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domingo, 2 de junio de 2024

La liturgia tradicional con los ojos de Manuel Vicent

Les ofrecemos hoy una columna del escritor y columnista valenciano Manuel Vicent sobre la conversión de Paul Claudel. Si bien sobre este último autor hemos tratado con anterioridad en esta bitácora (véase aquí), el texto resulta de interés por provenir de un autor que se declara de izquierdas y anticlerical, como se comprueba de algunas de las afirmaciones que vierte, y que escribe a propósito del restablecimiento de la liturgia antigua por parte del papa Benedicto XVI a través del motu proprio Summorum Pontificum (2007). 

Más allá de algunas alusiones provocadoras, la columna demuestra el atractivo que la liturgia tradicional despierta en las personas abiertas a la sensibilidad artística y con inquietudes culturales. Son innumerables los ejemplos a través de la historia. Quizá el más elocuente sea la carta dirigida por un grupo de intelectuales al papa Pablo VI pidiendo la conservación de la Misa de siempre, que dio lugar al llamado "indulto inglés" o "indulto Agatha Christie". Entre otras cosas, ahí se dice: "Los firmantes de este pedido [...] quieren llamar la atención de la Santa Sede sobre la apabullante responsabilidad en la que incurriría en la historia del espíritu humano si se negara a permitir la subsistencia de la Misa Tradicional".

***

La cáscara

Manuel Vicent

El poeta Paul Claudel era todavía un ateo militante cuando una Nochebuena en medio de la soledad de París, bajo una intensa nevada, entró en la catedral de Notre-Dame para guarecerse. Se estaba celebrando en ese momento la misa del Gallo. El poeta acababa de ver innumerables poetas ateridos bajo los puentes del Sena, e imbuido en la propia desesperación, de pronto, fue acogido por un tibio perfume de incienso y el sonido del órgano que acompañaba el Adeste fideles cantado por un coro de infantes. En el altar brillaban los los brocados de las vestiduras de los oficiantes confundidas con las ascuas de las lámparas y los dorados del retablo. A través de aquel compacto resplandor también sonaban palabras en latín, que no comprendía. "Algo parecido a esta gloria debe ser el cielo", pensó Paul Claudel, quien trasportado por la belleza de la liturgia, olvidó las miserias de este mundo y se convirtió al catolicismo. Lutero se había llevado la nuez de la fe dejando la cáscara de la religión para la Iglesia romana, pero esta envoltura barroca y resplandeciente, sin nada adentro, acabó por adquirir la máxima profundidad estética que tienen las formas. El Concilio Vaticano II trató de recuperar la pureza de la fe limpiándola de las adherencias del teatro. En el desguace desapareció el latín, la polifonía de Palestrina fue sustituida por guitarras aflamencadas y las casullas bordadas por unos jerséis de grano gordo, tipo peruano. Los curas desde el altar tuvieron que dar la cara y hablar en la lengua nacional. Muchos fieles comenzaron a alarmarse al comprobar que lo entendían todo. "Yo soy el pastor y vosotros sois las ovejas", decía el oficiante, y algunos devotos se miraban sorprendidos. "¿Has oído eso? Nos está llamando borregos." Quedó patente que las epístolas, antífonas y salmos no transportaban sino pensamientos vulgares, mientras, a su vez, el gregoriano exquisito se transformó en canciones desafinadas, llenas de mansedumbre, cantadas por la grey. Un día, en una misa mayor de un pueblo mediterráneo, los fieles entonaban a coro una de estas plegarias al Señor, todos excepto un jornalero adusto que permanecía con la boca cerrada. "¿Por qué no cantas?", le cuchicheo el vecino de banco. El jornalero contestó como en el tute: "No cantó porque me falta el caballo". Benedicto XVI quiere recuperar la cáscara antigua y retornar a la liturgia en latín, cosa que celebran los estetas, pero, si hay que preservar la fe, lo mejor es no entender nada. 

Primera Misa solemne transmitida por televisión desde la catedral de Notre-Dame de París. Se trata de la Misa de Navidad celebrada en la medianoche del 24 de diciembre de 1948 por el cardenal Emmanuel-Célestin Suhard
(Foto: Te Igitur)

Nota de la Redacción: El texto está tomado de Vicent, M., El cuerpo y las olas, Barcelona, Alfaguara, 2007, pp. 219-220.

lunes, 9 de mayo de 2022

"La verdadera obediencia en la Iglesia", nuevo libro de Peter Kwasniewski

Acaba de aparecer la traducción al castellano de un nuevo libro del Dr. Peter Kwasniewski, cuyos trabajos solemos publicar en esta bitácora. El libro se llama La verdadera obediencia en la Iglesia y aborda un tema crucial para el catolicismo de hoy. De momento, puede ser adquirido a través de Amazon y Amazon (España).

Como se explica en la contraportada, la obra parte de la perplejidad de muchos fieles. En el motu proprio Summorum Pontificum (2007), el papa Benedicto XVI afirmó el sostenido crecimiento y la perpetua validez de la Misa de siempre, insistiendo en que “lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande y no puede ser de improviso totalmente prohibido o incluso perjudicial.” Sin embargo, con la publicación del motu proprio Traditionis Custodes (2021), su sucesor ha declarado precisamente lo opuesto, enviando ondas de choque a través de la Iglesia llamando a la restricción, y a la eventual supresión, de la más bella y venerable forma de culto, y la única que experimenta el crecimiento más dramático y apasionado. Ante una situación como ésta, ¿qué es lo debe hacer un católico consciente?

El libro del Dr. Peter Kwasniewski ofrece una exposición esencial sobre la cuestión de la obediencia en la Iglesia: de dónde procede, y cómo debe entenderse y vivirse correcta y prudentemente. Explora los lineamientos de Santo Tomás de Aquino sobre la materia: cuál es la obediencia necesaria para la salvación y cuándo es legal o ilegal. ¿Puede haber situaciones donde las estructuras usuales de obediencia se transformen en impedimentos o bien, en facilitadores de la misión de la Iglesia y del bien de las almas? ¿Se han dado casos en la historia de la Iglesia donde los sacerdotes fieles han ejercido su ministerio violando las normas canónigas ordinarias? ¿Cómo debe responder el clero si se les prohíbe la Misa de siempre o si ésta fuera declarada como “abrogada”? Una lectura imprescindible. 

