sólo los buenos formarán la Iglesia, y su número será prefijado y señalado para siempre. El reino de los cielos, dice el Salvador, es semejante a una red lanzada al mar, rebosante de peces de todas las clases; cuando está llena se la retira para elegir los buenos y tirar los malos”.

¿Cuál es el significado de todo esto?

“Los pescadores de hombres han echado sus redes, dice San Agustín: han cogido esta multitud de cristianos que contemplamos con admiración; han llenado las dos barcas, figuras de los dos pueblos: el Judío y el Gentil. ¿Pero qué hemos oído? La multitud recarga en exceso las barcas y las pone en peligro de naufragio; del mismo modo, vemos que la turbamulta confusa de bautizados recarga hoy a la Iglesia. Muchos cristianos viven mal, vacilan y hacen retardarse a los buenos. Pero aún se portan peor los que rompen las redes con sus cismas y herejías, peces impacientes que no quieren someterse al yugo de la unidad, que no quieren venir al festín de Cristo, y se complacen en sí mismos, y pretextando que no pueden vivir con los malvados, rompen las mallas que los retienen en la estela apostólica, y perecen lejos de la ribera. ¡En cuántos lugares han roto de este modo la inmensa red de la salvación! No imitemos su demencia orgullosa. Si la gracia nos hace buenos, llevemos con paciencia la compañía de los malos en las aguas de este siglo. No nos arrastre su vista a vivir como ellos, ni a salir de la Iglesia; cercana está ya la ribera, donde sólo los de la derecha, sólo los buenos, serán admitidos y de donde los malos serán arrojados al abismo”.

Sabemos cuáles son las terribles cifras de quienes han abandonado, en los últimos sesenta años, el seno de la Iglesia. Muchos, como dice San Agustín, lo hacen pretextando que la corrupción al interior de Ella es excesiva y ellos no pueden tolerarla. Con esto, se proclaman, tácitamente, puros y santos, o más puros y santos que quienes quedan en la Iglesia pecadora. La soberbia aflora aquí, incontenible, y se olvida de que el Apóstol nos urge a que consideremos a los demás mejores que nosotros (“teneos unos a otros por superiores”, Flp 2, 3): porque, en efecto, cada uno de nosotros es un abismo de maldad y de dureza de corazón. Y siéndolo, el Diablo nos empuja, so pretexto de escándalo, a abandonar el único lugar donde nuestra alma enferma y pecadora puede ser salvada.

Pero muy frecuentemente, hay otros que, al optar por “irse”, no hacen sino ceder a su tibieza, a su falta de auténtica voluntad de cumplir la ley de Dios. Si en el caso de los primeros la soberbia predomina, en el de los segundos predomina “la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y el orgullo de la vida” (I Jn 2, 16). En el primer caso, no es extraño que la ignorancia, tanto de la historia de la Iglesia como del contenido de la fe, mueva a muchos a escandalizarse; en el segundo caso, el hombre se abandona en manos del mundo, de sus atractivos, de la propaganda anticristiana de las redes sociales y de la prensa, tanto escrita como televisiva: baja sus líneas de defensa y perece ante el ataque del mundo enemigo de Dios. ¡No permita Dios que nos encontremos ni entre los unos ni entre los otros, sino que perseveremos trabajando, con temor y temblor, por nuestra salvación, pues “Dios es el que obra en vosotros el querer y el obrar según su beneplácito” (Flp 2, 13)!


sábado, 19 de junio de 2021

Toma de posesión de su sede cardenalicia por S.E.R. Celestino Aós

En el consistorio celebrado el 28 de noviembre de 2020, S.E.R. Celestino Aós Braco OFM Cap., arzobispo de Santiago de Chile, fue creado cardenal de la Santa Iglesia Romana. El pasado 19 de junio tomó posesión de su sede como cardenal presbítero de los Santos Nereo y Aquileo, cuya iglesia se encuentra situada en el rione de Santa Saba, al sur de la ciudad de Roma.   

