En una entrada anterior explicamos nuestro propósito de traducir los Position Papers sobre el Misal de 1962 que desde hace algún tiempo viene preparando la Federación Internacional Una Voce, de la cual nuestra Asociación es capítulo chileno desde su creación en 1966.
En esta ocasión les ofrecemos la traducción de la segunda parte del Position Paper 14 y que versa sobre los aspectos litúrgicos de la reforma de la Semana Santa de 1955, cuyo original en inglés puede consultarse aquí. Dicho texto fue preparado en el mes de abril de 2013. Para facilitar su lectura hemos agregado un título (Texto) para separar su contenido del resumen (Abstract) que lo precede. En una entrada previa hemos publicado la primera parte de este Position Paper, la cual está dedicado a los aspectos generales de la reforma piana.
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La reforma de Semana Santa de 1955
Segunda parte: Las liturgias en particular
Resumen
El Position Paper 14, primera parte,
abordó algunos aspectos generales de la reforma de Semana Santa de 1955. Esta parte segunda contiene un breve análisis de las reformas, ceremonia por
ceremonia. Los cambios más importantes se hicieron a la Vigilia Pascual, en
particular la reestructuración completa de la bendición del Cirio Pascual y la
reducción del número de lecturas. También se hizo cambios importantes al
Domingo de Ramos (en especial, la reducción del número de bendiciones de los
ramos), y al Viernes Santo (se podó drásticamente la “Misa de
presantificados”). En conclusión, las formas de las liturgias de 1570 tienen
valor e importancia, y es difícil comprender por qué no se permitió que se las
siguiera usando en la liturgia viva de la Iglesia. En un Apéndice se enumera algunos
cambios hechos en 1955 que parecen preludiar aquellos efectuados al resto del Misal y que no fueron llevados a cabo por entonces, lo cual crea una tensión en el Misal de 1962.
Los comentarios a este texto pueden enviarse a positio@fiuv.
1. La historia
de las ceremonias de Semana Santa es extremadamente compleja, y se caracteriza
por una mutua influencia de los usos romanos y galicanos, e incluso de las
liturgias orientales. Sin embargo, el Misal de 1570 inició un período de
estabilidad que terminó sólo en la década de 1950; período que merece, por
tanto, ser considerado como “clásico”, en el sentido de constituir un natural
punto de referencia en la historia de las ceremonias. Fue conocido por los
santos y doctores de este largo período de tiempo, como también, en mayor o
menor medida, lo fueron los períodos anteriores, quienes lo enriquecieron con
su comprensión de los misterios de la Semana Santa. Luego de haber analizado
los principios generales de la reforma de 1955 en la primera parte, en esta
segunda parte examinaremos con un poco más de detalle algunos rasgos notables
de las ceremonias de 1570 que se suprimió o cambió en 1955.
Pío XII
(Foto: The Catholic Herald)
El Domingo
de Ramos.
2. La bendición de los ramos en el rito
de 1570 estaba precedida por una missa
sicca, el único ejemplo que sobrevivía en el Misal de un rito normalmente
celebrado en la Edad Media [1].
En 1955 se suprimió este rito. Las ocho largas oraciones de la bendición, una
de las cuales tenía forma de prefacio, con su Sanctus incluido, todas de una gran belleza, fueron drásticamente
reducidas en 1955. En la ceremonia de 1955 se bendice los ramos en una simple
mesa portátil para aumentar la visibilidad de la ceremonia, lo cual refleja las
prioridades del momento: visibilidad por sobre solemnidad [2].
El popular ritual de la Baja Edad Media, y la solemne procesión de entrada a la
iglesia, con los golpes que se daba a la puerta con el pie de la cruz
procesional, fueron también abolidos en 1955 [3].