Cumple recordar que el primer libro aparecido en castellano de este autor fue traducido gracias al apoyo de la Asociación Litúrgica Magnificat. Resurgimiento en medio de la crisis también se puede comprar a través de Amazon y Amazon (España)

viernes, 6 de agosto de 2021

Documental sobre la Misa tradicional (próximo estreno)

Este 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Santísima Virgen, se estrenará un hermoso documental sobre la Santa Misa tradicional. Es una excelente oportunidad de conocer este tesoro espiritual de la Iglesia y la humanidad, en su espiritualidad, teología, hermosura, riqueza artística e historia, y para compartirlo con quienes todavía conocen poco de esta Misa. 

El documental es el resultado de un proyecto que se viene desarrollando hace varios años. Ha sido hecho por un grupo de cineastas católicos, inspirados en las enseñanzas del papa Benedicto XVI al respecto, quien promulgó el motu propio que por 14 años permitió la concordia litúrgica en la Iglesia y el redescubrimiento del tesoro de la Misa de siempre por aquellas generaciones que no habían podido conocerla.  

Por su sinopsis, este documental promete ser una maravillosa oportunidad de conocer esta forma suprema del culto católico, como se ha practicado por siglos.

Será emitida gratuitamente y quienes quieran verla pueden inscribirse aquí.


martes, 13 de julio de 2021

Surge Juventus Traditionis

Juventus Traditionis es una iniciativa de laicos que pretende reunir a los jóvenes de Europa que desean dar un paso adelante en la defensa de la liturgia tridentina. Se describe como “un grupo de jóvenes europeos que asiste regular u ocasionalmente a parroquias diocesanas, comunidades religiosas o sacerdotales que celebran la Misa tridentina. Si algunos descubrimos esta forma litúrgica siendo adultos, otros han crecido con ella o se han convertido gracias a ella, y todos mostramos el mismo afecto hacia esta liturgia multisecular”.

Junto con la presentación de su página web en cinco idiomas (francés, español, inglés, alemán e italiano), su primera acción es una llamamiento para acompañar la peregrinación Summorum Pontificum que cada año se hace a Roma con ocasión del Domingo de Cristo Rey. En esta ocasión, el grupo ha hecho una convocatoria para que todos quienes puedan estén presentes en la Ciudad Eterna del 19 al 31 de octubre de 2021.

El manifiesto de Juventus Traditionis dice así:

“¡Juventud de Europa: Toma tu Misa, levántate y camina!

Con motivo de la décima peregrinación internacional Summorum Pontificum, llamamos a todos los jóvenes católicos a reunirse el próximo octubre en Roma. Deseamos reencontrarnos para mostrar con fuerza nuestro apego a la Misa de San Pío V.

Nosotros, jóvenes católicos, habiendo recibido la Fe a través de esta forma litúrgica, o habiéndola descubierto durante nuestro camino espiritual, queremos preservar la grandeza y la belleza de este tesoro de la Iglesia. Generaciones de fieles y santos se han unido a Cristo a través de esta Misa, fruto de una larga tradición y del progreso espiritual de la Iglesia. Esta liturgia todavía contribuye a la santificación de miles de almas en todo el mundo hoy en día. Es también instrumento de evangelización activa en muchos países que permite superar las diferencias de las diversas culturas para ofrecer en todas partes y juntos el mismo sacrificio a Dios que es la Misa, en unión con toda la Iglesia”.

domingo, 4 de julio de 2021

Declaración de la Federación Una Voce: Viviendo la fe, viviendo el futuro

El día de hoy, domingo 4 de junio de 2021, VI Domingo después de Pentecostés, la Federación Internacional Una Voce (FIUV) ha publicado una breve declaración pública en el periódico italiano La Repubblica, intitulada "Viviendo la fe, viviendo el futuro: La forma extraordinaria del rito romano". Su texto, que aquí reproducimos en castellano, se encuentra disponible en inglés, francés, alemán e italiano en este enlace. Infocatólica, Aciprensa y Adelante la feInfovaticana y Secretum meum mihi también han dado cuenta de la publicación del inserto


Viviendo la fe, viviendo el futuro: La forma extraordinaria del rito romano

Declaración de la Federación Internacional Una Voce

La Federación Internacional Una Voce (FIUV), fundada en 1965, reúne a diversas asociaciones de fieles laicos adheridos a la forma extraordinaria del rito romano (Misa tradicional).

En 2007, el motu proprio Summorum Pontificum reconoció la vigencia de la liturgia tradicional, así como la libertad de los sacerdotes para celebrarla y la de los fieles para solicitarla. Este hecho ha derivado en un continuo incremento de las celebraciones de la antigua Misa latina y de sus frutos espirituales. 

A lo largo del año 2020, la FIUV ha realizado a nivel mundial una encuesta entre los fieles en relación a la implementación de Summorum Pontificum. De esta encuesta, que incluye resultados de 364 diócesis en 52 países, hemos extraído estas conclusiones:

La Misa latina antigua es profundamente apreciada por grupos de fieles de todas las edades, especialmente por familias con niños, por los jóvenes y los conversos, de todos los ambientes sociales y culturales, de todos los continentes y en un número cada vez mayor de países.

La mayor disponibilidad de esta Misa ha favorecido en muchos lugares la normalización de la relación entre los fieles que se han adherido a ella y sus obispos. Estas relaciones se caracterizan cada vez por la comprensión y el respeto recíproco.

Sin embargo, hemos constatado que, en contra a las políticas anteriores de la Santa Sede,  dentro de la Iglesia aún existen personas, incluyendo algunos obispos, que desearían que la forma extraordinaria del rito romano fuera explícitamente suprimida o sujeta a mayores restricciones. Por esta razón, la FIUV, en consideración a los fieles adheridos a la Misa Tradicional, siente el deber de expresar su opinión, animada por la exhortación del papa Francisco a los miembros de la Iglesia de actuar con parresia y la humildad necesaria.

El incremento en el interés por la liturgia tradicional no se debe a la nostalgia por un tiempo que no recordamos o a un deseo de rigidez: se trata en realidad de abrirnos al valor de algo que para la mayoría de nosotros es nuevo y es fuente de esperanza. El papa Francisco ha caracterizado a la liturgia antigua en términos del «sentido de adoración» (Conferencia de prensa de 28 de julio de 2013); podemos también aplicarle sus palabras: una «historia viva que nos acoge y nos anima hacia adelante» (Evangelii Gaudium, núm. 13).