Santos Nereo y Aquileo es un título cardenalicio que fue instituido por el papa Evaristo en torno al año 112 con el nombre de Fasciolae. Su titular de entonces, Epifanio, fue uno de los que asistieron al sínodo de Roma del 499. A partir del sínodo de 595, la sede cardenalicia recibe ya su nombre actual en memoria de los mártires Nereo y Aquileo, ajusticiados durante las persecuciones del siglo III y enterrados en las catacumbas de Domitila. En el pontificado de San Gregorio Magno (590-604) pasó a ser una diaconía, siéndole restituido el título presbiteral durante el siglo VIII. Según el catálogo de Pietro Mallio, redactado durante el pontificado de Alejandro III (1159-1181), el título se adjuntó a la Basílica de San Pablo Extramuros, donde los presbíteros decían la Santa Misa.


Les ofrecemos algunas fotografías de la toma de posesión de S.E.R. Celestino Aós, enviadas desde Roma por un colaborador. 






martes, 15 de junio de 2021

FIUV 31: La forma extraordinaria y la New Age

En una entrada anterior explicamos nuestro propósito de traducir los Position Papers sobre el Misal de 1962 que desde hace algún tiempo viene preparando la Federación Internacional Una Voce, de la cual nuestra Asociación es capítulo chileno desde su creación en 1966. 

En esta ocasión les ofrecemos la traducción del Position Paper 31 y que versa sobre la relación que se puede establecer entre la New Age y la forma extraordinaria, cuyo original en inglés se puede consultar aquí. Dicho texto fue preparado en el mes de junio de 2017. Para facilitar su lectura hemos agregado un título (Texto) para separar su contenido del resumen (Abstract) que lo precede. 


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La forma extraordinaria y la New Age

Resumen

El papa Juan Pablo II advirtió que el movimiento New Age rechaza toda religiosidad racionalista y, por esta razón, sus adherentes pueden encontrar atractivo el misterio, el ritual y el canto propios de la forma extraordinaria y su carácter incarnacional. La forma extraordinaria puede, por su parte, librar del pelagianismo a quienes se sienten atraídos por la New Age, debido a su reiterado énfasis en nuestra necesidad de gracia; puede librarlos de su subjetvismo espiritual debido a su objetividad; y puede librarlos de toda conexión con lo Oculto debido a su evidente poder espiritual. La potencial atracción que tiene la antigua liturgia para los adherentes de la New Age se advierte también en la gran cantidad de conversos a la fe que proceden del “decadente” romanticismo de fines del siglo XIX y del Hermetismo, ambos precursores del movimiento New Age.

Los comentarios a este texto pueden enviarse a positio@fiuv.

Ingreso a una cripta abandonada en el noroeste de Liguria, Italia
(Foto: CNN Style)

El desafío

1. Los diversos fenómenos conocidos vulgarmente como “New Age” se han convertido no sólo en una importante alternativa a la “religión organizada”, sino que, en sus manifestaciones más vagas y más populares, se han convertido, en círculos educados de habla inglesa, en una influencia casi ubicua. Juan Pablo II describió la New Age como “pseudo religioso”[1]. El propósito de este documento es analizar de qué modo la forma extraordinaria puede desempeñar un papel en una respuesta católica a dicho movimiento.

2. Mucho de lo que aquí se dirá se aplica también a otro grupo de fenómenos relacionados, como las espiritualidades orientales adoptadas en Occidente[2], el yoga[3], el neo-paganismo[4] y el ocultismo[5].

3. Algunos de los motivos prominentes del movimiento New Age[6] incluyen el monismo, el panteísmo, la reencarnación, la individuación, y el rechazo del pecado original, y él mismo se inspira en el budismo, el hinduismo, el esoterismo occidental (hermetismo)[7] y el psicoanálisis jungiano. El movimiento evidencia cierta unidad debido a la deuda profunda, aunque normalmente no reconocida, de muchos de sus principales pensadores -además de ciertos textos supuestamente “canalizados” a través de espíritus-, con la teosofía de Alice Bailey, la heredera intelectual de Madame Blavatsky[8].

4. Este movimiento rechaza el racionalismo y el materialismo y es crítico de la lógica binaria convencional, revistiendo algunos de sus postulados con una abstrusa terminología, pero sin rechazar la moral licenciosa de la modernidad. Una enseñanza frecuente de algunos textos “canalizados” es que la situación de un individuo determinado (de sufrimiento, de prosperidad, etcétera) es una experiencia de aprendizaje que, en cierto sentido, es provocada por el propio individuo y puede ser cambiada por éste. Se alcanza la sanación mediante técnicas psicológicas o espirituales, lo que instala en la New Age alguna forma de pelagianismo.