3. Se acortó
la lectura de la Pasión según San Mateo durante la Misa, suprimiéndose el
relato de la cena en casa de Simón el Leproso y el de la Última Cena, cambios
que se hicieron también a las Pasiones según San Marcos y San Lucas para el martes y
el miércoles, respectivamente, de Semana Santa. Esto produjo el efecto de
privar a la liturgia de Semana Santa –y, al cabo, a la totalidad del Misal de
1962- de los relatos de la Ultima Cena según los Evangelios sinópticos. Se reconoció
ampliamente que esto fue un error, corregido parcialmente en la reforma de
1970.
Domingo de Ramos previo a la reforma piana
(Foto: Rorate Caeli)
El Jueves
Santo.
4. Aunque ello no afecta a la celebración hecha en las parroquias, hay que hacer ver que la creación en 1955 de una ceremonia separada para la bendición de los óleos fue un intento “arqueológico” de recrear una ceremonia que no se había celebrado en muchos siglos. Para llevar esto a cabo se tuvo que componer una cantidad de textos litúrgicos [4].
5. El Mandato
(lavado de pies), desde los primeros tiempos de su incorporación a la Misa del
Jueves Santo, había tenido lugar después de terminada la Misa, a continuación
del despojo de los altares [5].
La recomendación de 1955 de transferirlo al momento después del sermón no tiene
precedentes [6], y la
especificación del presbiterio como el lugar de la ceremonia plantea problemas
cuando se usa a laicos [7].
El Viernes
Santo.
6. El impresionante ceremonial, de la Baja Edad Media, que rodeaba la procesión desde el Monumento hasta el altar mayor, para la Misa de presantificados, fue suprimido en 1955[8]. Desde entonces, la procesión se hace en silencio, y el rito mismo de la comunión comprende poco más que la recitación del Padrenuestro y de su embolismo. No tiene precedentes la recitación del Padrenuestro con los fieles, y constituye una anomalía respecto de la forma como se lo recita durante el año (véase Apéndice).
7. La
supresión de muchas oraciones en la Misa de presantificados que se referían al
“sacrificio” fue motivada, en parte, por parecer a los reformadores que eran
inapropiadas puesto que no existía sacrificio eucarístico. Sin embargo, el
Beato Ildefonso Schuster advierte, en su análisis de la Misa de
presantificados: “Hoy, en señal de duelo, se omite el ofrecimiento del
sacrificio eucarístico. En su lugar ofrecemos a Dios el mérito del sacrificio
cruento del Calvario, al cual nos asociamos mediante la humillación y
contrición del corazón. Volviéndose hacia el pueblo [el sacerdote] dice: 'Hermanos, orad para que mi sacrificio y el vuestro sea aceptable a Dios Padre
Todopoderoso'" [9]. Este
es, por cierto, una especie de sacrificio presente en toda Misa. Podemos hablar
de un sacrificio diferente ofrecido por los fieles en el Orate fratres [10], y también de un “sacrificio de
alabanza” al que se refiere el Memento
del Canon Romano [11].
8. La sospecha
de los reformadores respecto de este rasgo de la Misa de presantificados
plantea un problema general a su metodología. Aunque es verdad que el Orate fratres y otras oraciones
similares en la Misa no se encuentran en las versiones más antiguas de la
liturgia del Viernes Santo, sino que datan del siglo XII [12],
resulta notable que los reformadores hayan sostenido que algunas oraciones de
la Iglesia, recitadas continuamente a lo largo de ocho siglos (aunque no en
todas partes) e incluidas en el Misal que se publicó después del Concilio de
Trento, son teológicamente defectuosas.
