sábado, 18 de marzo de 2017

Dimas Antuña: notas de un retiro y poema gráfico

Continuamos con la serie dedicada a la obra de Dimas Antuña (1894-1968). Hemos publicado ya una presentación del P. Horacio Bojorge respecto de la vida y obra de este seglar uruguayo (aquí y aquí). De modo previo a comenzar a publicar algunos fragamentos seleccionados de su obra Inter convivas. Entre comensales. La Misa solemne contemplada y comentada (el texto íntegro puede descargarse aquí), queremos compartir con nuestros lectores dos breves escritos suyos, uno nacido de sus reflexiones durante un retiro en Buenos Aires el año 1941 y el otro un "poema gráfico" intitulado "Calix", publicado en la revista Número en diciembre de 1931. Ambos constituyen antecedentes importantes del camino de reflexión profunda y de contemplación de la Santa Misa que emprenderá Dimas Antuña y que se plasmará en el mentado Inter convivas.

 
Ilustración de Juan Antonio Spotorno A CALIX
(Fuente: Dimas Antuña.com)

***

Quiero estudiar la misa. 
Considerarla, meditarla, 
escudriñarla, amarla, contemplarla. 
Entrar en ella por el afecto y contemplarla 
según ese mismo afecto que ama, ve.

El 27 de febrero de 1941, Dimas Antuña escribe esto en su ‘reforma de vida’ tras los ejercicios espirituales de san Ignacio en la Santa Casa de la Madre Antula, Buenos Aires:

La misa tiene que ser para mí el acto por excelencia de la incorporación a Cristo. 

Adore in aeternum [1] en la sangre: la Alianza; y reciba el pan que nos hace con-corporales con el Señor.

La misa de siete, preparada la noche anterior, precedida de la oración de la mañana, seguida con calma, atención y afecto en el misal, y poniendo en ella toda el alma, todo mi corazón y todas mis fuerzas, al extremo de dejar de seguir las palabras de la Liturgia si la misericordia de Dios quiere darme mayor recogimiento [2]. La misa seguida en las palabras del sacerdote y la inteligencia, y deseada en lo gestos y los afectos. Eso debe ser mi comida y mi bebida y el pan de cada día. El pan que pedimos en el sosiego del HOY [3]


Misas rezadas

Quiero estudiar la misa. Considerarla, meditarla, escudriñarla, amarla, contemplarla. Entrar en ella por el afecto y contemplarla según ese mismo afecto que ama, ve.

La misa es el lazo del día, el “vinculum pacis” [4]. Todos los propósitos son inútiles si el Señor no los recibe y los vivifica con su Sangre. En la misa está el nudo que une el sarmiento a la viña.

A la misa quiero someter mi vida; ni drama, ni tragedia: liturgia. 

– Los movimientos del alma, al Introito y a la Oración 

– la inteligencia, a las Lecciones y al Credo

– todos mis actos, etiam peccata [5], al Ofertorio 

– mi ser todo, a la Eucaristía [6]

– Y todo mi cuerpo y mi alma y mi tiempo y mi eternidad, al AMÉN del Canon, por el cual pasamos al Padre y a la Común-unión con el Hijo y el Espíritu Santo.

Hacer un examen rápido de cuanto se opone a esto cada día: 

– ¿Qué me hace remiso al Introito y torpe en la Oración? 

– ¿Qué me impide oír? 

– ¿Qué traigo para ofrecer – sea para elevar, sea destruir?

– ¿Me niego y reniego de mí mismo y estoy en verdadero estado – o por lo menos tengo el deseo – de libertad filial para la Eucaristía? 

– ¿Tengo realmente contrición y esperanza como para decir el Amén del Canon, y estoy— o deseo vehementemente estar – tan desasido de mí y de todo que no yo, sino la Iglesia esté en mí (en mi corazón y en mis labios) cuando digo Padre nuestro, y cuando al recibir al Señor como a mi Dios para ser [7] yo su alimento?


***


C A L I X 





Como el “Árbol” de la vida de Cristo, devotamente pensado por San Buenaventura, o la representación del “Monte Carmelo”, dibujada por san Juan de la Cruz, este CALIX es un poema gráfico [9]. Su argumento es la misa. La cinco partes de la misa: Preparación, Instrucción, Ofertorio, Acción y Participación están representadas en él con proporción correlativa. Todo lo que se oye de la misa ha sido escrito; lo que no se oye, cifrado; lo que se ve indicado. El CALIX debe empezarse a leer de abajo para arriba.



Procesión de Ingreso


I.PREPARACIÓN. Está representada en los cuatro círculos del pie donde leemos Introito, Kiries, Gloria, según son cantados sucesivamente por el Coro, y luego Colecta, la oración solemne recitada por el pontífice y que cierra esta primera parte o Preparación. 