5. Uno de los textos más influyentes de la New Age proclama haber sido dictado por Jesucristo[9]. Pero, por otra parte, la Iglesia católica es el principal objetivo del New Age en su hostilidad contra el cristianismo[10].

6. Juan Pablo II advirtió el deseo de la New Age de “ir más allá de una religiosidad fría, racionalista”[11], y a menudo son las almas más generosas las que se sienten atraídas por este movimiento[12]. Con todo, Juan Pablo II condenó la influencia de ésta en la “predicación, la catequesis, los talleres de trabajo y los retiros” católicos[13].


La forma extraordinaria 

7. Es necesario responder positivamente a lo que hay de correcto en la New Age -la demanda de lo sobrenatural- y oponerse a sus errores, llevando a cabo esto último de un modo que sea convincente para quienes se sienten atraídos por aquélla.

8. La necesidad de que los católicos presenten más clara y vitalmente la espiritualidad propia de la Iglesia es un tema común en los escritos sobre este tema. Juan Pablo II escribía: “Los pastores deben preguntarse sinceramente si han prestado suficiente atención a la sed del corazón humano de esa verdadera “agua viva” que sólo Cristo, nuestro Redentor, puede dar (Cf. Jn 4, 7-13), y debieran insistir en la dimensión espiritual de la fe, en la perenne frescura del mensaje evangélico y en su capacidad para transformar y renovar a quienes lo aceptan”[14].

9. Donna Steichen, en su estudio sobre el incremento de las prácticas neopaganas y New Age en la Iglesia católica de los Estados Unidos de América, sugiere un vínculo con la reforma litúrgica: “¿Son atraídos por la idolatría -falsos dioses y falsos profetas- buscando satisfacciones que la iconoclastia postconciliar hizo desaparecer? [...] ¿Tienen hambre de lo sagrado, del rico y colorido drama simbólico, lleno de sentido y de misterio, que ha sido expulsado de la liturgia contemporánea; hambre de un sentido atrayente de algo que sea un fin último? El falso misticismo del feminismo neognóstico ofrece una ilusión de todas estas cosas”[15]. 

10. El telón de fondo de la New Age está constituido por la anglosfera protestante secularizada[16], un medio cultural en el que el cristianismo no parece ofrecer un sentido del misterio sagrado mediante el ritual[17] o el asceticismo[18], por lo que ello debe ser buscado en otras partes[19].

11. La New Age experimenta una poderosa atracción por la profundidad y autenticidad espiritual del canto gregoriano, hasta el punto de que se ha desarrollado, como un eco, todo un sector de música comercial[20].

12. La New Age pone también énfasis en la bondad de la naturaleza y en la posibilidad de lograr la plenitud mediante el contacto con las cosas naturales. La antigua tradición litúrgica es fuertemente incarnacional en su uso tanto de las cosas naturales (agua, sal, aceite, etcétera) como de las manufacturadas (pan y vino, el canto, las vestiduras, etcétera).

13. Por muchas vías, pues, la forma extraordinaria puede satisfacer directamente la demanda clave de la New Age, expresada por el teólogo Stratford Caldicott como “el contacto transformador con el misterio”[21]. El paralelo entre lo que quieren quienes son atraídos por el misticismo oriental y por la New Age y lo que la tradición litúrgica puede ofrecer, queda muy en claro en la intensa valoración del canto y de la liturgia tradicional que hace Thomas Merton[22].

14. La antigua tradición litúrgica de la Iglesia puede presentar la espiritualidad católica de un modo que no sólo satisface la genuina hambre de lo sobrenatural que experimenta la New Age, sino que también aparta suavemente a los cultores del mismo de cuatro de los errores claves de éste, en cuatro ámbitos.

