miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cara a cara con el Motu Proprio Summorum Pontificum: entrevista a Giuseppe Capoccia



Les presentamos a nuestros lectores una interesante entrevista concedida a Radio Spada por Giuseppe Capoccia, destacado magistrado italiano y presidente del Coetus Internationalis Summorum Pontificum, quien, luego de un exitoso peregrinaje 2015 Summorum Pontificum a Roma en octubre pasado, nos ofrece a ocho años de la promulgación del Motu Proprio por S.S. Benedicto XVI una evaluación de la situación de la Misa tradicional y de los sacerdotes y fieles que, gracias a dicho instrumento jurídico, han podido expresar con mayor libertad su amor y apego a la liturgia tradicional de la Iglesia romana. 

Están todavía presentes en nuestras retinas las hermosas imágenes que nos llegaron desde Roma con ocasión del señalado Peregrinaje Ad Petri Sedem, especialmente la solemne y multitudinaria procesión de clérigos y fieles que entró en la Basílica de San Pedro para la Misa Pontifical celebrada por Su Excia. Revma. Mons. Juan Rodolfo Laise, arzobispo emérito de San Luis (Argentina), el pasado 25 de diciembre, Fiesta de Cristo Rey.

La traducción desde el italiano es de la Redacción y el original puede leerse aquí.


***

P. (Gianluca di Pietro) Procurador, […] ¿No cree quizás que la evidente fragmentación del mundo tradicionalista sea el punto débil de la “batalla tradicional”, en contraste con el carácter compacto del ala progresista?

R. (Giuseppe Capoccia) En realidad, la fragmentación puede presentar también ventajas, por ejemplo cuando se trata de resistir a la represión o cuando se decide acelerar la marcha en algún frente. Y luego no estoy seguro de que los innovadores estén tan unidos entre ellos; es verdad que a menudo saben encontrar una línea compartida porque no pierden nunca de vista el objetivo. Nosotros, en cambio, muchas veces parece que nos olvidamos del fin de nuestra batalla, así como nos dejamos invadir del celo amargo, cuando deberíamos cultivar siempre la alegría de la Redención que Cristo ha ganado para nosotros y por siempre en la Cruz.

P. Muchos nos miran a nosotros, fieles del Summorum Pontificum con desconfianza y sospecha, retratándonos simplemente como estetas del culto, movidos casi por un fin romántico-litúrgico: fieles a quienes les interesan las formas del Sacrificio de la Misa más que la sustancia teológica del memorialis Domini Nostri. A todos ellos, ¿qué le gustaría decirles? Nosotros “motupropistas”, ¿estamos de verdad dispuestos a permitir el cambio del cambio de la sustancia de la Misa por alguna planeta u ornamento barrocos? ¿Es verdaderamente este el espíritu que mueve el Coetus y los miles de fieles (entre ellos, yo mismo): organizar Santas Misas estéticamente bellas y cerrar los ojos de frente a los numerosos problemas que la nouvelle théologie presenta?

R. Don Claude Barthe, capellán del Peregrinaje Internacional del Summorum Pontificum, además de autor de tantos estudios litúrgicos y teológicos, dice siempre que la batalla va conducida por la Santa Misa y por todo aquello que la sigue: el catecismo, la moral, la buena doctrina, la cultura, etc. Nosotros sabemos que, sin la oración que se orienta a Dios y que le rinde el culto debido, todas las obras son vanas. Nuestra convicción es que el empeño litúrgico es la clave para reafirmar la Fe Católica: no hay duda de que la Misa de Siempre no basta para detener la herejía modernista, pero permanece como el más perfecto compendio de nuestra Fe, plasmado en siglos de tradición. Un ilustre autor contemporáneo (con un gusto por lo paradójico) observa que la crisis financiera mundial deriva del colapso de la liturgia: si no está Cristo crucificado en lo alto y en el centro, el resto es solamente desorden y caos. Y es también la triste confusión de tantos movimientos que parecen haber olvidado el punto de apoyo para su acción. Pensamos, y lo hemos comprobado con nuestras pequeñas obras de proselitismo, que ahora es a menudo un vano afán confiarse de la razón y de la inteligencia de nuestros contemporáneos para evangelizarlos: no es su culpa, sino motivado por la general degradación moral, cultura y filosófica.

P. En el octavo aniversario de la liberación de la Misa Antigua podemos aventurarnos a hacer un balance: ¿qué objetivos hemos alcanzado gracias al Motu Proprio? ¿Podemos afirmar que gracias a la actividad del Coetus Internationalis, que reúne el inmenso trabajo de los coetus locales, haya crecido el interés por la Misa Antigua de parte del católico medio? (y por “católico medio” entiendo el fiel que no posee conocimientos particulares lingüísticos, teológicos o canónicos) ¿Y los jóvenes?