Ello es especialmente notable porque, como lo ilustra el Cardenal Schuster, esas oraciones
pueden ser interpretadas de un modo perfectamente razonable. Dicha actitud
parece incompatible con las palabras de Pío XII en su encíclica Mediator Dei:
"Es claro que ningún católico
sincero puede rehusarse a aceptar las formulaciones de la doctrina cristiana elaborada
más recientemente y proclamadas como dogma por la Iglesia, con la inspiración y
guía del Espíritu Santo y con abundantes frutos para las almas, debido que le
place apegarse a las formulaciones antiguas. Tampoco puede un católico
razonable repudiar la actual legislación de la Iglesia para remitirse a normas
basadas en las más antiguas fuentes de la ley canónica. Del mismo modo, es
obviamente insensato y erróneo el celo de quien, en materias litúrgicas,
retrocede a los ritos y usos de la antigüedad, desechando las nuevas formas
introducidas por disposición de la Divina Providencia para corresponder a los
cambios de circunstancias y situaciones" [13].
Juan XXIII durante la Adoración de la Cruz de acuerdo a las rúbricas previas a la reforma piana
(Foto: Rorate Caeli)
La Vigilia
Pascual.
9. Las tres oraciones de bendición del
fuego nuevo fueron reemplazadas por una sola oración, y se modificó enteramente
las ceremonias que rodean al Cirio Pascual, echándose mano de textos y
ceremonias recientemente compuestos. El argumento de los reformadores de que la
traslación del Cirio Pascual cesó sólo debido a su aumento de tamaño y de que
la triple caña (el trikirion) se
originó en el triple Lumen Christi no es históricamente correcto [14].
La desaparición de la triple caña es lamentable, ya que era un impactante
ejemplo de la influencia de las liturgias de Oriente [15].
10. La
revisión hecha en 1955 volvió imposible el histórico papel del Exsultet en la bendición del Cirio. En
cambio, la oración Veniat ergo quaesumus,
que por largo siglos había sido empleada en la bendición de los granos de
incienso, se transformó en bendición del Cirio al insertarse en ella la palabra
“cereum” (cera) [16]. La
referencia del Exsultet al
“sacrificio de incienso” había estado asociada con la inserción de los granos
de incienso desde el siglo XII [17].
Y se perdió además la asociación con las palabras que seguían al encendido del
Cirio mismo y de las otras luces [18].
11. El
antiquísimo conjunto de doce lecturas del Antiguo Testamento de la antigua
liturgia se reemplazó por un grupo de cuatro [19],
cambiándose considerablemente el equilibrio de los elementos en la ceremonia:
las lecturas ya no fungen como una vigilia en sentido estricto, o sea, un
tiempo de atención y espera. Los propios reformadores lamentaron en cierta
forma el cambio. Como dice Adrian Fortescue, el total de las doce lecturas
“constituyen un maravilloso relato de las obras de Dios con su pueblo antes de
la venida de Cristo” [20].
El Misal de 1970 reinstauró un conjunto mucho más extenso de lecturas, al menos
en forma opcional.
12. La
bendición de la Fuente Bautismal fue trasladada, en 1955, desde el Bautisterio
al presbiterio [21], donde
podía ser vista por el pueblo, aunque esto hiciera necesario el empleo de un
balde común y corriente para el agua bendita. El Misal de 1970 restauró la
bendición de la Fuente.
13. Los
Maitines y Laudes pascuales, que se celebraban en la tarde del Sábado Santo
después de Completas (la Vigilia se celebraba en la mañana), ceremonia que
databa del siglo VIII y que tenía considerable importancia histórica [22],
fue abolida en 1955. Ambas horas tenían la importancia de ser las primeras
ceremonias del Domingo de Pascua, y ponían término a la Cuaresma. Muchos de los
contenidos de estas horas fueron reutilizados en los Maitines del Lunes de
Pascua en la Liturgia de las Horas de 1970, y en los Laudes del Domingo de
Pascual en el Antiphonale Monasticum
de 2005.
Vigilia previa a 1955
(Foto: New Liturgical Movement)
La Vigilia
de Pentecostés.
14. Se abolió el paralelismo de este día
con la Vigilia Pascual, lo cual representa una importante pérdida de riqueza
litúrgica, sin ganancia alguna que la compense.
Conclusión.