Hoy deseamos formar parte de esta «gran orquesta» de «unidad en la variedad» que, como el papa Francisco ha dicho, refleja la verdadera catolicidad de la Iglesia (Audiencia General de 9 de octubre de 2013). El motu proprio Summorum Pontificum continúa transformando los conflictos del pasado en armonía: deseamos que pueda continuar haciéndolo.

Felipe Alanis Suarez
Presidente

La Federación Internacional Una Voce es una asociación privada e internacional de fieles que agrupa a las asociaciones locales de fieles adheridos a la Misa tradicional. Su misión es garantizar la preservación del Santo Sacrificio de la Santa Misa según la forma extraordinaria del rito romano, de acuerdo a su última edición típica de 1962 por el papa San Juan XXIII y de toda la liturgia gregoriana que se mantiene en la Iglesia Católica, como una de las dos formas de celebración litúrgica. La Asociación Litúrgica Magnificat forma parte de dicha Federación desde su creación en 1966 como capítulo chileno. Los detalles de la encuesta referida en el inserto pueden ser revisados aquí

martes, 29 de junio de 2021

Un recuerdo del papa Benedicto XVI al cumplir 70 años de su ordenación sacerdotal

Hoy, 29 de junio, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el papa emérito Benedicto XVI celebra el 70° aniversario de su ordenación sacerdotal. La Asociación Litúrgica Magnificat quiere rendirle un homenaje desde esta bitácora a quien tanto hizo por devolver la visibilidad a la liturgia tradicional de la Iglesia a través del motu proprio Summorum Pontificum (2007). Con ese fin les ofrecemos una galería fotográfica de las cuatro ocasiones en que el cardenal Ratzinger celebró la Santa Misa de siempre y de las que ha quedado registro, además de compartir una anécdota de su estadía en la Abadía de Fontgombault con ocasión de las Jornadas litúrgicas celebradas en ese lugar hace 20 años. 

(Foto: Hoc Signo)

Nacido el 16 de abril de 1927, Joseph Ratzinger recibió la ordenación sacerdote el 29 de junio de 1951 en la catedral de Frisinga (Alemania) junto con su hermano Georg, fallecido el 1° de julio de 2020. El sacramento le fue conferido por el cardenal Michael von Faulhaber (1869-1952), entonces arzobispo de Múnich y Frisinga. Sobre ese momento, que el futuro Benedicto XVI recuerda como el más importante de su vida y donde sintió una "conciencia de menesterosidad", dejó escrita una anécdota: "En el momento en que el anciano arzobispo me impuso las manos, un pajarito, tal vez una alondra, voló desde el altar de la catedral y trinó una pequeña canción alegre". El sitio New Liturgical Movement ha dedicado dos artículos a la ordenación sacerdotal del futuro papa Benedicto XVI (véase aquí y aquí). Joseph Ratzinger cantó su primera Misa el 8 de julio de ese año en la parroquia de San Oswaldo, situada en la capital comarcal de Traunstein. El 30 de julio de 1951, dijo también la Santa Misa en la Iglesia de San Nicolás de Rimsting, lugar de nacimiento de su madre. El 24 de marzo de 1977, poco después de haber celebrado sus bodas de plata sacerdotales, Joseph Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich y Frisinga, y el 27 de junio el papa Pablo VI lo creó cardenal bajo el título de Sancta Maria Consolatrice al Tiburtino. Para escudo episcopal eligió el lema "Cooperatores veritatis". El 25 de noviembre de 1981, el papa Juan Pablo II lo nombró Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo que ocupará hasta el final de su pontificado. El 19 de abril de 2005 fue electo por el cónclave como el 265° Romano Pontífice de la Iglesia católica, adoptando el nombre de Benedicto XVI. Su pontificado concluyó el 28 de febrero de 2013 al hacerse efectiva su renuncia al ministerio petrino. Desde entonces vive retirado en el Monasterio Mater Ecclesiae, al interior de la Ciudad del Vaticano. 

En una reciente entrevista concedida a Il Timone, el cardenal Robert Sarah, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha señalado que, "en la historia, Benedicto XVI será recordado, además de como un gran teólogo, como el Papa del Summorum Pontificum, de la paz litúrgica, el puente ecuménico hacia el Oriente cristiano a través de la liturgia latino-gregoriana, la voluntad de recuperación de las raíces cristianas y la unidad de Europa contra todo laicismo vacuo y desestructurador de la cultura europea". Sin duda, su mayor legado es haber devuelto la posibilidad de celebrar la Santa Misa de siempre sin restricciones, permitiendo que las nuevas generaciones pudiesen acercarse a ese tesoro de nuestra fe católica. 

Primera Misa de Joseph Ratzinger
(Foto: Pinterest)

En 1989, un año después del motu proprio Ecclesia Dei que creó la Pontificia Comisión de ese nombre y permitió el surgimiento y regularización de varios institutos tradicionales, el cardenal Joseph Ratzinger visitó la localidad alemana de Weimar y celebró ahí una Misa Pontifical según el antiguo rito romano en una Iglesia del Sagrado Corazón repleta de fieles. Volvió al lugar una década más tarde. El 17 de abril de 1999 celebró nuevamente una Misa pontifical, que fue organizada por la asociación de fieles Pro Missa Tridentina, junto con Una Voce Deutschland uno de los dos capítulos oficiales de la Federación Internacional Una Voce (FIUV) en Alemania. Sobre esa última Misa publicamos en su día una entrada en esta bitácora (véase aquí más información). 




No pasó mucho tiempo antes de que el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe volviese a celebrar públicamente la Misa de siempre, cuando todavía regía la disciplina prevista por la instrucción Quattuor abhinc annos (1984), que dejaba en manos del ordinario del lugar la autorización para recurrir a los antiguos libros litúrgicos. En el mes de abril de 1990, dos años después de la creación de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), el cardenal Joseph Ratzinger hizo una visita al seminario internacional de la misma advocación que dicha institución tiene en la localidad de Wigratzbad (Opfenbach, Baviera, Alemania), donde se forman principalmente los seminaristas de habla francesa y alemana. Con ocasión de esa visita, el domingo 15 de abril celebró una Misa Pontifical de la que han quedado bastantes registros gráficos. En el sitio oficial de la FSSP es posible leer (en inglés) el texto de la homilía pronunciada por el cardenal Ratzinger en esa Misa.














