sábado, 25 de agosto de 2018

El Leccionario experimental de 1967

Ofrecemos a continuación a nuestros lectores una traducción de un breve, pero muy interesante artículo de Matthew Hazell, colaborador del sitio New Liturgical Movement, sobre el leccionario experimental de 1967 preparado por Consilium, el órgano presidido por Mons. Annibale Bugnini (1912-1982), en  teoría encargado de dar cumplimiento a lo dispuesto por los Padres Conciliares en la Constitución Sacrosantum Concilium (1963), pero que en la práctica condujo finalmente al rito reformado promulgado en 1969, que poco tiene que ver con la visión que aquellos habían plasmado en dicho documento sobre la Santa Misa.

 El autor
(Foto: New Liturgical Movement)

Cabe señalar que la Conferencia Episcopal chilena fue una de las que solicitó y obtuvo permiso para utilizar el Leccionario experimental del Consilium durante los días de semana. Según consta en Notitiae, la revista oficial de dicho órgano, este permiso fue dado el 30 de enero de 1967 (Prot. núm. 3613/13), vale decir, casi al mismo tiempo que se publicaba el Leccionario experimental. Eso significa que entre 1967 y 1969 coexistieron en el país dos leccionarios: (i) aquel publicado en 1965 por la Sagrada Comisión de Ritos, que reproducían en castellano las lecturas (Epístola y Evangelio) para la Misa de los domingos y fiestas conforme al antiguo rito, y (ii) el Leccionario experimental del Consilium para las ferias.

El artículo que ha realizado Matthew Hazell, fruto de una acuciosa investigación, contribuye a arrojar algo de luz sobre un período extraordinariamente turbulento, cuyos detalles, aparentemente no exentos de maquinaciones e intrigas, permanecen en gran medida desconocidos para la mayoría de los fieles. Con este estudio se completa una de las piezas restantes en la historia del Leccionario dentro del rito romano, sobre el cual hemos dedicado una entrada en esta bitácora. Con posterioridad, tratamos también respecto de cuál es la fuente a la que se debe recurrir para encontrar las traducciones al vernáculo que permite el régimen jurídico de la forma extraordinaria (véase aquí la entrada respectiva), puesto que la lectura de la Epístola y el Evangelio, en los casos en que ella se puede hacer en lengua vulgar, debe proceder de un texto aprobado por la Sede Apostólica, y no de misales para fieles o folletos que cumplen una función de mero subsidio pastoral. 

El artículo fue publicado originalmente en New Liturgical Movement, y la traducción pertenece a la Redacción.

El Cardenal Raúl Silva Henríquez celebra Misa en la Capilla del Colegio de La Salle de Santiago de Chile



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El Leccionario experimental del Consilium ad exsequendam (1967)

Matthew Hazell

Entre las etapas posteriores del Concilio Vaticano II y la promulgación del Leccionario reformado (Ordo Lectionum Missae) en 1969, varias conferencias episcopales obtuvieron permiso de la Sede Apostólica para ampliar, con carácter experimental, la selección de lecturas utilizadas en las Misas celebradas durante los días de semana. En este período  se utilizaron tres esquemas principales: el esquema alemán[1], el esquema francés y el esquema Consilium. Este último fue preparado por el Coetus [grupo de trabajo] XI de Consilium y se presentó a las conferencias episcopales que no habían pedido permiso específico para usar ninguno de los otros dos esquemas. El esquema de Consilium también fue objeto de una "amplia deliberación", pues fue sometido a la consulta de cada conferencia episcopal, de los participantes en el Sínodo de Obispos de 1967 y de alrededor de 800 peritos en diversos campos, como estudios bíblicos, liturgia, catequesis y cuidado pastoral. Concluido ese tiempo de consulta, Consilium había recibido 460 respuestas respecto de su proyecto de Leccionario [2].

La tabla del esquema de lecturas preparado por Consilium está disponible ahora para su descarga desde el siguiente enlace:

Tabla de lecturas del Leccionario experimental del Consilium (Schemata 233 [De Missali 39], 1967), con el texto del material introductorio (PDF)

Este esquema es una fuente de vital importancia para el estudio del trabajo realizado por el Coetus XI, y conviene mencionar que lo había eludido por varios años hasta hace poco. Debo dar las gracias al personal de la biblioteca de Blackfriars Hall (Universidad de Oxford) por permitirme consultar su copia del Ordo lectionum pro dominicis, feriis et festis sanctorum (1967).

El escurridizo Schemata 233 del Consilium 

Con esta tabla de lecturas, todos los esquemas experimentales primarios de lecturas en uso se han puesto ahora a disposición del público para su investigación (ver los enlaces anteriores, y también mi bitácora Lectionary Study Aids). Aunque todavía tengo que hacer comparaciones detalladas de los diversos esquemas, o compararlos con el eventual Ordo Lectionum Missae, hay un par de observaciones que se destacan inmediatamente sobre el esquema del Consilium:

1ª. El Leccionario experimental fue producido en un momento de la reforma litúrgica posterior al Concilio Vaticano II, donde claramente había cierta incertidumbre acerca de cómo sería el nuevo Calendario General Romano. Por ejemplo, la Cuaresma parece comenzar el primer domingo de Cuaresma en lugar del Miércoles de Ceniza[3], y aunque los domingos son señalados como después de la Epifanía y después de Pentecostés, el leccionario ferial de lunes a viernes no hace esta distinción (hay 34 semanas en tempus per annum).

2ª. Comparado con el Ordo Lectionum Missae de 1969/1981, hay muy pocas formas breves de lecturas, y la mayoría de las que existen en el esquema Consilium parecerían conformarse más con el núm. 75 de la Introducción General al Leccionario que aquellas recogidas finalemente en dicho Ordo Lectionum Missae de 1969/1981*. Sin embargo, este problema es más complejo de lo que parece, y se examinará en futuras publicaciones.

Sin duda, cabe formular otras observaciones interesantes al respecto, y espero poder compartir algunas de ellas en New Liturgical Movement en el futuro.


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Notas:

[1] El esquema alemán fue el que  se usó 
también en Inglaterra y Gales entre 1965 y 1969. Estrechamente relacionado con este esquema es el utilizado en España y algunas otras naciones de habla castellana.

[2] Annibale Bugnini da más detalles sobre la reforma del Leccionario en La reforma de la liturgia 1948-1975 (Collegeville, MN, Liturgical Press, 1990), pp. 406-425.

[3] Bugnini deja en claro que esta era una característica, y no un error. El papa Pablo VI tuvo que intervenir personalmente para asegurarse de que el Miércoles de Ceniza y los tres días siguientes se conservaran en el Calendario General Romano (véase La reforma de la Liturgia, cit., pp. 307 y 310-311). [Nota de la Redacción: Este particular inicio de la Cuaresma es una de las características del rito ambrosiano, que el beato Pablo VI conocía bien por haber servido como Arzobispo de Milán entre 1954 y 1963].

* Nota de la Redacción: El núm. 75 de la Ordenación de las lecturas de la Misa (Ordo Lectionum Missae) señala: "Respecto a la extensión de los textos se guarda un término medio. Se ha hecho una distribución entre las narraciones, que demandan una cierta longitud del texto y que generalmente los fieles escuchan con atención, y aquellos textos que, por la profundidad de su contenido, no pueden ser muy extensos. Para algunos textos más largos, se prevé una doble forma, la larga y la breve, según convenga. Estas abreviaciones se han hecho con gran cuidado".

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