sábado, 20 de octubre de 2018

Las oraciones para revestirse de cada uno de los ornamentos sagrados

El Misal romano y el Pontifical contienen las oraciones que los ministros sagrados deben decir al revestirse con cada uno de los ornamentos litúrgicos previstos para la Santa Misa (véase aquí el interesante artículo sobre esta materia publicado por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice). En vez de esas oraciones, por privilegio de San Pío V contenido en la bula Ad hoc nos Deus unxit, de 17 de diciembre de 1570, en España e Hispanoamérica se pueden decir aquellas que antes se acostumbraba recitar. 

El Misal romano reformado no prescribe el rezo de ninguna oración mientras el sacerdote se reviste con los ornamentos sagrados. La Instrucción General del Misal Romano sólo señala que, "desde antes de la celebración misma, es laudable que se guarde silencio en la iglesia, en la sacristía, en el “secretarium” y en los lugares más cercanos para que todos se dispongan devota y debidamente para la acción sagrada" (núm. 45). Este silencio no es una simple ausencia de palabras y acciones, sino que puede y debe estar lleno de contenido, puesto que se ordena a que el celebrante sea más consciente de lo que significa "revestirse de Cristo", hablar y actuar in persona Christi durante la celebración del Santo Sacrificio de la Misa que comenzará en unos momentos. Por cierto, nada impide que el sacerdote rece las oraciones tradicionales por devoción. 



Giovanni Segantini, La sacristía
(Imgen: Pinterest)

Las oraciones que reza el sacerdote son: 


Cum lavat manus dicat:
Da, Domine, virtutem manibus meis ad abstergendam omnem maculam immundam; ut sine pollutione mentis et corporis valeam tibi servire.
Al lavarse las manos diga:
Da, Señor, fuerza a mis manos para limpiar toda mancha inmunda, para que con una mente y un cuerpo limpios pueda servirte.

Ad Amictum:
Impone, Domine, capiti meo galeam salutis, ad expugnandos diabolicos incursus.

Amito:
Pon, Señor, sobre mi cabeza el casco de salvación, para rechazar los asaltos del enemigo.

Ad Albam:
Dealba me, Domine, et munda cor meum; ut, in sanguine Agni dealbatus, gaudiis perfruar sempiternis.

Alba:
Hazme puro Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la Sangre del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas.

Ad Cingulum:
Praecinge me Domine, cingulo puritatis, et exstingue in lumbis meis humorem libidinis, ut maneat in me virtus continentiae et castitatis.

Cíngulo:
Cíñeme, Señor, con un cíngulo de pureza, y extingue en mi la llama de la pasión, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y de la castidad.

Ad Manipulum: 
Merear, Domine, portare manipulum fletus et doloris; ut cum exsultatione recipiam mercedem laboris. 

Ad Stolam:
Redde mihi, Domine, stolam immortalitatis, quam perdidi in praevaricatione primi parentis; et, quamvis indignus accedo ad tuum sacrum mysterium, merear tamen gaudium sempiternum.
Manípulo: 
Merezca Señor, llevar el manipulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos. 

Estola:
Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno.

Ad Planetam:
Iugum meum suáve est et onus meum leve: fac, ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam.

Casulla:
Señor, que dijiste: ‘Mi yugo es suave y mi carga ligera’: haz que lo lleve de tal manera que alcance tu gracia.


Las oraciones que reza el díacono y el subdiácono son: 

Ad Amictum:
Impone, Domine, capiti meo galeam salutis, ad expugnandos diabolicos incursus.
Amito:
Pon, Señor, sobre mi cabeza el casco de salvación, para rechazar los asaltos del enemigo.

Ad Albam:
Dealba me, Domine, et munda cor meum; ut, in sanguine Agni dealbatus, gaudiis perfruar sempiternis.

Alba:
Hazme puro Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la Sangre del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas.

Ad Cingulum:
Praecinge me Domine, cingulo puritatis, et exstingue in lumbis meis humorem libidinis, ut maneat in me virtus continentiae et castitatis.


Ad Manipulum: 

Merear, Domine, portare manipulum fletus et doloris; ut cum exsultatione recipiam mercedem laboris. 

Cíngulo:
Cíñeme, Señor, con un cíngulo de pureza, y extingue en mi la llama de la pasión, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y de la castidad.

Manípulo: 

Merezca Señor, llevar el manipulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos. 

Ad Stolam:
Redde mihi, Domine, stolam immortalitatis, quam perdidi in praevaricatione primi parentis; et, quamvis indignus accedo ad tuum sacrum mysterium, merear tamen gaudium sempiternum.

Estola:
Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno.