15. Con la
perspectiva que dan más de cincuenta años, es muy impactante advertir el
condicionamiento de la naturaleza de la reforma por las preocupaciones del
momento. Dichas preocupaciones fueron retomadas, en gran medida, por algunos
otros sólo una década más tarde, cuando comenzó a prepararse el Misal de 1970,
y lejos de resistir la prueba del paso del tiempo, la Semana Santa de 1955 fue,
en gran medida, aventada. De hecho, como decíamos antes, en algunos casos el
Misal de 1970 contiene concesiones hechas a las críticas que se formularon a la
reforma de 1955. No sorprende que haya muchos que, apegados a la antigua tradición
litúrgica latina, rehúsen ver la reforma desde la perspectiva de la primera
mitad de la década de 1950. En efecto, aunque cada época puede tener una legítima
influencia en el desarrollo orgánico de la liturgia, la reforma de la Semana
Santa de 1955 incluyó una serie de cambios radicales de cosas que habían
permanecido intactas durante cuatro siglos.
16. Dada la
importancia histórica de las ceremonias del Misal de 1570, cuesta entender, en
el contexto del motu proprio Summorum Pontificum, por qué no se las habría de
permitir, para edificación de los fieles, en continuidad con tantas
generaciones de predecesores. “Lo que las generaciones anteriores tuvieron como
sagrado, sigue siendo sagrado y grande también para nosotros, y no puede ser
totalmente prohibido de improviso ni ser considerado como dañino. Nos compete a
todos preservar las riquezas que se han desarrollado en la fe y en la oración
de la Iglesia y darles su lugar adecuado”[23].
Liturgia papal de Viernes Santo previa a al reforma
(Foto: New Liturgical Movement)
Apéndice: las reformas de 1955 y el Misal de 1962.
Aunque de diversos modos la liturgia de la Semana Santa es sui generis, se conforma, sin embargo, a ciertos principios litúrgicos que se encuentra en otras partes del Misal. Uno de los efectos de la reforma de 1955 fue transformar las ceremonias de Semana Santa en una serie de excepciones a tales principios. En muchos casos parece que se esperaba que el resto del Misal sería puesto de acuerdo con ellas. Así, por ejemplo, el Confiteor y la Absolución inmediatamente antes de la comunión fueron abolidos en 1955 para el Jueves Santo, y luego se los abolió durante todo el año en 1961. En otros casos, sin embargo, los ajustes que correspondía no se habían hecho todavía hacia 1962, sino que se hicieron al final de la década de 1960, o se los encuentra en el Misal de 1970. En consecuencia, el Misal de 1962 contiene tensiones e incoherencias no deseadas por la reforma, que derivan de las contingencias de la historia litúrgica.
Conviene también notar que, incluso cuando se logró con las reformas de finales de la década de 1960 cierta coherencia en algunos aspectos, no se pensó nunca que ello iba a ser permanente. Como lo explica Abhinc tres annos (1967), se promulgó cambios “cuando los recomiendan algunas consideraciones pastorales, sin que parezcan oponer obstáculos a la reforma definitiva de la liturgia que está por hacerse. Además, parecen ventajosos para la gradual introducción de la reforma, y se puede realizar simplemente alterando las rúbricas, y no los libros litúrgicos actuales” [24].
Algunos de dichos cambios son los
siguientes:
El Domingo de Ramos:
- Son abolidos los manípulos para la bendición de
los Ramos y la procesión, como también para la acción litúrgica del Viernes
Santo. Esto se extendió a todo el año litúrgico después de 1962 [25].
- Se suprime al Asperges: se lo hace opcional, en lugar del rito penitencial, en el
Misal de 1970 (si se lo usa, reemplaza al rito penitencial).