15. Primero, la forma extraordinaria puede ayudar a la Iglesia a responder a la New Age gracias a su reiterada conexión entre la vida espiritual, la gracia y el pecado, tanto en las ceremonias (especialmente en los dos Confiteor), como en los textos de la Misa. En sus frecuentes alusiones a nuestra necesidad de la gracia, es un efectivo antídoto contra el pelagianismo; en su preocupación por el perdón, se opone tanto al sentido de superioridad moral como al libertinaje asociados a la New Age. En este contexto, resulta esencial que la necesidad de la gracia no es sólo una enseñanza abstracta, sino que forma parte integral de la vida espiritual y litúrgica.

16. Segundo, la antigua liturgia pone énfasis en la naturaleza objetiva de las realidades espirituales. Los ritos de la forma extraordinaria son objetivos tanto en cuanto no están sujetos a cambios arbitrarios[23], como en cuanto enfatizan su objetiva eficacia[24]. Esto es importante para rescatar a los partidarios de la New Age del subjetivismo espiritual de este movimiento. Y es también útil para todos los que están atrapados por grupos cuasi cúlticos de la New Age, gobernados por los caprichos arbitrarios del gurú o del líder del culto, o están atrapados por la actitud de manipulación mágica de lo Oculto.

17. Tercero, la antigua liturgia conecta la vida espiritual con la intelectual, demostrando la posibilidad de rechazar el materialismo sin tener que rechazar en bloque la tradición intelectual de Occidente. Las raíces teológicas patrísticas de la forma extraordinaria, que se encuentran, por ejemplo, en sus oraciones y en el Canon romano, así como también sus elementos escolásticos, nos hacen recordar los grandes recursos intelectuales de la fe, subrayando al mismo tiempo su preocupación por lo trascendente. En las tradiciones litúrgicas de la Iglesia el Occidente no ha olvidado ni descuidado, como la narrativa de la New Age sugiere[25], una sabiduría que sólo se ha preservado en Oriente, como consecuencia del racionalismo y el materialismo[26].

18. Cuarto, la aceptación que hace la forma extraordinaria de la realidad del mal, de los ángeles tanto buenos como malos, y su sentido de la poderosa santidad de la Misa y del Santísimo Sacramento, así como de los sacramentales tradicionales de la Iglesia, de las bendiciones y exorcismos, tienen un especial valor para los seguidores de la New Age que, consciente o inconscientemente, han efectuado un giro hacia lo Oculto[27].

Centro New Age en Las Rocas de Sedona, Arizona, EE.UU.
(Foto: Tripadvisor)

La atracción que ejerce la Iglesia en la New Age

19. La potencial atracción que sienten los vinculados con la New Age está insinuada por la que sintieron dos de sus movimientos precursores: el romanticismo “decadente”[28] y el hermetismo occidental.

20. Un número notable de románticos “decadentes” de fines del siglo XIX se hizo católico. El más famoso de ellos es Joris-Karl Huysmans, cuyo descenso al libertinaje y a lo Oculto constituye para los satanistas modernos el libro estándar de referencias litúrgicas[29]; pero Huysmans murió católico, luego de vivir algunos años como oblato benedictino[30]. Su ejemplo fue seguido por muchos otros en Francia e Inglaterra[31]. Para estos escritores, interesados en lo sensible y lo misterioso, la antigua liturgia de la Iglesia tenía una especial fascinación, como lo muestra el tratamiento que Oscar Wilde da a su decadente personaje de novela, Dorian Gray[32]. En el caso de muchas contrapartes de Dorian Gray en la vida real, la liturgia católica pudo, junto con otros factores, atraer a grandes pecadores a la conversión.

21. El hermético Valentín Tomberg también se convirtió al catolicismo, y advierte la simpatía que por la Iglesia tienen alguno escritores herméticos clave, especialmente el cabalista Eliphas Levi[33]. Tomberg, en su principal libro como católico, escribió lo siguiente: “¿No ha llegado finalmente el momento de que nosotros, los herméticos, tomemos en cuenta el hecho, indiscutible, de que es gracias a la Iglesia que tenemos aire para respirar y que tenemos en ella un amparo y un refugio en este mundo de materialismo, imperialismo, nacionalismo, tecnologismo, biologismo y psicologismo? Nosotros vivimos en la medida en que vive la Iglesia”[34].

22. Tomberg tiene una especial importancia ya que su obra sigue siendo leída en los círculos de la New Age, que encuentran en ella, entre otros elementos que son ajenos a la tradición católica, no sólo un respeto por la Iglesia, sino también una aguda crítica de importantes aspectos del pensamiento New Age, sobre todo de la tensión causada por la indiferencia, propia de una espiritualidad de inspiración oriental, y la solidaridad[35].

