martes, 23 de abril de 2019

George Saunders sobre la Misa

El escritor norteamericano George Saunders (*1958), hasta hace poco conocido sobre todo por sus cuentos y relatos, ha ganado mucha notoriedad con su primera novela, Lincoln in the Bardo (Lincoln en el Bardo), la cual ha sido objeto de elogios de la crítica e incluso se hizo merecedora  en 2017 del premio Man Booker, uno de los premios literarios de habla inglesa más importantes. La novela, protagonizada por el presidente norteamericano Abraham Lincoln (1809-1865), transcurre durante una noche en la que un acongojado Lincoln visita el cementerio donde había sido enterrado su hijo, William Wallace Lincoln (1850-1862). Numerosos elementos sobrenaturales tomados de la religión budista, a la cual Saunders es cercano, recorren la novela (ya en el título, siendo el Bardo en el budismo un estado intermedio entre la muerte y el renacimiento).

Saunders no siempre fue budista y, de hecho, creció como católico y fue educado en un colegio católico. En un artículo reciente publicado en el sitio First Things (el original, en inglés, puede leerse aquí), Joshua Hren cree advertir en la obra de Saunders algo que podría llamarse "catolicismo cultural", una suerte de relicto de la fe en la que creció y que luego abandonó, pero que todavía informa de algún modo su labor artística, pese a lo heterodoxas que puedan ser las actuales convicciones religiosas que defiende. 

Un punto del artículo que nos parece particularmente interesante es la influencia de la Misa católica en el desarrollo de Saunders como escritor, pasaje que hemos traducido y que les ofrecemos a continuación. La Misa que Saunders conoció de niño a comienzos de los Sesenta no era otro que el rito tradicional, si bien comenzaban a introducirse las primeras reformas que culminarían con la promulgación del rito reformado en 1969. El pasaje, pese a dejar en evidencia una comprensión errada de parte de Saunders de la naturaleza de la Misa católica, muestra algo que hemos sostenido muchas veces: el sentido de misterio y la belleza estética de la Misa tradicional son capaces de causar fascinación en artistas, escritores e intelectuales e influir en su obra de un modo que la liturgia reformada no es capaz de reproducir, lo cual actualmente reduce notablemente la posibilidad de un acercamiento más profundo a la Fe católica de parte de éstos.

 George Saunders
(Foto: David Shankbone/Wikimedia Commons)


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"[...] Pese a que Saunders pueda haber abandonado formalmente la Iglesia, sus formas no lo abandonaron a él. Educado en colegios parroquiales en los Sesenta, hasta el día de hoy explica su necesidad de "misterio, metáfora y belleza" por "el poder de la Misa católica" que encontró en su niñez:

La Misa todavía se celebraba en latín... Allí pasaban cosas artísticas. Cada día el altar estaba decorado de modo diferente, en distintos colores, con ocasión de fiestas diversas, etcétera, y recuerdo estar verdaderamente interesado en eso, en el cuidado que se observaba en el despliegue visual. Y había cosas relativas a la Misa misma que eran un poderoso entrenamiento para un artista en ciernes. La Misa es una hermosa y gran metáfora, y algo que un niño podía aprender asistiendo a Misa una y otra vez era que el significado puede ser expresado...mediante la metáfora y la repetición y por medio de aquello que no se dice. 

Desgraciadamente, Saunders equipara erradamente la Misa y la metáfora. Como lo dijo alguna vez Flannery O'Connor [1] sobre la Eucaristía, "[s]i es un símbolo, al diablo con ella". Sin embargo, Saunders captura el sentido en el cual el Santo Sacrificio de la Misa —la liturgia puede convertirse en "fuente y cumbre" de la vida artística, una verdad que profundiza y no contradice la Misa como fuente y origen de la vida eterna [...]".  

Joshua Hren
First Things (25-III-2019)

[1] Nota de la Redacción: Flannery O'Connor (1925-1964) fue una destacada novelista y cuentista norteamericana, de profunda fe católica y que combinó su labor artística con una intensa actividad de apostolado como conferencista. Muerta prematuramente a causa del lupus que la aquejaba, su aclamada obra combina elementos de la escuela de escritores sureños de los EE.UU. conocida como Southern Gothic, a la cual habitualmente se la adscribe, con su perspectiva católica.

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