Entre los días 22 y 24 de septiembre de 1995, el cardenal Joseph Ratzinger realizó una visita a la Abadía Sainte Madeleine del Barroux, Francia. El domingo 24 celebró una Misa Pontifical según el rito tradicional en la iglesia abacial. El día anterior, con ocasión de su visita a la vecina abadía femenina de Notre-Dame de l’Annonciation, también ofició la Misa según el antiguo rito romano. De esas visitas dio cuenta la revista The Latin Mass, vol. IV, núm. 4 (1995), pp. 10-14.


Entre el 22 y el 24 de julio de 2001 se celebraron en en la Abadía de Note Dame de Fontgombault unas Jornadas Litúrgicas convocadas por el abad Dom Antoine Forgeot OSB, con el propósito de iniciar un nuevo movimiento litúrgico en la Iglesia. Uno de los asistentes fue el cardenal Joseph Raztinger, entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, quien dio una de las conferencias previstas en el programa e improvisó otra cuando le pidieron que pronunciase el discurso de cierre el lunes 24 de julio por la noche. Las demás intervenciones estuvieron a cargo de André Mutien Léonard, Stratford Caldecott, François Clément, Dom Cassian Folsom OSB, Dom Daniel Field OSB, André Rose, Dom Charbel Pazat de Lys OSB,  Robert Spaemann, Miguel Ayuso-Torres y Roberto de Mattei. A las 7.30 del martes 25, el cardenal se despidió para regresar a Roma. Antes de irse, Dom Forgeot lo invitó a entrar en la iglesia abacial en ese momento tan notable en que los monjes dicen sus Misas privadas en los distintos altares laterales. Situado en la parte trasera de la iglesia, el cardenal quedó cautivado, casi estupefacto. Se puso de rodillas sobre el suelo y rezó durante un largo rato. Al marcharse, ahora en el nártex de la abadía, le dijo en voz baja al padre abad, que aún recuerda su precisa inflexión de voz: "¡Esa es la Iglesia católica!" La anécdota ha sido relatada por Nicolas Diat en dos de sus libros: L'homme qui ne voulait pas être pape (Albin Michel, 2014) y Le grand bonheur (Fayard, 2020). 

Lo que el cardenal Ratzinger vio esa mañana de verano fue algo así: 



Nota de la Redacción: Las fotografías de la Misa celebrada en Weimar en 1999 proceden de aquí y aquí. Las fotos de la Misa de 1990 en el seminario de la FSSP están tomadas de aquí,  aquí y aquí. La portada de la revista The Latin Mass está tomada de aquí. Las dos fotografías de la Abadía de Sainte Madeleine de Fontgombault y la anécdota provienen de Rorate Caeli

miércoles, 23 de junio de 2021

Primera peregrinación tradicional al Santuario de Covadonga

Siguiendo el ejemplo de la peregrinación que cada año se organiza en Francia entre París y Chartres con ocasión de Pentecostés, en España está prevista la primera peregrinación tradicional para el mes de julio próximo. Cabe recordar que, dentro del mundo hispanoparlante, también existe una peregrinación en Argentina, que cada año concluye en el Santuario de Nuestra Señora de Luján. 

La peregrinación tendrá lugar entre los días 24 y 26 de julio de 2021. El recorrido se extiende entre la ciudad de Oviedo y el Santuario de Covadonga, que se encuentran separados por una distancia de aproximadamente 100 km. Se trata de una peregrinación penitencial, que tendrá como característica fundamental la celebración diaria de la Santa Misa tradicional. Ella se ha organizado en capítulos que representan comunidades naturales (ciudad, provincia, parroquia, grupo juvenil, etcétera), y contará con la asistencia espiritual de sacerdotes durante toda la marcha para confesarse o recibir consejo espiritual. Durante las tres jornadas se mantendrá un ambiente de oración, con el rezo diario del Santo Rosario y lectura de meditaciones. Por la noche, en el campamento, habrá adoración eucarística. El capellán general es D. Rvdo. Sr. D. Íñigo Serrano Sagaseta de Ilúrdoz, perteneciente del Arzobispado de Pamplona y Tudela y actual párroco de las parroquias de Aibar, Ayesa, Eslava, Leache, Moriones y Sada.

La organización está a cargo de Nuestra Señora de la Cristiandad - España, una iniciativa de laicos católicos independientes que pretende imitar en todo lo posible las peregrinaciones de de la institución homónima francesa. 

La peregrinación a Covadonga tendrá carácter anual, y cada año contará con un lema distinto. Este año, con ocasión del 150° aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia Universal, la organización ha querido poner la primera edición bajo su patrocinio y protección. En 2020, pues, la espiritualidad de la peregrinación girará en torno a la figura de dicho santo patriarca. «¡San José, patrono de la Iglesia, protégenos!», ha sido el lema escogido.

Covadonga tiene un hondo significado espiritual para España y se ha elegido, además, una fecha en torno a la festividad del apóstol Santiago, patrón de España. En dicho santuario se encuentra la Santa Cueva, que alberga la imagen de la Virgen de Covadonga, conocida cariñosamente por los asturianos como la "Santina". El nombre de Covadonga procede de la expresión latina Cova Dominica (que viene a significar "Cueva de la Señora"), la cual se ha ido transformando hasta llegar a la palabra actual: Covadonga. Según la tradición, la Santísima Virgen ayudó a los cristianos capitaneados por Don Pelayo, quien reinó entre 718 y 739. provocando un desprendimiento de rocas en la batalla de Covadonga (718 ó 722), que diezmó el ejército árabe. Esta victoria se considera como el inicio de la Reconquista y la reinstauración de los reyes cristianos en la Península, que acabará en 1492 con la anexión de Granada por los Reyes Católicos. 

Santuario de Nuestra Señora de Covadonga
(Foto: Hola!)

La inscripción se realiza a través de la página web de Nuestra Señora de la Cristiandad, rellenando un solo formulario por familia. Si bien el plazo de inscripción termina el 10 de julio, las plazas para pernoctar en los campamentos están limitadas a 600 peregrinos, por lo que recomendamos inscribirse cuanto antes. Para las familias con niños o personas con dificultades físicas, se puede optar por hacer un recorrido parcial equivalente a la mitad de la ruta. Además, existe la posibilidad de acudir como voluntarios (véase aquí más información), puesto que se necesita mucha ayuda en la organización. Aquellos que no puedan acudir físicamente quedan invitados a unirse en la oración como "ángeles de la guarda" y recibirán las meditaciones diarias en su correo electrónico (véase aquí más información). También aquellos que quieran hacerlo pueden ayudar realizando un donativo para sufragar los costos materiales de la organización (véase aquí más información).