- Se bendice los ramos que los fieles
sostienen en sus manos, o se los pone en una tabla portátil separada del altar,
versus populum. Aunque esto forma parte de un proyecto coherente de hacer más
visibles las acciones litúrgicas, contrasta con la bendición de las candelas en
la fiesta de la Purificación (la Candelaria), en la fiesta de San Blas y con la
bendición de las cenizas el Miércoles de Cenizas. Es abolido el beso de los
ramos y de la mano del celebrante por los fieles: esto forma parte de un
insistente desprecio de las osculaciones en la reforma de la Semana Santa, pero
contrasta con las normas de la bendición de las candelas en la fiesta de la
Purificación [26].
- Se suprime las Oraciones Preparatorias
de la Misa, tal como se hizo en la Vigilia de Pascua. El principio de que las
Oraciones Preparatorias se omiten cuando la Misa es precedida por alguna otra
ceremonia se extiende, en el Misal de 1962, a algunos casos como el Miércoles
de Cenizas, pero no a otros, como la Misa nupcial que sigue al rito del
matrimonio, como tampoco a la Misa dominical precedida por el Asperges. Debido a que en las Misas
cantadas todavía debían ser cantados el Introito y el Kyrie, la abolición de
las Oraciones Preparatorias simplemente prolongó el tiempo que el celebrante
debía permanecer sentado en la sede, esperando que terminara el canto antes
de entonar el Gloria, contra los principios de la instrucción Tra le sollicitudine, sobre música
sagrada, de San Pío X [27].
Algunas reformas posteriores, en todo caso, siguieron otros principios,
acortando las Oraciones Preparatorias con la omisión del salmo Iudica me [28].
- El Orate fratres debe decirse en voz alta, y los fieles deben
responder. Esto ocurre también en la Vigilia Pascual, y se relaciona claramente
con la extensión de la práctica de la Misa dialogada en aquellos años, pero no
es coherente con las normas contenidas en De
música sacra (1958).
- La repetición de los textos por el
celebrante cuando son cantados por otros ministros o por la schola, es abolida durante la Semana
Santa. El principio general de que no se debe duplicar los textos no se aplicó
de modo coherente en el resto del Misal de 1962 [29].
- Se suprime el Último Evangelio
cuando no tiene lugar la bendición de los ramos. Se lo suprime también el
Jueves Santo y en la Vigilia Pascual. Aquí también se argumentó contra el
Último Evangelio por algunos partidarios de la reforma, pero no se extendió la
supresión a todo el Misal de 1962 [30].
Domingo de Ramos celebrado conforme a las rúbricas previas a la reforma piana
(Foto: Mulier Fortis)
El Jueves Santo:
- Se toma el salmo 21, recitado
durante el despojo de los altares, del salterio revisado por Pío XII. Se usó
este salterio en la composición de nuevos textos litúrgicos luego de su
publicación en 1945, pero nunca se reemplazó los textos existentes. Esto
significa que los cantos y otros textos que emplean salmos en la liturgia
reformada del Jueves Santo siguen usando el salterio latino antiguo, y sólo la
ceremonia del despojo de los altares recurre al salterio de Pío XII. En algunas
reformas posteriores se discontinuó el uso litúrgico del salterio de Pío XII en
favor del salterio de la Neo Vulgata, publicado en 1969. En el Positio Paper 5: El uso de la Vulgata y de los antiguos salterios latinos se analiza las dificultades que presenta el uso del
salterio y cánticos de Pío XII.
- La ubicación del Mandatum después del Evangelio anticipa
el uso de ese momento, en reformas posteriores, para otras ceremonias que con
anterioridad se realizaban antes o después de la Misa, como por ejemplo, el
rito del matrimonio en la Misa nupcial, y la bendición y distribución de las
cenizas el Miércoles de Cenizas [31].
- Se omite la bendición al final de la
Misa, debido a que vienen después otras ceremonias. No se aplica coherentemente
este principio en el Misal de 1962, sin embargo. Una excepción está constituida
por Corpus Christi.