II: INSTRUCCIÓN. Las lecciones de la Instrucción están figuradas en el pie, y, según éstas nos levantan a conocimiento de Dios, leemos en los espacios ascendentes: Epístola, esto es, lección de enviados (apóstol, profeta o sabio): Gradual, Alleluia, Prosa, que forman la lección del Coro y Evangelio, es decir, la lección evangélica a la cual conducen las otras. Las tres lecciones, la de enviados, la del Coro y la evangélica, se ajustan en el anillo del Credo, porque el Credo de la misa es la respuesta del pueblo que recibe en la unidad y en la integridad de la fe la luz diversa de las tres lecciones variables. 

La colecta es la conclusión de la preparación; el Credo es la conclusión de las lecciones. La preparación es afectiva, es preparación del corazón que oye un anuncio en el Introito, y gime en los Kiries, y se goza en la Gloria, y se apacigua en la sencillez confiada de la súplica. La Instrucción se dirige a la inteligencia: primero con la voz que advierte y despierta, luego con la inspiración que ilumina y canta, luego con la voz del Hijo que nos habla “como el amigo habla con el amigo”. Y oídas todas estas voces, el Credo afirma la unidad de todas ellas y responde al Señor como garantía de la fidelidad. 

Ofertorio

III. OFERTORIO El ofertorio está cifrado en la parte superior del pie, donde ase el cáliz la mano del que va a beber. El Ofertorio es la preparación inmediata; el momento en que se toman con la mano y se disponen las cosas santas que van a ser ofrecidas. 

Leemos primero: Ofertorio, es decir, la antífona del Ofertorio que canta el Coro. Luego, como cuatro cascos llevan los números 1, 2, 3, 4 y representan las cuatro creaciones que recita el sacerdote a medida que prepara y ofrece la materia del sacrificio: 

1. Súscipe: ofrecimiento del pan. 

2. Deus cui humanae substantiae: mezcla del vino y el agua. 

3. Offerimus tibi: ofrecimiento del cáliz. 

4. In spiritu humilitatis: ofrecimiento del pueblo. 

Los cuatro cascos se ajustan en un espacio en blanco que se vuelca sobre ellos representando el: Veni sanctificator omnipotens, que es una invocación al Espíritu Santo sobre la materia, antes dispuesta, del sacrificio. 

Luego hallamos un anillo con tres cifras correspondientes a los tres escrúpulos o temores del sacerdote: 

1. Lavabo: teme estar sucio 

2. el Súscipe que recapitula en Cristo porque teme haber olvidado algo, 

3. Orate fratres: gesto vergonzante de quien teme estar solo. 

Finalmente las Secretas que determinan en cada misa una intención particular con arreglo a los misterios del día, cierra esta preparación del ofertorio. (Este anillo de las Secretas debiera estar en blanco, pues no se oyen estas oraciones). 

Ha terminado la triple preparación (preparación afectiva, preparación de la inteligencia, preparación material) de la misa, y, en el CALIX, las tres partes del pie que sostiene la copa. Vamos a entrar al sacrificio.

Elevación del Cáliz

IV ACCIÓN. El Prefacio o prólogo de la misa está representado claramente en el arranque de la copa: sale del pie, que converge a él, y despliega tres hojas de las que radian otras dos. Estas representan el Sanctus y son dos por los dos tiempos en que se divide el canto del Sanctus. 

La Acción está contenida en la oración pontifical de la misa, representada en el CALIX por los números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y según interrumpen dicha oración los dos Mementos (blancos A y B) y la elevación de la hostia y del cáliz simbolizada por la vid y las espigas, podemos leer:

Te igitur 
Memento de los vivos 

1. Comunicantes 

2. Hanc igitur 

3. Quam oblationem 

Espigas: Qui pridie: HOC EST ENIM CORPUS MEUM 

y Vid: Simili modo: HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS 

4. Unde et memores 

5. Supra quae propitio ae sereno vultu 

6. Supplices te rogamus 
Memento de los difuntos 

7. Nobis quoque peccatoribus 

La Acción de la misa termina con la gran doxología: por Cristo Señor nuestro 

por quien creas ( la oración se dirige al Padre) todos estos bienes, los santificas, los vivificas, los bendices y nos los repartes: por el mismo, con el mismo, en el mismo, a ti, Dios Padre todopoderoso en unidad del Espíritu Santo, toda honra y gloria: por los siglos de los siglos. Y como al decir por los siglos de los siglos el sacerdote ha elevado la voz, el pueblo responde, asintiendo al sacrificio: AMEN. 