Infocatólica ha publicado una entrevista a tres de los organizadores de esta primera peregrinación tradicional en España, cuya lectura recomendamos. 

sábado, 29 de mayo de 2021

Cómo las “formas” litúrgicas definen, de un modo concreto, la fe religiosa –o la corroen-

Les ofrecemos hoy un nuevo artículo del Dr. Peter Kwasniewski dedicado al sentido de las formas litúrgicas, que expresan un modo de comprender la fe. Cuando se extienden los rumores sobre una modificación o derogación del motu proprio Summorum Pontificum, que ha permitido el florecimiento y redescubrimiento de la Misa tradicional por tantas personas alrededor del mundo, conviene tener claro que no se trata sólo de formas rituales puestas en pie de igualdad: ellas son el reflejo de dos maneras distintas de aproximarse a la Divinidad. Por eso, es común decir que la Santa Misa es la catequesis más cotidiana, porque acompaña a los fieles durante toda su vida y los conduce hacia la comprensión de los misterios de la fe. Lo que ahí se aprende, es lo que modela la fe en Dios y el modo en que cada persona se acerca a su misterio insondable. Así pues, el llamado es a permanecer "fortes in fide", como decía San Pedro, defendiendo la Misa de siempre y la doctrina católica integral. 

El artículo fue publicado en New Liturgical Movement y ha sido traducido por la Redacción. Las fotografías provienen de la versión original. 

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Cómo las “formas” litúrgicas definen, de un modo concreto, la fe religiosa –o la corroen-

 Peter Kwasniewski 

Durante mil años los sacerdotes que celebraban la Misa en el rito romano cumplieron la norma de mantener unidos los dedos pulgar e índice desde el momento de la consagración hasta las abluciones (norma que, por cierto, se cumple todavía cuando se celebra la Misa tradicional). Esta costumbre es un reflejo de la profunda fe de la Iglesia en la Presencia Real de Cristo. Después de la consagración, el Señor está real, verdadera y sustancialmente presente bajo la apariencia externa de pan y de vino, lo cual significa que lo está en cada mínima partícula de la hostia. Por esta razón, el sacerdote no debe tocar descuidadamente otros objetos después de tocar la hostia, sino mantener esos dos dedos juntos, excepto cuando distribuye la comunión, hasta que los lava con las abluciones. De este modo, el sacerdote recuerda también, continuamente, el misterio tremendo que tocan sus dedos, y lo recuerdan asimismo los laicos.

Como laico, me molestaba que esta antigua y razonable costumbre hubiera desaparecido, por lo que decidí hacer una serie de preguntas a un considerable grupo de sacerdotes que celebran el usus antiquior, fundamentalmente para conocer la importancia que ellos le atribuyen a dicha costumbre. El resultado se publicó en New Liturgical Movement en cinco partes, con una conclusión final (el vínculo puede encontrarse aquí). Un sacerdote respondió el cuestionario con el siguiente relato:

“En la Misa en que se me ordenó de diácono, la Eucaristía se 'servía' desde una suerte de plato de vidrio… Yo lo purifiqué con gran cuidado después de la Comunión, en lo que empleé un considerable tiempo, que se notó, mayor que lo que el clero local y el pueblo estaban acostumbrados a ver. Después de la Misa, tanto el director de vocaciones como el obispo oficiante 'me corrigieron' en este punto: el obispo me recordó que la purificación era sólo una 'purificación ritual' y que no era necesario preocuparse mucho de ello porque el sacristán lavaba todo a continuación (posición totalmente incoherente). Esta fue mi introducción, harto lamentable, a la ausencia práctica, por parte del clero, de fe en la Presencia Real, cosa que he visto y experimentado muchas veces en los 11 años transcurridos desde entonces. Digo 'práctica' porque pocos negarían la Presencia Real y muchos la defenderían incluso con gran elocuencia. Pero la forma en que en la realidad tratan la Eucaristía delata su falta de comprensión y/o de fe (tal es especialmente el caso con el modo de tratar la Preciosa Sangre, el purificador, etcétera; pero ello es objeto de otro análisis).

“Por tanto, cuando comencé a estudiar el usus antiquior y me enteré del proceso detallado y sistemático de purificación, que en verdad no deja lugar a error alguno, y de cosas prácticas como mantener juntos los dedos que han tocado las especies consagradas hasta la purificación, se confirmó mi fe. Y aunque el conocimiento de la práctica histórica de la Iglesia me sirvió, quizá, para avivar mi conciencia de cuán mal pueden estar hoy las cosas, avivando simultáneamente mi dolor, al mismo tiempo fue para mí consolador saber que me encontraba en la posición correcta”.

Este encuestado puso el dedo en la llaga, si se me permite la expresión. La fe católica no es algo puramente abstracto que aprendemos y a lo cual asentimos, como ejercicio intelectual. Aprendemos nuestra fe y discernimos su significado mediante la práctica, a través de lo que hacemos a o con las palabras, cosas y personas que encarnan nuestra fe. Cómo hablamos al Señor o hablamos de Él; cómo tratamos los signos sacramentales y, sobre todo, su Cuerpo sacratísimo y vivificante y su preciosa Sangre; cómo tratamos a nuestros sacerdotes y cómo tratan ellos a su pueblo. He ahí donde nos damos cuenta, experimentalmente, día tras día, de cómo es la religión católica, y de si ella ha sido acaso reemplazada por un sistema rival de creencias.

Con nuestra práctica nos enseñamos a nosotros mismos; con nuestro ejemplo, enseñamos a quienes nos rodean, especialmente a los niños. Este es el punto en que la liturgia moderna ha fallado gravemente de muchas maneras y, en la práctica, por su repudio de la significación de formas vitales de expresión, de formas que comunican la esencia y propósito de la Misa. Lo que está en juego en esta escalada de tensiones entre “sensibilidades” litúrgicas diversas no es meramente la “forma” (como si se tratara de cuestiones de gusto o de arte), sino el significado inherente en la forma y expresado por ésta, es decir, la verdad. Y no sólo la verdad, sino la justicia, porque es por la virtud de la justicia que damos a Dios y a las cosas de Dios lo que con razón nos exigen, y que le debemos como creaturas suyas que de Él dependemos. Así, la diferencia entre el “rito viejo” y el “rito nuevo” es una diferencia de verdad y de justicia: se trata de dos religiones diferentes, tomando el término religión en su acepción tomista. 