Monumento
(Foto: Rorate Caeli)
El Viernes Santo:
- Los fieles deben recitar el Padrenuestro junto con el celebrante. Como en el caso de otros cambios hechos el
Domingo de Ramos, éste está vinculado con la práctica de la Misa dialogada,
pero su uso en la Misa cantada es anómalo.
- No se usan los manípulos, como para
la bendición de los ramos el Domingo de Ramos (véase más arriba).
La Vigilia Pascual:
- Se bendice el agua a la vista de los
fieles, como los ramos el Domingo de Ramos (véase más arriba).
- En la Renovación de las Promesas
Bautismales se usa el vernáculo y los fieles dialogan con el celebrante. A la
anomalía de cambiar de diálogo cantado a diálogo hablado mencionada antes, se
añade la innovación del uso del vernáculo, el cual se generalizó en 1962 para
todo el año [32].
- En los Laudes que siguen a la
Vigilia, el Benedictus se toma de la
versión revisada publicada con el salterio de Pío XII, el cual se usa también
el Jueves Santo (véase más arriba).
[1] Goddard, P., Festa
Paschalia: A history of the Holy Week liturgy in the Roman Rite
(Leominster, Gracewing, 2011) p. 266.
[4] Los textos que sobreviven se encuentran en el Antiguo
Sacramentario Gelasiano, que data del siglo VIII.
[5] Desde su incorporación en el Pontifical del siglo XII. Véase Goddard, Festa Paschalia, cit., p. 153.
[6] Originalmente, en el cuadro de las comunidades monásticas y en
las catedrales, tenía lugar en otro edificio, como la casa capitular.
[7] Antes de 1955, el Misal no especificaba la ubicación. Sería
apropiado el uso de la nave cuando se lava los pies de los seglares, debido a que
tienen que despojarse de calcetines y zapatos y luego ponérselos de nuevo. Es
interesante advertir que el ponerse y sacarse los obispos las cáligas fue
prohibido por la Sagrada Congregación de Ritos por un decreto de 4 de diciembre
de 1952. Tales acciones debían realizarse sólo en la sacristía.
[8] La creación de la ceremonia tuvo lugar, en gran medida, en el siglo XII. Véase Goddard, Festa Paschalia, cit., pp.
148-149.
[9] Schuster, I., The Sacramentary (Liber Sacramentorum): historical and liturgical notes on the Roman Missal (edición inglesa, Londres, Burns Oates, 1925), vol. II, p. 221.
[10] Orate, fratres, ut meum ac
vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum Patrem Omnipotentem (“Orad,
hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro sea aceptable a Dios Padre
Todopoderoso”).
[11] La conmemoración de vivos: qui
tibi offerunt hoc sacrificium laudis (“que te ofrecen este sacrificio de
alabanza”).
[12] Para ser exactos, la oración In
spiritu humilitatis, con su referencia al sacrificio, apareció en la
liturgia del Viernes Santo en el siglo XII, y el Orate, fratres y el Dirigatur,
Domine en el siglo XIII. Véase Goddard, Festa Paschalia, cit., pp. 186-187.
[13] Pío XII, Encíclica Mediator
Dei (1947), núm. 63: Quemadmodum enim e catholicis
cordatus nemo, eo consilio ductus ut ad veteres revertat formulas, a prioribus
Conciliis adhibitas, illas respuere potest de christiana doctrina sententias
quas Ecclesia, adspirante moderantque divino Spiritu, recentiore aetate, ubere cum
fructu, composuit retinendasque decrevi itemque quemadmodum e catholicis
cordatus nemo vigentes leges repudiare potest, ut ad praescripta regrediatur,
quae antiquissimis hauriantur canonici iuris fontibus; ita pari modo, cum de
sacra Liturgia agitur, qui ad antiquos redire ritus consuetudinesque velit,
novas repudiando normas, quae ex providentis Dei consilio ob mutatas rerum
condiciones fuere inducte non is procul dubio, ut facile cernere est, sapienti
rectoque movetur studio.