V. PARTICIPACIÓN. Esta última parte de la misa, conclusión natural de la Acción, empieza en el diálogo que precede el Padre Nuestro. Su punto de partida, pues, es padre nuestro que el pontífice recita los brazos en alto y su momento culminante la Comunión de los fieles que toman de la víctima del sacrificio. En el CALIX los dos momentos están representados por el motivo de las espigas. 

Entre los dos grandes momentos de la Participación se ordenan tres grupos de oraciones, interrumpidas por dos gestos (blancos A y B) y cruzados por el canto del Agnus Dei. Así leemos: 

1. Haec commixtio et consecratio 

2. Agnus Dei 

3. Domine qui dixisti 

A. el pontífice da la paz al diácono que transmite luego . . . 

1. Dme. Jesu Xte. Fili Dei vivi 

2. Perceptio corporis tui 

3. Panem celestem accipiam 

B. el pontífice se golpea el pecho 

- Domine non sum dignus, de lo que somos avisados por la campanilla. 

1. Corpus Domini nostri: comulga 

2. Qui retribuam . . .? 

3. Sanguis Domini nostri: comulga 

Terminada con la comunión del pontífice, viene la de los fieles y, en el CALIX la faja de espigas que la representa: espigas solas y no vid y espigas pues el pueblo comulga bajo las solas especies de pan. Los anillos siguientes del CALIX tienen significación clara: primero el de la Communio, es decir, la antífona de la comunión que canta el coro; el segundo dice: Post Communio, corresponde a la oración solemne que recita el pontífice. 

La conclusión de la misa se lee en el último círculo del CALIX: A, representa el:-Ite missa est. B, la bendición, y, cerrando el círculo se ha escrito el evangelio de San Juan: -In principio erat Verbum. Los labios que beben se apoyan en este círculo pues el Verbum caro factum nos hace posible beber de este cáliz. 

La cinta que ondea sobre el CALIX lleva palabras de un salmo eucarístico que profetizan la misa. Son del versículo quinto del salmo 22 y dicen: Preparaste una mesa delante de mí. . . Mi cáliz que embriaga, ¡qué excelente es! 

Capilla de Bédoin

Se ruega a las personas que deseen leer este poema gráfico con toda claridad y prescindiendo de las indicaciones demasiado prolijas de esta nota, quieran asistir a la misa cantada de la capilla benedictina del Santo Cristo, única iglesia de Buenos Aires donde florece con dignidad la divina liturgia. 




[1] Eternamente.

[2] Es el don místico conocido como recogimiento infuso.

[3] El pan de cada día…

[4] Alude a Efesios 4, 3: El lazo de paz, el vínculo de paz.

[5] También los pecados.

[6] Algunos años después escribe: “Entretanto ¡qué avidez de la criatura que ama (que ama porque es amada) para recibir esta vida! Sicut modo geniti infantes: corremos a la Misa con hambre, con deseo, con ansia. La malicia, el fraude y todas esas divisiones y dobleces y arrugas que introduce en el alma el pecado, simulaciones de la inteligencia, cálculos y cobardías de la prudencia, ignoran esta avidez de los hijos nacidos de Dios”. (Artículo: La Liturgia y el Ciego. Entrada y Reunión, en: Itinerarium 47/2 (1946) Enero-Febrero, cita en p. 64)

[7] Tachado: “ser transformado en él” y sustituido: por “ser yo su alimento”

[8] Nota del editor: Artículo ilustrado publicado en la revista NUMERO, Nº 23 - 24 Buenos Aires, Diciembre 1931 Págs. 82-83

[9] El gráfico es obra de Juan Antonio Spotorno

2 comentarios:

  1. Me llena de gozo ver publicados y tan hermosamente editados e ilustrados estos pensamientos de Dimas Antuña, simbolizados por la figura del Calix. Tengo el corazón lleno de gratitud por los amigos de este blog Magnificat, Una Voce Chile, ya que gracias a ellos el fuego de la ardiente, sabia, iluminada devoción del humilde Dimas Antuña, contagie a muchos visitantes de este Blog.
    Pido al Señor que sea una fuente donde vengan a beber muchas almas sedientas, extraviadas, agotadas, y a festejar las iluminadas y pacificadas. Así sea.
    Gracias, amigos de Magnificat, ¡Santa Cuaresma, Semana Santa y Pascua!
    Padre Horacio Bojorge S.J. (Montevideo)

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    1. Muchas gracias, Padre, por sus hermosas palabras y sus buenos deseos. Es a usted a quién le agradecemos de corazón por haber compartido con nosotros este valioso material. Un afectuoso saludo en Jesús y María,
      Equipo redactor blog Magnificat-Una Voce Chile

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