Así como las formas llenas de unción y las prácticas de la liturgia tradicional indican y expresan verdades centrales de nuestra fe, las numerosas prácticas relajadas de que están llenas las liturgias Novus Ordo no son coherentes con el significado y propósitos de la Misa. Una amiga mía, una joven que efectuó el tránsito, hace algunos años, desde el Novus Ordo al rito tradicional, me ha enviado una reflexión que ilustra esta idea:

“Durante los años que asistí al Novus Ordo en parroquias muy concurridas (nada en absoluto como los Oratorianos), experimenté la sensación, muy palpable y oprimente, de algo que sólo se puede describir como dictadura de lo relajado. No es que yo no hubiera querido, desde un punto de vista personal, ver más reverencia, sino que la atmósfera misma la hubiera hecho parecer muy desubicada. Era raro sentirse ser una de las pocas personas que hacían una inclinación al rezar el Credo (a nadie se le hubiera ocurrido hacer una genuflexión). Resultaba igualmente raro mostrar un poco más de reverencia haciendo una inclinación de cabeza después de adorar la hostia en la consagración. Algunos fieles comulgaban en la lengua, pero era inusual. Si alguno se quedaba en su banco, aunque fuera por un momento, para hacer la acción de gracias después de terminada la Misa, ciertamente formaba parte de una minoría. Por cierto, había mucha charla, en presencia del Santísimo, sobre cosas como deportes, acontecimientos sociales, y toda clase de trivialidades. Era frecuente también incluir aplausos en la liturgia. Aplausos por un buen chiste en la homilía, o para quien anunciaba un picnic parroquial, o para el coro, cuando terminaba un arrebatador canto final: las ocasiones surgían con frecuencia.

“Existe una generalizada 'mala actitud' que conduce a esta oprimente dictadura de lo relajado. Para mí es un misterio qué es lo que mueve a esta fuerza insidiosa: si bien echó raíces hace muchos años, ¿qué es lo que la hace seguir vigente cuando hay mucha gente buena en esas parroquias que desea, aunque sea de un modo vago, una mayor reverencia? Por cierto, yo sé que todos debiéramos desear expresar nuestra fe en Dios abiertamente, incluso hasta la muerte. Pero sin duda hay algo que se ha descarrilado terriblemente cuando a uno le ocurre sentir furtivamente el sentimiento, casi la culpa, de expresar reverencia mediante un acto visible –'pero ¿qué te has creído, actuar tan devotita?'.

“Voy a contar algo que me viene a la memoria. Mis hermanas y yo pensábamos que usar un velo en la cabeza era bien bonito, pero recuerdo que mi argumento en contra era: 'Ya somos suficiente motivo de distracción en la iglesia allí, adelante, tocando nuestros instrumentos a la vista de todos. ¿Qué sería si además nos pusiéramos velo? Además, el velo no pega con el tipo de música que tocamos'. Ignoro si semejante razonamiento era correcto, pero ilustra la confusión en que se encuentran los fieles con hambre de reverencia, metidos en el rígido marco del Novus Ordo. Es un marco en que la piedad y la devoción a menudo se ven ridículos. Piénsese en ello: creamos una atmósfera en que se ve ridículo rendir honor al Señor en lo que se supone que es Su casa, y Su Sacrificio. Esto no es más que una descarada maldad”.

Resulta irónico que algunos partidarios del Novus Ordo critiquen a quienes adhieren a la liturgia tradicional por estar amarrados por las formas, cuando en realidad es imposible no preocuparse de las formas, puesto que no hay para nosotros, los humanos, ninguna verdad accesible que no esté revestida de formas. Toda liturgia se nos da como un determinado conjunto de formas que tienen su propio significado inherente; significado que será, o bien pleno, rico, certero y lleno de nutrientes ortodoxos, o bien banal, empobrecido, ambiguo e inadecuado a nuestras necesidades. En este sentido, todos estamos amarrados por las formas porque el lenguaje humano y la actividad espiritual son absolutamente formales. La primacía de la forma y la consiguiente prioridad de realizarla bien son inevitables; no existen en absoluto “cosas esenciales” independientes de formas que sean suficientes para nosotros.

Sin duda, el intelecto divino conoce la verdad separada de toda forma creada; pero el hombre conoce la verdad según como está expresada, de un modo determinado, por signos sensibles e inteligibles. Algunos signos están bien adaptados a la verdad que significan, y otros no. Por ejemplo, lo solemne es compatible con la noción de lo sagrado y, de hecho, es exigido por lo sagrado, en tanto que lo relajado y lo espontáneo, no.  

El libro La herejía de lo informe [The Heresy of Formlessness], de Martin Mosebach, pone de relieve la locura (y fealdad) de imponernos a nosotros mismos la fe moderna en una sociedad y en un mundo abstractos, donde las abstracciones reinan globalmente y gobiernan individualmente las relaciones, en contraste con la auténtica vitalidad espiritual que se encuentra en las cosas, en las cosas reales, y con el modo cómo las cosas y las acciones reales resuenan en el ámbito espiritual. Esta sensibilidad a la realidad material es algo que nuestra sociedad ha perdido: no sólo ha perdido la idea de que existe una realidad espiritual que abarca al mundo material, sino también la idea de que tocamos lo espiritual a través de lo que hacemos con la materia; en otras palabras, la idea de que la forma de las cosas y lo que hacemos con ellas tiene importancia para la vida del espíritu. Vemos en la reforma litúrgica el mismo desprecio cartesiano por la carne, que ha vuelto infértil el tesoro de formas que hemos heredado, a fin de ofrecer un culto tan puramente verbal y conceptual que sea concordante con una actividad humana pública.

Como lo muestra la experiencia histórica, la modernidad teme al catolicismo porque éste le recuerda -nos recuerda- que la realidad incluye lo sobrenatural, aquello que rodea y penetra lo natural con misteriosos poderes a que la razón puede acercarse, pero sólo mediante la fe y la analogía. Este acercamiento exige rendirse ante lo divino y aceptar la Tradición que la moderna epistemología, con su racionalismo y voluntarismo egocéntricos, no puede tolerar. Así como el liberalismo es, en el análisis que hace Newman, algo a medio camino entre el catolicismo y el ateísmo, así también el Novus Ordo está a medio camino entre una Tradición que tan pronto abarca como trasciende el tiempo, y una modernidad atrapada en su propia espiral de muerte.