23. En la actualidad, pocos seguidores de la New Age tienen una idea clara del catolicismo, pero algunos de ellos lo han descubierto y han adherido a él, como Roger Buck, que fue un activista de la New Age[36]. Es evidente que, a medida que llegan a apreciar las deficiencias de sus creencias previas, sienten la necesidad de poder reconocer en la Iglesia y en su liturgia la realidad que habían estado buscando por tanto tiempo, o sea, no la afirmación de los valores seculares que se puede hallar en la “religiosidad racionalista”, sino lo sobrenatural. Es entonces que pueden apreciar la intuición de G.K. Chesterton, que vivió también la experiencia del espiritualismo: “Los verdaderos místicos no esconden los misterios, sino que los revelan: presentan las cosas a plena luz del día, y una vez que se las ha visto, siguen siendo un misterio. Pero los mistagogos esconden las cosas en la oscuridad y el secreto, y cuando se las llega a descubrir, resultan ser una mera banalidad”[37].

Solsticio de verano en Stonehenge, Reino Unido

Apéndice: 

Los herméticos y los decadentes hablan de la forma extraordinaria

Como queda dicho en este documento, el hermetismo occidental y el romanticismo decadente se cuentan entre los precursores de la New Age, y la actitud de ambos ante la antigua liturgia católica ejemplifica las posibilidades que ésta tiene respecto de la propia New Age.

Valentin Tomberg, hermético, convertido al catolicismo, cita al escritor cabalista francés, por un tiempo seminarista, Eliphas Levi: “Los antiguos ritos perdieron su eficacia cuando apareció el cristianismo en el mundo. La religión cristiana y católica es, de hecho, la hija legítima de Jesús, Rey de los Magos. Un simple escapulario usado por un verdadero cristiano es talismán más invencible que el anillo y el pentáculo de Salomón. La Misa es la más prodigiosa de las invocaciones. Los necrománticos invocan a los muertos, los magos invocan a los diablos y tiemblan, pero el sacerdote católico no tiembla al invocar al Dios viviente”[38].

Oscar Wilde, que terminó convirtiéndose al catolicismo, escribe, refiriéndose a su personaje novelesco, el romántico decadente Dorian Gray: “Se decía que estaba a punto de convertirse al catolicismo, y ciertamente el ritual romano había tenido siempre un gran atractivo para él. El sacrificio cotidiano, más imponente en verdad que todos los sacrificios del mundo antiguo, lo conmovía tanto por su soberbio rechazo de la evidencia de los sentidos como por la primitiva simplicidad de sus elementos y por el eterno pathos de la tragedia humana que procuraba simbolizar”[39].

Los textos citados fueron escritos antes de la reforma de la liturgia romana surgida del Concilio Vaticano II. Es evidente que es en la actual forma extraordinaria que se despliega claramente lo que estos autores encontraron interesante y atractivo en la Misa.   

Valentin Tomberg
       


[1] Juan Pablo II, Discurso a los obispos de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska, 28 de mayo de 1993, núm. 2.

[2] Especialmente el budismo, el hinduismo y, aunque de un carácter algo diferente, la fe Bahá’i. El espacio no nos permite un análisis detallado de todos éstos, pero en cuanto influencias importantes en la New Age, comparten con éste ciertos rasgos centrales.

[3] El yoga postural, tal como se lo encuentra hoy, es una invención moderna, que combina influencias de los movimientos de cultura física occidental de la primera mitad del siglo XX y las tradiciones espirituales indias: véase Jain, A., Selling Yoga: from Counterculture to Pop Culture (Oxford, Oxford University Press, 2015), p. 37. Las espiritualidades indias occidentalizadas que se encuentra en el movimiento yoga occidental dan a éste una gran afinidad con la New Age, y calza dentro de ella como una entre las muchas “técnicas espirituales” para la realización personal: véase infra, núm. 4. Algunos escritores indios que desean relacionar más firmemente el yoga con el hinduismo se quejan de su contaminación, en su forma occidental vulgarizada, con las “banalidades intelectuales del galimatías New Age” (citado por Jain, Selling Yoga, cit. p. 147).

