En esta entrada continuamos ofreciendo a nuestros lectores una explicación breve sobre la enseñanza de la Iglesia en torno a la Santa Misa y la Eucaristía. Como ha quedado dicho al comienzo de esta serie, para este fin nos servimos del Catecismo de San Pío X. La razón es que este sencillo catecismo adopta el clásico método dialógico para exponer, a través de breves preguntas y respuestas, lo esencial de la doctrina católica, fortaleciendo así un conocimiento teológico básico asequible a cualquier persona. Como glosa a las preguntas y respuestas tomadas del catecismo piano hemos añadido (en rojo) algunos puntos del Catecismo de la Iglesia Católica (CCE) que desarrollan la doctrina ahí expuesta.
San Pío X
(Imagen: Theholocaustandchurch)
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598.- ¿Qué es el sacramento de la Eucaristía?
La Eucaristía es un sacramento en el cual, por la admirable conversión de toda la sustancia del pan en el Cuerpo de Jesucristo y de toda la sustancia del vino en su preciosa Sangre, se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad del mismo Jesucristo Señor nuestro, bajo las especies del pan y del vino, para nuestro mantenimiento espiritual.
La Eucaristía es "fuente y culmen de toda la vida cristiana" (LG 11). "Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua" (PO 5) [CCE 1324].
En resumen, la Eucaristía es el compendio y la suma de nuestra fe: "Nuestra manera de pensar armoniza con la Eucaristía, y a su vez la Eucaristía confirma nuestra manera de pensar" (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses 4, 18, 5) [CCE 1327].
599.- ¿Está en la Eucaristía el mismo Jesucristo que está en el cielo y que en la tierra nació de la Santísima Virgen?
Si, señor; en la Eucaristía está verdaderamente presente el mismo Jesucristo que está en el cielo y que en la tierra nació de la Santísima Virgen.
La riqueza inagotable de este sacramento se expresa mediante los distintos nombres que se le da. Cada uno de estos nombres evoca alguno de sus aspectos. Se le llama [...] Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia; o también Santo Sacrificio de la Misa, "sacrificio de alabanza" (Hch 13,15; cfSal 116, 13.17), sacrificio espiritual (cf 1 P 2,5), sacrificio puro (cf Ml 1,11) y santo, puesto que completa y supera todos los sacrificios de la Antigua Alianza [CCE 1328 y 1330].
Adoración eucarística
(Foto: Catholic Herald)
600.- ¿Por qué creéis que en el sacramento de la Eucaristía está verdaderamente Jesucristo?
Creo que en el sacramento de la Eucaristía está verdaderamente presente Jesucristo porque lo ha dicho El mismo y me lo enseña la santa Iglesia.
El Señor, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la hora de partir de este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, les lavó los pies y les dio el mandamiento del amor (Jn 13,1-17). Para dejarles una prenda de este amor, para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua, instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección y ordenó a sus apóstoles celebrarlo hasta su retorno, "constituyéndoles entonces sacerdotes del Nuevo Testamento" (Concilio de Trento: DS 1740) [CCE 1337].
601.- ¿Cuál es la materia del sacramento de la Eucaristía?
La materia del sacramento de la Eucaristía es la misma que empleó Jesucristo, a saber: pan de trigo y vino de vid.
En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Pero reciben también una nueva significación en el contexto del Éxodo: los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios (Dt 8,3). Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" (1 Co 10,16), al final del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz [CCE 1334].
602.- ¿Cuál es la forma del sacramento de la Eucaristía?
La forma del sacramento de la Eucaristía consiste en las palabras que empleó Jesucristo: éste es mi Cuerpo; ésta es mi Sangre.
En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel a la orden del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en memoria de Él, hasta su retorno glorioso, lo que Él hizo la víspera de su pasión: "Tomó pan...", "tomó el cáliz lleno de vino...". Al convertirse misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los signos del pan y del vino siguen significando también la bondad de la creación. Así, en el ofertorio, damos gracias al Creador por el pan y el vino (cf Sal 104,13-15), fruto "del trabajo del hombre", pero antes, "fruto de la tierra" y "de la vid", dones del Creador. La Iglesia ve en en el gesto de Melquisedec, rey y sacerdote, que "ofreció pan y vino" (Gn 14,18), una prefiguración de su propia ofrenda (cf Plegaria Eucaristía I o Canon Romano, 95; Misal Romano) [CCE 1333].