Ad Dalmaticam:
Indue me, Dómine, induménto salútis et vestiménto laetítiae; et dalmática iustítiae circúmda me semper.

Ad Tunicellam: 
Túnica iucunditátis et induménto laetítiae índuat me Dóminus

Dalmática:
Vísteme, Señor, con la prenda de salvación y el vestido de la alegría; y rodéame siempre con la dalmática de justicia.

Tunicela: 
Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría.

Las oraciones que reza el obispo son: 

Cum lavat manus dicat:
Da, Domine, virtutem manibus meis ad abstergendam omnem maculam immundam; ut sine pollutione mentis et corporis valeam tibi servire.
Al lavarse las manos diga:
Da, Señor, fuerza a mis manos para limpiar toda mancha inmunda, para que con una mente y un cuerpo limpios pueda servirte.

Ad Amictum:
Impone, Domine, capiti meo galeam salutis, ad expugnandos diabolicos incursus.

Amito:
Pon, Señor, sobre mi cabeza el casco de salvación, para rechazar los asaltos del enemigo.

Ad Albam:
Dealba me, Domine, et munda cor meum; ut, in sanguine Agni dealbatus, gaudiis perfruar sempiternis.

Alba:
Hazme puro Señor, y limpia mi corazón, para que, santificado por la Sangre del Cordero, pueda gozar de las delicias eternas.

Ad Cingulum:
Praecinge me Domine, cingulo puritatis, et exstingue in lumbis meis humorem libidinis, ut maneat in me virtus continentiae et castitatis.


Ad Manipulum: 

Merear, Domine, portare manipulum fletus et doloris; ut cum exsultatione recipiam mercedem laboris. 

Cíngulo:
Cíñeme, Señor, con un cíngulo de pureza, y extingue en mi la llama de la pasión, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y de la castidad.

Manípulo: 

Merezca Señor, llevar el manipulo del llanto y del dolor, para poder recibir con alegría el premio de mis trabajos. 

Cum accipit Crucem pectoralem:
Muníre dignéris me, Dómine Iesu Christe, ab ómnibus insídiis inimicórum ómnium, signo sanctíssima Crucis tuæ: ac concédere dignéris mihi, indigno servo tuo, ut, sicut hanc Crucem, Sanctórum tuorum relíquiis refértam, ante pectus meum téneo, sic semper mente retíneam et memoriam passionis et sanctórum victórias.

Cruz pectoral:
Dígnate, Señor Jesucristo, protegerme de todas las trampas mis enemigos por el signo de tu Santísima Cruz: y dígnate concederme a mí, tu siervo indigno, que esta cruz que tengo sobre mi pecho con las reliquias de tus santos en su interior, me permita tener siempre en mi mente el recuerdo de tu pasión y las victorias de los santos mártires.

Ad Stolam:
Redde mihi, Domine, stolam immortalitatis, quam perdidi in praevaricatione primi parentis; et, quamvis indignus accedo ad tuum sacrum mysterium, merear tamen gaudium sempiternum

Estola:
Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno.

Ad Tunicellam: 
Túnica iucunditátis et induménto laetítiae índuat me Dóminus


Ad Dalmaticam:
Indue me, Dómine, induménto salútis et vestiménto laetítiae; et dalmática iustítiae circúmda me semper.

Tunicela: 
Que el Señor me revista con la túnica del gozo y con el ornamento de la alegría.

Dalmática:
Vísteme, Señor, con la prenda de salvación y el vestido de la alegría; y rodéame siempre con la dalmática de justicia.

Ad Planetam:
Iugum meum suáve est et onus meum leve: fac, ut istud portáre sic váleam, quod cónsequar tuam grátiam.

Casulla:
Señor, que dijiste: ‘Mi yugo es suave y mi carga ligera’: haz que lo lleve de tal manera que alcance tu gracia.

Ad Palium:
Ut semper unitus ad Petrum et suos successores sim, Domine, et exemplum fatribus meis episcopis.

Palio:
Que siempre esté unido a Pedro y a sus sucesores, Señor, y sea ejemplo para mis hermanos obispos.

Ad Mitram:
Mitram, Domine, et salutis galeam impone capiti meo; ut contra antiqui hostis omniumque inimicorum meorum insidias inoffensus evadam.

Mitra:
Impón sobre mi cabeza, Señor, la mitra y el casco de la salvación; para que pueda evadir las trampas del antiguo enemigo y de todos mis enemigos.

Ad Anulum:
Cordis et córporis mei, Dómine, dígitos virtúte decóra, et septifórmis Spíritus sanctificatióne circúmda.

Anillo:
Adorna con la virtud, Señor, los dedos de mi cuerpo y de mi corazón, y coloca sobre ellos la santificación de tu Espíritu septiforme.

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