[14] Existen precedentes históricos de la traslación del Cirio, pero
en ningún caso él era ni encendido ni bendecido antes de ser puesto en el
presbiterio. Más común era que estuviera en el presbiterio desde el comienzo.
Véase Goddard, Festa Paschalia, cit.,pp. 221-223 y 281. Para más detalles, véase Mac
Gregor, A. J., Fire and Light in the Western
Triduum (Alcuin Club Collectio, 1992), pp. 327-338 y 390-396.
[15] Sobre el origen de la caña, véase Goddard, Festa Paschalia, cit., p. 221, y MacGregor, Fire and Light in the Western Triduum, cit.,
pp. 266-276.
[16] Como alternativa del Exsultet,
el Antiguo Sacramentario Gelasiano (c. 740) contiene una oración de bendición
para el comienzo del Cirio Pascual, que comienza con Deus mundi conditor. La
parte final de esta oración, Veniat ergo
quaesumus, sobrevivió en Pontificales Romanos posteriores como bendición
sólo para el incienso, en tanto que el Exsultet
fue incluido bajo el título Benedictio
cerei. Véase también Dobszay, L., The
Restoration and Organic Development of the Roman Rite (Londres, T&T
Clark, 2010), p. 255 y nota 54.
[17] En Roma, desde el siglo XII hasta la reforma de 1955, se insertaba
el incienso en el Cirio mientras se cantaba el Exsultet, al momento de las palabras Suscipe Sancte Pater incensi huius sacrificium (“Recibe, Padre
Santo, el sacrificio vespertino de este incienso”). Véase Goddard, Festa Paschalia, cit., p. 219. Esta interrupción del
canto del Exsultet resultaba
beneficioso para el diácono que cantaba esta pieza, excepcionalmente
difícil.
[18] Las palabras quam in
honorem Dei rutilans ignis accendit (“este fuego brillante que se enciende
para gloria de Dios”) se vinculaban con el encendido del Cirio. Las palabras Qui licet sit divisus in partes (“que
aunque esté dividido en partes”) se aplicaban al encendido de otras luces.
[19] El origen y desarrollo de sistemas de lecturas que competían pero
que se influenciaban mutuamente en la Vigilia Pascual es muy complejo. El
conjunto de doce lecturas fue adoptado en Roma alrededor del año 1000, a partir
del Sacramentario Gelasiano Galicano del siglo VIII, que corresponde, a su vez, al
sistema usado en Jerusalén en el siglo V. La mitad de las lecturas son, en efecto,
de los mismos pasajes de la Escritura. Este sistema Gelasiano se usó en las
Galias, pero su origen fue el rito presbiteral de Roma. En contraste, el sistema
“gregoriano”, que se originó en el rito papal usado en San Juan de Letrán, en
Roma, tenía sólo cuatro lecturas. Véase Goddard, Festa Paschalia, cit., pp. 224-231. Vale la pena notar que la ceremonia
equivalente en la liturgia bizantina tiene quince profecías, cuyo contenido se
traslapa en gran medida con la Vigilia Pascual de 1570.
[22] Contiene el diálogo entre los Ángeles y las mujeres, Quem quaeritis (“¿A quién buscáis?”),
que constituyó la base de la gran tradición medieval de obras de teatro para
Pascua.
[25] Se hizo opcional el manípulo por la Instrucción Abhinc tres annos (1967), núm. 25, y no figura
entre los ornamentos del Misal de 1970.
[26] El beso a la mano del sacerdote y al objeto que se da o recibe de
él se suprimió para todo el año por la Instrucción de Consilium Inter oecumenici (1964), núm. 36 (d). Las
normas de esta Instrucción entraron en vigencia en 1965.