En conclusión, los últimos cincuenta años de práctica litúrgica han cobrado un alto precio a la vida de fe de nuestras comunidades. La perspectiva del Novus Ordo se queda, erradamente, en abstracciones como la validez, y fracasa en reconocer la profunda conexión (¡humana y divina!) que hay entre forma, significado y verdad. Las consecuencias de este error son inconfundibles. Según S.E.R. Robert Barron, obispo auxiliar de Los Ángeles, por cada nuevo católico, hay seis que abandonan la Iglesia. En una encuesta entre católicos, el 80% de los menores de 50 años no cree en la Presencia Real. La pandemia no ha hecho más que acentuar las ya impactantes diferencias entre la práctica tradicional católica y su substituto moderno. La pérdida de fe, comprobada estadísticamente, es comprensible, incluso predictible, puesto que el principal catecismo para la mayoría de los católicos es la Misa. No sólo es benéfico sino necesario para la vida de nuestras iglesias un regreso general a la liturgia tradicional. Los obispos que no entiendan oportunamente esto habrán de oficiar con casulla blanca el funeral de sus diócesis cremadas.

En los ciclos históricos, incluyendo la historia de la salvación que se desarrolla para nosotros en las Escrituras, podemos ver épocas de exilio y las diversas respuestas de las personas a su condición de exiliados. Parece que vivimos en un período especial, caracterizado por un auto-exilio institucional, como si la Iglesia se hubiera transformado en su propio faraón y en su propio Pilatos. Lo cual no es excusa para dejar de hacer lo que podemos y debemos hacer como hijos de Israel, como discípulos de Cristo: por el contrario, se nos da una oportunidad perfecta para orar y buscar un regreso a la Tradición católica, cuyo corazón es una liturgia digna -y comunicadora- de la acción más importante de la Iglesia, que, por consiguiente, puede servir de fundamento a un futuro coherente. 

martes, 25 de mayo de 2021

III Congreso Summorum Pontificum México

Entre el 10 y el 13 de junio próximos se realizará el III Congreso Congreso Summorum Pontificum de México. Las actividades tendrán lugar en la ciudad de Guadalajara, estado de Jalisco y tierra de los Cristeros. 

El Congreso Summorum Pontificum es una convención de católicos que quieren conocer más la riqueza de su tradición litúrgica, artística, teológica, y espiritual. Este año la conferencia magistral será dada por Su Eminencia Raymond Cardenal Burke, miembro de la Signatura Apostólica en Roma, quien celebrará además una ordenación sacerdotal, la primera en México en muchos años. Durante el Congreso intervendrán también otros conferencistas, entre los cuales se cuentan el Dr. Peter Kwasniewski. el P. Javier Olivera Ravasi, el Dr. John Pepino y Gregory DiPippo. Habrá tres Misas pontificales y se impartirá el sacramento de la Confirmación. El Congreso Summorum Pontificum congregará católicos fieles de todo México y del extranjero para participar en este evento histórico. En el sitio web oficial se puede encontrar mayor información al respecto. 

La Misa de ordenación del Rev. Joel Pinto Rodríguez, FSSP, será celebrada por Su Eminencia el Cardenal Raymond Leo Burke el viernes 11 de junio de 2021, Fiesta del Sagrado Corazón, a las 17 horas en el Santuario de los Mártires de Cristo Rey de Guadalajara. 

domingo, 2 de mayo de 2021

Capítulo "Ángeles Custodios: una manera de participar a distancia en la peregrinación anual a Chartes

Como es sabido, cada año se organiza una peregrinación tradicional entre París y Chartres con ocasión de la fiesta de Pentecostés, la cual congrega entre 10.000 y 12.000 peregrinos venidos de distintos países. Debido a las restricciones derivadas de la pandemia, este año la peregrinación se realizará mediante grupos locales; sólo la Île-de-France se dirigirá a Chartres, donde tendrá lugar la Misa solemne de clausura. La participación presencial exige además que los grupos vengan organizados por Nuestra Señora de la Cristiandad, para asegurar el cumplimiento de las medidas sanitarias. 

Las particularidades de la peregrinación de este año suponen también algunas ventajas para los que no podemos participar físicamente de este encuentro de la Tradición. La manera de hacerlo es inscribirse en el capítulo "Ángeles de la Guarda" ("Anges gardiens"), nombre con el que designa a todas aquellas personas que no pueden asistir físicamente durante los tres días de Pentecostés, pero que quieren estar presentes espiritualmente, y no por eso menos verdaderamente, en la peregrinación de Chartres.

Originalmente bajo el patrocinio de Santa Marta y San Simeón, este capítulo está inspirado en la idea de los peregrinos no caminantes, que fue desarrollada e impulsada por Christian y Catherine Chauvière, quienes desde 2020 han organizado ese hermoso capítulo que ahora recibe un nuevo impulso para dar un resplandor más amplio a la obra de Nuestra Señora de la Cristiandad. La figura busca unir a la peregrinación a todas aquellas personas que por distintas razones no podían participar físicamente de los tres días (por ejemplo, por enfermedad, edad, trabajo, distancia, etcétera). 

Se han comenzando ya a organizar grupos alrededor del mundo para acompañar a la distancia esta peregrinación. Cada grupo se compromete a rezar la oración de la peregrinación y el santo rosario, además de dedicar un tiempo para la meditación, durante los días en que ella se desarrolla (22, 23 y 24 de mayo). De ser posible, se aconseja organizar obras de caridad y penitencia, visita a algún santuario y confesiones que faciliten la unión espiritual de los fieles. Dichos grupos serán reconocidos por Nuestra Señora de la Cristiandad como parte de la peregrinación 2021.

Se trata de una ocasión muy especial para reforzar los lazos de la Tradición dentro de la Iglesia a través del mundo, haciendo realidad la comunión de los santos. Para inscribirse, hay que proponer el plan de actividades para los días de la peregrinación. Los grupos pueden ser individuales o nacionales. 