R. Hoy en día, si alguno está interesado por la liturgia católica abre Internet y con un par de clics se encuentra inmediatamente con una página ligada a la promoción o dedicada a comentar la liturgia tradicional: ya sea la FIUV, ya sean medios especializados como el New Liturgical Movement o Paix Liturgique, los cuales dan cuenta con gran regularidad de los progresos de las Misas Summorum Pontificum en el mundo. En la página FB del peregrinaje, las estadísticas dicen que el 57% de nuestros seguidores tiene menos de 34 años: me parece que ya esto es una respuesta elocuente a su pregunta sobre los jóvenes y Summorum Pontificum; más aún, precisamente la fascinación de los jóvenes por la antigua liturgia es una de las razones expuestas por el Papa Benedicto en la carta a los obispos que acompaña al Motu Proprio.

 Miembros del movimiento juvenil tradicional Juventutem participantes de la JMJ de Madrid (2011)

P. Contextualmente, ¿ha habido un mejoramiento significativo en estos ocho años en la recepción del Motu Proprio de parte de las Jerarquías? ¿Es real la liberalización de la cual habla el documento papal o permanece a fin de cuentas todavía como algo que debe perseguirse? En este último caso, ¿qué cosa debería hacerse para hacer que se cumplan las instrucciones contenidas en el Motu Proprio?

R. Bueno, si se mira a la realidad italiana, la situación puede parecer gris: poco ha cambiado desde el 2010, cuando Fede & Cultura publicó un opúsculo del periodista Alberto Carosa sobre las oposiciones episcopales al Summorum Pontificum. Con todo, la difusión de la liturgia tradicional en Italia es un hecho. Cada vez más sacerdotes han aprendido a celebrarla y cada vez más fieles se aproximan a la solemne dignidad y a la profunda sacralidad del rito antiguo. Cada año durante nuestro peregrinaje vemos participar a nuevas familias en la procesión en la Misa en San Pedro. El éxito de este año se debe en parte al mayor número de peregrinos italianos venidos a Roma el 24 de octubre. Luego, si la mirada se extiende a todo el orbe católico, es evidentísimo el desarrollo de Summorum Pontificum: ¿sabía que hay Misa tradicional también en Indonesia?

P. La principal actividad del Coetus es la organización del Peregrinaje Ad Petri Sedem, el último domingo de octubre, con ocasión de la fiesta litúrgica de Cristo Rey del Universo. ¿Hay una razón simbólica detrás de la decisión de promover un peregrinaje precisamente a la Sede Apostólica y, más aún, con ocasión de una fiesta litúrgica tan importante como aquella de la Soberanía Universal de Nuestro Señor?

R. La elección de Roma por cierto no es casual: no puede serlo para quien profesa la Fe católica, apostólica y romana. Podría también admitir que la fiesta de Cristo Rey ha sido casual, en el sentido de que no ha sido buscada, pero creo que la Providencia ha querido indicarnos la naturaleza regia de Cristo para que nuestra Fe sea manifestada, afirmada, defendida en todo momento y en todo lugar de cara a una sociedad cada vez más impía y laicista.

  Vitral de la catedral greco-católica melquita de la Anunciación (Roslindale, Massachusetts)
representando a Cristo Rey ataviado como emperador bizantino

P. El domingo 25 de octubre se ha cerrado solemnemente el peregrinaje de este año: ¿puede darse por satisfecho de su desarrollo? ¿Qué cosa le ha impresionado más de estos cuatro días intensos?

R. Por sobre todo, ¡diría que me ha impresionado el clima general y sereno de normalidad católica! A menudo en nuestros territorios sufrimos una sorda hostilidad, una perenne condición de minoría y marginalidad; entrar a San Pedro por la puerta principal cantando Cristus Vincit conforta y retribuye tantas amarguras. Y luego, admito haber estado fascinado por Mons. Juan Rodolfo Laise, este nonagenario tierno, pero firme, arzobispo emérito de San Luis (Argentina) e incansable defensor de la prácticade la recepción de la Santa Eucaristía de rodillas y en la boca [Nota de la Redacción: tema sobre el cual hemos publicado antes una entrada]. Con su edad, con su buen ánimo, con su testimonio tenaz no ha sido simplemente el celebrante de la Misa Pontifical en San Pedro, sino que ha reforzado en nosotros la voluntad de proseguir la buena lid, en obediencia a la voluntad del Señor y en la fidelidad a la propia conciencia.

P. Una última pregunta: si tuviera que convencer de participar en el Peregrinaje Summorum Pontificum a aquellos que no nos conocen o que sin razón se oponen a nosotros, ¿qué diría?

R. No tengáis miedo: ¡venid y orad!

Actualización [13 de junio de 2015]: En una actualización agregada hoy en esta entrada hemos dado noticia de la traducción al español del anexo que cierra el libro Comunione sulla mano. Documenti e storiaarriba referido y del que es autor S.E.R. Juan Rodolfo Laise, Obispo emérito de San Luis, Argentina. El libro cuenta con prefacio de S.E.R. Athanasius Schneider, Obispo auxiliar de Astana, Kazakhstan.

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