603.- ¿Qué es, pues, la hostia antes de la consagración?
La hostia antes de la consagración es pan.
604.- ¿Qué es la hostia después de la consagración?
Después de la consagración, la hostia es el verdadero Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo bajo las especies del pan.
"Cristo Jesús que murió, resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros" (Rm 8,34), está presente de múltiples maneras en su Iglesia (cf LG 48): en su Palabra, en la oración de su Iglesia, "allí donde dos o tres estén reunidos en mi nombre" (Mt 18,20), en los pobres, los enfermos, los presos (Mt 25,31-46), en los sacramentos de los que Él es autor, en el sacrificio de la misa y en la persona del ministro. Pero, "sobre todo, (está presente) bajo las especies eucarísticas" (SC 7) [CCE 1373].
La Última Cena
(Imagen: Churchpop)
605.- ¿Qué hay en el cáliz antes de la consagración?
En el cáliz antes de la consagración hay vino con unas gotas de agua.
606.- ¿Qué hay en el cáliz después de la consagración?
Después de la consagración está en el cáliz la verdadera Sangre de nuestro Señor Jesucristo bajo las especies del vino.
Al celebrar la última Cena con sus Apóstoles en el transcurso del banquete pascual, Jesús dio su sentido definitivo a la pascua judía. En efecto, el paso de Jesús a su Padre por su muerte y su resurrección, la Pascua nueva, es anticipada en la Cena y celebrada en la Eucaristía que da cumplimiento a la pascua judía y anticipa la pascua final de la Iglesia en la gloria del Reino [CCE 1340].
1331 Comunión, porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (cf 1 Co 10,16-17); se la llama también las cosas santas [ta hagia; sancta] (Constitutiones apostolicae 8, 13, 12; Didaché 9,5; 10,6) —es el sentido primero de la "comunión de los santos" de que habla el Símbolo de los Apóstoles—, pan de los ángeles, pan del cielo, medicina de inmortalidad (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Ephsios, 20,2), viático...
607.- ¿Cuándo se hace la conversión del pan en el Cuerpo y del vino en la Sangre de Jesucristo?
La conversión del pan en el Cuerpo y del vino en la Sangre de Jesucristo se hace en el acto mismo en que el sacerdote pronuncia en la santa Misa las palabras de la consagración.
La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo (cf Concilio de Trento: DS 1641) [CCE 1377].
608.- ¿Qué es la consagración?
La consagración es la renovación, por medio del sacerdote, del milagro que hizo Jesucristo en la última cena de mudar el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre adorables, diciendo: éste es mi Cuerpo; ésta es mi Sangre.
Los tres evangelios sinópticos y san Pablo nos han transmitido el relato de la institución de la Eucaristía; por su parte, san Juan relata las palabras de Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, palabras que preparan la institución de la Eucaristía: Cristo se designa a sí mismo como el pan de vida, bajado del cielo (cf Jn 6) [CCE 1338].
609.- ¿Cómo se llama en la Iglesia esta milagrosa conversión del pan y del vino en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo?
Esta milagrosa conversión, que todos los días se obra en nuestros altares, la llama la Iglesia transustanciación.
El Concilio de Trento resume la fe católica cuando afirma: "Porque Cristo, nuestro Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su Cuerpo, se ha mantenido siempre en la Iglesia esta convicción, que declara de nuevo el Santo Concilio: por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre; la Iglesia católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio transustanciación" (DS 1642) [CCE 1376].
610.- ¿Quién ha dado tanta virtud a las palabras de la consagración?
El mismo Jesucristo, el cual es Dios todopoderoso, es quien ha dado tanta virtud a las palabras de la consagración.
El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular. Eleva la Eucaristía por encima de todos los sacramentos y hace de ella "como la perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los sacramentos" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae 3, q. 73, a. 3). En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están "contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero" (Concilio de Trento: DS 1651). «Esta presencia se denomina "real", no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen "reales", sino por excelencia, porque es substancial, y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente» (MF 39) [CCE 1374].
Santo Qurbana
(Foto: Malankaraworld)
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