sábado, 16 de julio de 2016

La celebración ad orientem en el Novus Ordo

Mientras muchos se proponen mediante la vuelta a la orientación común del sacerdote y los fieles (celebración ad Orientem, coram Deo o hacia el ábside) darle un mayor sentido de sacralidad a la celebración de la forma ordinaria, así como una mayor continuidad respecto de la forma extraordinaria (sobre el principio de continuidad entre ambas formas, véase aquí), otros oponen a este intento el núm. 299 de la Instrucción General del Misal Romano (IGMR), en la formulación modificada por la edición típica de 2002 del Missale Romanum, para sostener que la orientación versus populum es prescriptiva en la forma ordinaria, excluyéndose la posibilidad de la celebración ad orientem.

Dice el referido texto:

299. Altare extruatur a pariete seiunctum, ut facile circumiri et in eo celebratio versus populum peragi possit, quod expedit ubicumque possibile sit [...] (Constrúyase el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente y la celebración se pueda realizar de cara al pueblo, lo cual conviene que sea posible en todas partes).

La señalada objeción, como se verá, se basa en una comprensión errada del sentido del precepto (de la conveniencia de construir altares exentos o separados de la pared que hagan posible la celebración versus populum no se sigue la obligatoriedad de ésta), la cual prescinde asimismo de una interpretación sistemática que tenga en cuenta otros números de la IGMR (124, 138, 146, 154, 158, 185) que, al indicar que el sacerdote se vuelva al pueblo en ciertos momentos de la Misa, suponen que éste celebra coram Deo (punto que hemos tratado aquí). Además, ha sido desmentida por el ejemplo de reiteradas celebraciones pontificias ad Orientem en años recientes (véase aquí un ejemplo del presente pontificado).

Consultada en el año 2000 la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos sobre esta cuestión, el pronunciamiento rechazó expresamente la interpretación que excluye la posibilidad de celebrar ad Orientem en el Novus Ordo Missae. A continuación les ofrecemos, con algunos destacados de la Redacción, el texto íntegro de esa respuesta. 

 S.S. el Papa Francisco celebrando la Misa ad orientem en la Capilla Sixtina

***

Respuesta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a una cuestión sobre la posición del sacerdote en la celebración de la Eucaristía (25 de septiembre de 2000)

Prot. núm. 2036/00/L

Cuestión

Se ha preguntado a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos si el enunciado del núm. 299 de la Institución General del Misal Romano constituye una norma según la cual, durante la liturgia eucarística, la posición del sacerdote hacia el ábside haya de considerarse excluida.

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, habiendo examinado con madurez y teniendo en cuenta los precedentes litúrgicos, responde:

Negativo y según la mente.

La mente comprende diversos elementos que hay que tener en cuenta.

Antes de nada, se debe tener presente que la palabra expedit no constituye una forma obligatoria, sino una sugerencia que se refiere tanto a la construcción del altar separado de la pared, como a la celebración cara al pueblo. La cláusula ubi possibile sit se refiere a diversos elementos, como por ejemplo, la topografía del lugar, la disponibilidad de espacio, la existencia de un altar precedente de valor artístico, la sensibilidad de la comunidad que participa en la celebración en la iglesia de que se trata, etc. Se resalta que la posición hacia la asamblea parece más conveniente en cuanto hace más fácil la comunicación (cf. Editorial de Notitiae 29 [1993] 245-249), aunque sin excluir la otra posibilidad.

Sin embargo, cualquiera que sea la posición del sacerdote celebrante, está claro que el Sacrificio Eucarístico se ofrece a Dios uno y trino, y que el sacerdote principal, Sumo y eterno, es Jesucristo, que obra a través del ministerio del sacerdote que preside visiblemente como Su instrumento. La asamblea litúrgica participa en la celebración en virtud del sacerdocio común de los fieles, que tiene necesidad del ministerio del sacerdote ordenado para que se pueda realizar la Sinaxis Eucarística. Se debe distinguir la posición física, relativa especialmente a la comunicación entre los diversos miembros de la asamblea y la orientación espiritual e interior de todos. Sería un grave error imaginar que la orientación principal de la acción sacrificial sea la comunidad. Aunque el sacerdote celebre cara al pueblo, lo cual es legítimo y a menudo aconsejable, su actitud principal debe ser siempre hacia Dios por Jesucristo, como representante de la Iglesia entera. También la Iglesia, que toma forma concreta en la asamblea que participa, está toda ella dirigida hacia Dios como primer movimiento espiritual.

A lo que parece, la tradición antigua, aunque no es unánime, era que el celebrante y la comunidad orante se dirigieran hacia oriente, punto del cual viene la luz que es Cristo. No son raras las antiguas iglesias, cuya construcción estaba «orientada» de modo que el sacerdote y el pueblo en el acto de hacer la oración pública se dirigieran hacia oriente.

Se puede pensar que cuando hubo dificultades de espacio o de otro género, el ábside idealmente representaba el oriente. Hoy la expresión hacia oriente significa a menudo hacia el ábside, y cuando se habla de cara al pueblo no se piensa en el occidente, sino hacia la comunidad presente.