[4] Movimiento cuya raíces históricas están, en su mayor parte, en las religiones pre-cristianas de Europa occidental.

[5] En el cual, como se dirá más adelante, la New Age enfatiza la meta de la sanación (o transformación) espiritual y emocional; el movimiento hermético precursor se focaliza en la comprensión (o conocimiento), en tanto que el neopaganismo y el ocultismo lo hacen en el poder. Sobre este último, véase Steichen, D., Ungodly Rage: The Hidden Face of Catholic Feminism (San Francisco, Ignatius Press, 1991), pp. 70-71.

[6] Véase el Pontificio Consejo para la Cultura y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Jesucristo, portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era (2002). Otras guías útiles sobre este fenómeno desde el punto de vista católico son: Irish Theological Commission, A New Age of the Spirit? A Catholic Response to the New Age Phenomenon (Dublín, 1994); Caldicott, S., Understanding the New Age (Londres, Catholic Truth Society, 2006); Pacwa, M., Catholics and the New Age. How Good People are being drawn into Jungian Psychology, the Enneagram and the New Age of Aquarius (Ann Arbor, MI, Servant, 1992); Steichen,  Ungodly Rage: The Hidden Face of Catholic Feminism, cit., y Buck, R., Cor Jesu Sacratissimum: From Secularism and the New Age to Christendom Renewed (Kettering, OH, Angelico Press, 2016).

[7] Difuso movimiento influido por el gnosticismo, el cabalismo y varios textos mágicos occidentales y tradiciones de los períodos antiguo y medieval (tanto auténticos como supuestos). Se manifiesta en el rosacrucismo, la teosofía y la mágica ceremonial, y está vinculado con el ocultismo.

[8] Alice Bailey (1880-1949). Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891). Véase Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., p. 63.

[9] A Course in Miracles, de Helen Schucman, publicado completo por primera vez en 1976. Schucman propone la idea de que el mensaje de Jesús fue corrompido por sus discípulos, especialmente por San Pablo, idea desarrollada por Alice Bailey (véase su Esoteric Astrology, Nueva York, Lucis Publisher, 1971, publicado por primera vez en 1942). Algunos escritores New Age se apropian a veces de figuras y términos teológicos cristianos, dándoles un significado totalmente diferente. También se han realizado esfuerzos por reconstruir un cristianismo auténtico remitiéndose al gnosticismo.

[10] “Es sobre todo la cristiandad católica el blanco natural del New Age liberal, aunque sus seguidores a menudo niegan que estén apuntando a blanco alguno” (Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., p. 134). Del mismo modo, la Iglesia católica es el foco de los intentos ocultistas de derribar a Cristo, tarea emprendida por la “Ecclesia Gnostica Catholica” fundada por el ocultista Aleister Crowley a comienzos del siglo XX, y por la “Misa gnóstica” de Crowley.

[11] Juan Pablo II, Discurso a los obispos de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska, cit., núm. 2.

[12] Véase England, R., The Unicorn in the Sanctuary: the Impact of the New Age on the Catholic Church (Manassas VA, Trinity Communications, 1990), p. 150.

[13] Juan Pablo II, Discurso a los obispos de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska, cit., núm. 2.

[14] Juan Pablo II, Discurso a los obispos de Iowa, Kansas, Missouri y Nebraska, cit., núm. 3. Véase también Pontificio Consejo para la Cultura y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Jesucristo, portador del agua de la vida, cit., Prefacio: “Hay que reconocer que el atractivo que la Nueva Era tiene para algunos cristianos puede deberse, en parte, a la falta de atención seria, en sus colectividades, a temas que son realmente parte de la síntesis católica, como la importancia de la dimensión espiritual del hombre y su integración con el resto de su vida, la búsqueda del sentido de la vida, los vínculos ente los seres humanos y el resto de la creación, el deseo de transformación personal y social, y el rechazo de la visión racionalista y materialista de la humanidad”.

[15] Steichen, Ungodly Rage: The Hidden Face of Catholic Feminism, cit., p. 118.