[27] El canto del Introito y del Kyrie, comenzado antes de las
Oraciones Preparatorias o junto con ellas, concluye a veces justo a tiempo para
comenzar el Gloria (o, cuando no hay Gloria, la Colecta) sin que el celebrante
tenga que hacer una pausa. En las versiones más largas, incluida la mayor parte
de los Kyries polifónicos, se hace necesario que el celebrante se siente en la
sede hasta que terminan. La abolición de las Oraciones Preparatorias hace
surgir o alargarse esa espera. San Pío X, en su motu proprio Tra le sollicitudine (1903), núm. 22-23
escribe: “No es legítimo hacer que el sacerdote espere en el altar debido al
canto o la música por un lapso no permitido por la liturgia. … En general, debe
considerarse como un abuso muy grave el hacer aparecer la liturgia en las
ceremonias eclesiásticas como subordinada y, en cierta forma, puesta al
servicio de la música, porque la música es sólo una parte de la liturgia, de la
cual es humilde servidora”. El tema es analizado en FIUV, Positio Paper 9: El silencio y la inaudibilidad en la forma extraordinaria (véase núm. 4).
[29] Este principio se aplicó a todo el Misal merced a la Instrucción Inter oecumenici (1964), núm. 48 (a). Esto crea el mismo problema con las
Oraciones Preparatorias analizado en la nota 7, reduciendo el tiempo disponible
para el canto, o aumentando el tiempo que el sacerdote debe permanecer en la
sede o esperando en el altar.
[31] Tanto el rito del matrimonio como la bendición e imposición de
las cenizas tiene lugar, en el Misal de 1962, antes del comienzo de la Misa,
pero después del Evangelio (y de la homilía) en el de 1970. El primero fue
trasladado a después del Evangelio por la Instrucción Inter
oecumenici (1964), núm. 70. Este mismo documento pone después del Evangelio la
“renovación de las promesas bautismales” de quienes se van a confirmar, cuando
se celebra la Confirmación en la Misa (núm. 65).
[32] El uso del vernáculo para los “formularios de diálogo” y muchas
otras partes de la Misa se hizo posible para todo el año en la Instrucción Inter oecumenici (1964), núm. 57 (c).
Actualización [27 de abril de 2018]: En razón del indulto concedido por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei para el uso del Ordo de Semana Santa anterior a la reforma piana, del que dábamos noticia en una actualización de la primera parte de este Position Paper, el sitio The Wanderer ha publicado cuatro entradas para explicar en concreto cuál fue el cambio de los ritos de la Semana Santa tras el decreto de 1955. De esta forma, la primera entrada está dedicada al Domingo de Ramos, la segunda del Lunes al Jueves Santo, la tercera al Viernes Santo, y la cuarta a la Vigilia Pascual.
Actualización [2 de mayo de 2019]: En un artículo publicado en OnePeterFive, el Dr. Peter Kwasniewski relata cómo fue su primer Triduo Pascual celebrado conforme a los ritos anteriores a la reforma piana de 1955, el cual viene acompañado de unas hermosas fotografías de las ceremonias.
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Actualización [27 de abril de 2018]: En razón del indulto concedido por la Pontificia Comisión Ecclesia Dei para el uso del Ordo de Semana Santa anterior a la reforma piana, del que dábamos noticia en una actualización de la primera parte de este Position Paper, el sitio The Wanderer ha publicado cuatro entradas para explicar en concreto cuál fue el cambio de los ritos de la Semana Santa tras el decreto de 1955. De esta forma, la primera entrada está dedicada al Domingo de Ramos, la segunda del Lunes al Jueves Santo, la tercera al Viernes Santo, y la cuarta a la Vigilia Pascual.
Actualización [2 de mayo de 2019]: En un artículo publicado en OnePeterFive, el Dr. Peter Kwasniewski relata cómo fue su primer Triduo Pascual celebrado conforme a los ritos anteriores a la reforma piana de 1955, el cual viene acompañado de unas hermosas fotografías de las ceremonias.
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