Más información e inscripciones en este enlace (la página está disponible en francés e inglés). También pueden escribirnos al correo de nuestra Asociación (magnificatunavocechile@gmail.com) para efectuar las coordinaciones que sean necesarias a través de la Federación Internacional Una Voce

viernes, 19 de febrero de 2021

Reanudación de las Misas públicas (SUSPENDIDA)

Actualización [4 de marzo de 2021]: Por el paso de la comuna de Recoleta a fase 2 debido a las medidas sanitarias para enfrentar la pandemia de COVID-19, que impide la circulación durante el fin de semana, la Santa Misa celebrada en la Parroquia de Nuestra Señor del Carmen de El Santo SE SUSPENDE hasta nuevo aviso. Los mantendremos informados a través de nuestras redes sociales. 

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Debido a que la comuna de Recoleta se encuentra ahora en fase 3, lo que permite realizar actividades públicas durante los fines de semana con observancia de las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de COVID-19, la Asociación Litúrgica Magnificat volverá a celebrar la Santa Misa tradicional de forma pública a partir de este domingo 21 de febrero, Primera Domínica de Cuaresma. 

Una vez más, y hasta que podamos volver a nuestra ubicación habitual, la Santa Misa se celebrará las 12.00 horas en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de El Salto, situada en calle Bombero Ramón Cornejo Núñez (ex Los Molles) 0340, El Salto, comuna de Recoleta (véase aquí el sitio web de la parroquia). En ella es titular nuestro capellán, el Rvdo. Milan Tisma Díaz.

Más información respecto de las condiciones de la Santa Misa en esta entrada

Recordamos que mientras no se restablezcan las condiciones normales, existe dispensa de cumplimiento del precepto dominical

sábado, 5 de diciembre de 2020

Respuesta al cuestionario de la Congregación sobre la Doctrina de la Fe para la Arquidiócesis de Santiago de Chile

En marzo de este año, la Congregación para la Doctrina de la Fe envío un cuestionario a los obispos del mundo para actualizar la información disponible respecto de la forma extraordinaria del rito romano, cuya respuesta debía ser remitida a la Santa Sede en el mes de junio. Todavía no se han hecho público los resultados de dicha encuesta, pero Rorate Caeli dice que las respuestas recibidas fueron favorables.  Por su parte, la Federación Internacional Una Voce también hizo una consulta, la que fue respondida por corresponsales de 364 diócesis en 52 países. Los resultados han sido publicados en el último número de la revista Gregorius Magnus

Dejamos aquí la respuesta que preparamos en su día respecto de situación en la Arquidiócesis de Santiago de Chile, siguiendo el cuestionario enviado por la Santa Sede y reflejando la situación objetiva de la forma extraordinaria en la ciudad. 

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Diócesis: Santiago de Chile

Ordinario: S.E.R. Celestino Aós Braco Ofm.

1. ¿Cuál es la situación en su diócesis de la forma extraordinaria del rito romano?

En nuestra arquidiócesis se celebra la forma extraordinaria del rito romano con frecuencia dominical y en las fiestas de precepto en un solo lugar. La Santa Misa es organizada por la Asociación Litúrgica “Magnificat”, un grupo estable de fieles constituido de conformidad a las leyes civiles en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, un oratorio céntrico de propiedad de una universidad privada. Un sacerdote diocesano oficia como capellán de la organización desde el año 1997.

Fuera de esta organización, cuya existencia se remonta al año 1966, y sin considerar las actividades de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, que está instalada de manera estable desde mediados de la década de los 1980, no existen otras parroquias o iglesias donde se celebren de forma regular los sacramentos conforme a los libros litúrgicos de 1962.

2. Si la forma extraordinaria se aplica en ella, ¿responde a una verdadera necesidad pastoral o es promovida por un solo sacerdote?

Sí, responde a la necesidad pastoral de los fieles que así lo han solicitado y se han constituido como organización para tales fines, aún con anterioridad a la dictación del motu proprio Summorum Pontificum. De hecho, la Misa se ha celebrado, con distinta frecuencia, de manera ininterrumpida desde 1966.

3. En su opinión, ¿hay aspectos positivos o negativos en el uso de la forma extraordinaria?

Sin duda son muy positivos, ya que es una manifestación de la Lex Orandi de la Iglesia que debe conservar su debido lugar de honor y promoción en su tradición litúrgica.

4. ¿Se respeta las normas y condiciones establecidas por Summorum Pontificum?

Lamentablemente, por la falta de formación de los ministros de la Iglesia en esta materia, no ha sido posible promover ni atender a la solicitud de los fieles que han solicitado el establecimiento de más celebraciones litúrgicas de acuerdo a la forma extraordinaria ni promoverla mayormente. Solo contados sacerdotes saben celebrar conforme a las rúbricas del Misal Romano de 1962 y en su mayoría son ya muy ancianos.

5. ¿Cree usted que, en su diócesis, la forma ordinaria ha adoptado elementos de la forma extraordinaria?

No de forma generalizada.

6. Para la celebración de la Misa, ¿usa usted el Misal promulgado por el papa Juan XXIII en 1962?

No.

7. Además de la celebración de la Misa en la forma extraordinaria, ¿hay otras celebraciones (por ejemplo, bautismo, confirmación, matrimonio, penitencia, unción de los enfermos, ordenación, Oficio Divino, Triduo Pascual, ritos fúnebres) según los libros litúrgicos anteriores al Concilio Vaticano II?

Se permite la celebración de los demás sacramentos, en caso que así se le requiera a aquellos sacerdotes que sepan celebrar conforme a estos libros litúrgicos y estén dispuestos a hacerlo.

8. ¿Ha tenido el motu proprio Summorum Pontificum alguna influencia en la vida de los seminarios (el seminario de la diócesis) y otras casas de formación?

No.

9. Trece años después del motu proprio Summorum Pontificum, ¿cuál es su consejo sobre la forma extraordinaria del rito romano?

Debería haber una mayor promoción en el establecimiento de apostolados permanentes de los institutos tradicionales (tales como el Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote y la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro), que están normalmente distribuidos en Europa y los Estados Unidos.

También se debe estudiar y proponer medidas para insertar la forma extraordinaria dentro de la vida parroquial, en el sentido que quienes soliciten la Misa tradicional no constituyan un grupo separado de los demás fieles de la parroquia, ni que aquellos sacerdotes que deseen incorporarla a la vida parroquial se vean de alguna forma coartados por las distintas instancias de colaboración de los laicos.