[16] Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., pp. 56, 62, y passim. Los movimientos esotéricos en Francia y otros países de pasado católico han tomado otro rumbo, con mucho menos hostilidad hacia el cristianismo: un ejemplo influyente es el austríaco Rudolf Steiner (1861-1925), cuyo rechazo de la Iglesia católica fue temperado por su convicción de que la Crucifixión es el punto central de la historia: véase Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., p. 158.

[17] Las prácticas New Age incluyen rituales arbitrarios, estilo “hágalo usted mismo” (“do it yourself”), pero con la influencia de las religiones orientales pueden incorporar también rituales, por ejemplo, hinduistas, con un grado mayor de formalidad. El neopaganismo ha desarrollado rituales de gran complejidad (realizados, por ejemplo, en Stonehenge, en Inglaterra), que superan a veces a los complejos ritos de uno de los movimientos precursores de la New Age, la masonería (Foster Bailey, marido de Alice Bailey, fue un masón de alto grado). El yoga nos da ejemplos también del uso de ritos espiritualmente densos realizados por occidentales post-cristianos.

[18] La influencia del misticismo oriental ha promovido prácticas ascéticas y de autodisciplina que aíslan al individuo de las cosas mundanas y le ayudan a meditar. Véase Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., pp. 144-146.

[19] Cfr. Hannah, W., Darkness Visible: a Christian Appraisal of Freemasonry (Londres, Baronius Press, 2008), un estudio clásico de la masonería británica publicado primeramente en 1952. En pp. 257-258 se dice: “En general, la masonería en Escocia es más popular y relativamente más numerosa que en Inglaterra, en parte debido a que suele ser más barata, y en parte porque el austero presbiterianismo ha eliminado gran parte del colorido, el glamour y el ceremonial del culto cristiano. Cuando el alma tiene hambre de estos elementos en la religión, tenderá naturalmente a compensarlos por vías menos recomendables. No es sólo la hostilidad hacia Roma lo que ha debilitado a la masonería en algunos países católicos”.

[20] El éxito comercial de las grabaciones de canto gregoriano es un indicador del potencial de éste en este aspecto. La música New Age ha adoptado el canto gregoriano como un elemento en su búsqueda de música que facilite la relajación y la meditación.

[21] Caldicott, Understanding the New Age, cit., p. 51: [la New Age] busca un contacto transformador con el misterio (aquello que nos trasciende) y lo sobrenatural: tiene hambre de verdadero amor, de belleza, de sanación, de santos y milagros, de poesía, no de prosa”. De los dos fenómenos relacionados, el paganismo y el ocultismo, el primero está potencialmente más abierto a los aspectos incarnacionales de la tradición litúrgica, y el segundo más abierto a los ritos, las vestimentas, el canto.

[22] El entusiasmo por el misticismo oriental que evidenció, hacia el final de su vida, el P. Thomas Merton (1915-1968), popular autor y monje trapense, fue una importante influencia en la New Age dentro de la Iglesia católica. En 1967 escribía: “Nuestro gran peligro es deshacernos de cosas que son excelentes y que no comprendemos, y reemplazarlas por formas mediocres que nos parecen más significativas y que, de hecho, son triviales. Mucho me temo que, cuando se haya asentado el polvo, no nos quedará más que lo que merecemos, o sea, una serie más bien necia, rápida, aparentemente puesta al día, de formas litúrgicas desprovistas de la dignidad y significancia de las antiguas”. Sobre el canto gregoriano escribió en 1965: “Los monjes no pueden comprender el tesoro que poseen, y lo arrojan para buscar algo diferente, en tanto que los seglares, de los cuales la mayor parte no es siquiera cristiana, son capaces de amar este arte incomparable”. Citado en Hillis, G. K., Communion of Love: Thomas Merton and Liturgical ReformABC Religion and Ethics, 14 de septiembre de 2016 [fecha de consulta: 31 de mayo de 2017].

[23] En contraste con las “deformaciones arbitrarias” a que alude Benedicto XVI en su “Carta a los obispos que acompaña al motu proprio Summorum Pontificum.

[24] En el sentido de “eficacia ritual” a que alude el sociólogo Anthony Archer (Archer, A., The Two Catholic Churches: a Study in Oppression, Londres, SCM Press, 1986, p. 142). Así, por ejemplo, el Canon no necesita ser recitado en voz alta para producir su efecto: no depende de las respuestas subjetivas de los miembros de la congregación.