En la antigua arquitectura de las iglesias, el puesto del Obispo o del sacerdote celebrante se encontraba en el centro del ábside, y, sentado, desde allí escuchaba la proclamación de las lecturas dirigido hacia la comunidad. Ahora aquel puesto presidencial no está atribuido a la persona humana del Obispo o del presbítero, ni a sus dotes intelectuales y menos aún a su personal santidad, sino a su papel de instrumento del Pontífice invisible que es el Señor Jesús.

Cuando se trata de iglesias antiguas o de gran valor artístico, es necesario, además, tener en cuenta la legislación civil en lo que se refiere a las modificaciones o reestructuraciones. Un altar portátil puede no ser siempre una solución digna.

Sería necesario no dar excesiva importancia a elementos que han sufrido cambios a través de los siglos. Lo que permanecerá siempre es el evento celebrado en la liturgia: lo cual se manifiesta mediante ritos, signos, símbolos y palabras, que expresan diversos aspectos del misterio, sin que lleguen a agotarlo, porque los trascienden. El afirmarse en una posición y absolutizarla podría convertirse en un rechazo de cualquier aspecto de la verdad que merece respecto y acogimiento.

En el Vaticano, 25 de septiembre de 2000.  

Jorge A. Card. Medina Estévez
Prefecto

 +  Francesco Pio Tamburrino
Secretario

Nota de la Redacción: El original en italiano está publicado en Communicationes 32/2 (2000), pp. 171-173. La versión española corresponde a Ius Canonicum


Actualización [28 de noviembre de 2016]: Durante el Congreso Sacra Liturgia 2016 celebrado en Londres, el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, exhortó a los sacerdotes a volverse hacia el Señor durante la celebración de la Santa Misa a partir del I Domingo de Adviento de este año. Aunque no ha habido todavía una respuesta masiva a esa llamada, algunos sacerdotes comenzaron desde ayer a celebrar ad Orientem la Santa Misa según los libros reformados, con la vista puesta en el Sagrario. El sitio Catholicvs dedica una entrada a las primeras fotografías que se comparten de esas celebraciones. Hacemos votos para que más y más sacerdotes se sumen al deseo del Prefecto y compartan sin temor las imágenes de sus Misas.

Actualización [5 de diciembre de 2016]: El sitio New Liturgical Movement ha publicado una breve pero sugerente entrada de Gregory Di Pippo relativa a la celebración ad Orientem de la Misa reformada, la cual debía comenzar el I Domingo de Adviento de este año según la sugerencia del Cardenal Sarah.  En ella relata el mensaje recibido de un sacerdote que tiene a su cargo dos parroquias y que le anuncia que con la Solemnidad de Cristo Rey, último domingo del tiempo ordinario en el calendario reformado, concluirá la celebración de la Santa Misa de cara al pueblo, para volverse hacia el Señor a partir del domingo siguiente. Otro mensaje recibido, esta vez de un laico, da cuenta de que en su parroquia se celebrarán todas las Misas ad Orientem durante el Adviento, sin que a nadie le haya parecido extraño o haya reclamado. La entrada concluye solicitando a los lectores que envíen fotos de las Misas según la forma ordinaria celebradas hacia el Señor siguiendo la invitación del Prefecto del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, la cual ha tenido ya algún eco (véase la actualización anterior de esta misma entrada).  

Actualización [30 de diciembre de 2016]: El pasado 12 de diciembre, el Cardenal Raymond Leo Burke anunció que en adelante las Misas oficiales en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en La Crosse, Wisconsin, del cual es fundador, se celebrarán ad Orientem, siguiendo la instrucción dada por el Prefecto para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Asimismo, en una entrevista concedida a The Remnat el cardenal ha explicado las razones de su decisión, que busca poner a Jesucristo como el verdadero centro de la acción litúrgica. Véase aquí el texto en español de dicho reportaje publicado en Adelante la fe

Actualización [18 de octubre de 2017]: National Catholic Register publica un reportaje sobre la parroquia de San Wenceslao, en Wahoo, Nebraska, Estados Unidos, y cómo ella ha tenido una nueva vida merced a la celebración ad Orientem de la Misa reformada. El párroco es el Rvdo. Joseph Faulkner, quien descubrió recientemente el sentido teológico de esta forma de celebración y se ha volcado a ella como una manera más perfecta de dar culto a Dios.

Actualización [19 de octubre de 2018]: El sitio Infocatólica publica una de las habituales columnas del Rvdo. Jorge González Guadalix, sacerdote diocesano español (Arquidiócesis de Madrid),  en la cual éste cuenta de como en la iglesia de Braojos, uno de los pueblos que atiende como párroco, ha comenzado a celebrar ocasionalmente la Misa ad Orientem, lo cual resulta especialmente apropiado considerando el maravilloso retablo con el que cuenta la iglesia. Lejos del rechazo de los fieles que los partidarios de las reformas litúrgicas de los Sesenta imaginan, la recepción de los fieles asistentes ha sido muy positiva, manifestándole algunos de ellos al sacerdote la gran emoción que les produjo el retorno de la celebración coram Deo.

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