[25] Algunos escritores New Age tratan, a veces, de crear una narrativa histórica occidental a partir de pensadores y movimiento opuestos al cristianismo ortodoxo, aun cuando sea esto lo único que tienen en común. Y así, a menudo sienten simpatía por los cátaros (aunque no los comprendan necesariamente). El trabajo de Philip Carr-Gomm es un ejemplo de esta tendencia.

[27] Véase especialmente la Irish Theological Commission, New Age of the Spirit?, cit., p. 32: “Existen varios métodos [en la New Age] de poseer espíritus familiares, disfrazados de “consejeros” o amigos que aconsejan a la gente en la toma de decisiones, y que pueden ser adquiridos a través de técnicas de control de la mente […] Cualquiera puede ser uno de estos consejeros, incluso los muertos o los espíritus demoníacos. Desde el momento en que se compromete a estos espíritus, se le dice a uno que debe rezarles y pedir su consejo en todas las cosas. Esto abre el alma a las influencias demoníacas, fuerzas sobre las que no tenemos control, porque la persona está en un estado de relajación en que se abre a recibir cualquier influencia, sin usar el filtro de la inteligencia o del pensamiento racional. Este proceso convierte también a la voluntad en algo flexible y dispuesto a obedecer, listo para recibir cualquier estímulo”. 

[28] Mientras que el movimiento romántico pone énfasis en la naturaleza, las emociones y la autenticidad, los decadentes o “románticos oscuros” buscaban experiencias más intensas mediante la lujuria, el libertinaje y lo Oculto.

[29] Joris-Karl Huysmans (1848-1907). En su novela Là-Bas, publicada en 1891, describe algunos ritos satánicos.

[30] Fue oblato en el monasterio de Ligugé, cerca de Poitiers (Francia). 

[31] Joseph Pierce, en su estudio sobre Oscar Wilde, incluye en una lista de los que siguen este camino, a los poetas ingleses Francis Thompson y Audrey Beardsley, los poetas franceses Charles Baudelaire, Paul Verlaine y Marc-André Raffalovich, a Robert Ross, amigo de Wilde, a los escritores ingleses Ernest Dowson y Lionel Johnson “y muchísimos otros”, igual que, al cabo, al propio Wilde. Pearce, P., The Unmasking of Oscar Wilde (San Francisco CA, Ignatius Press, 2000), p. 386. Un ejemplo proveniente de Italia sería el beato Bartolo Longo (1841-1926), fundador del santuario de Nuestra Señora de Pompeya, que fue un sacerdote satánico antes de su conversión en 1865.

[32] Véase el Apéndice.

[33] Eliphas Levi, seudónimo de Alphonse Louis Constant (1810-1875). Véase el Apéndice.

[34] Valentin Tomberg (1900-1973). Véase Anónimo [Valentin Tomberg], Meditations on the Tarot, pp. 189-190.

[35] Anónimo [Valentin Tomberg], Meditations on the Tarot, cit., p. 36.

[36] Buck describe su conversión en el libro citado en este documento (Buck, Cor Jesu Sacratissimum, cit., pp. 161-190). Son también notables las conversiones de occidentales previamente adeptos a las espiritualidades orientales: véase, por ejemplo, Paul Williams The Unexpected Way: On Converting from Buddhism to Catholicism (Londres, T&T Clark, 2002). Stratford Caldicot, uno de cuyos trabajos hemos citado en este documento, se convirtió desde la fe Bahá’i.

[37] Chesterton, G. K., Father Brown Stories (Londres, The Folio Society, 1959), p. 123 (de ‘The Arrow of Heaven’, publicado en The Incredulity of Fr. Brown en 1926). El uso que Chesterton hace del término “mistagogo” no es, por cierto, exacto: es sólo un término tradicional para catequistas.

[38] Citado en Anónimo [Valentin Tomberg], Meditations on the Tarot, cit., pp. 139-140.

[39] Wilde, O., The Picture of Dorian Gray (Londres, Folio Society, 2009), p. 128. El retrato de Dorian Grey (The Picture of Dorian Gray) se publicó primeramente en una revista en 1890, y revisado y ampliado, apareció como libro en 1891.