En una entrada anterior hemos explicado que la muceta es una prenda corta que cubre el pecho y la espalda, y que, abotonada o abrochada por delante, usan como señal de su dignidad los prelados, doctores, licenciados y ciertos eclesiásticos. No se trata, por ende, de una indumentaria propiamente eclesiástica, sino de un signo para hacer visible la autoridad de quien la viste.
La muceta forma parte del traje coral y se viste sobre el roquete. En el caso del Papa, el traje coral comienza por la sotana de color blanco, que se confecciona en seda o de lana según la estación, y sólo él puede llevar en muaré. Sobre la muceta va la cruz pectoral sostenida por un cordón dorado.
El beato Pablo VI con muceta y estola
(Foto: TheCompassNews)
El origen de la muceta papal es algo oscuro. Sin embargo, hay testimonios de que se ha usado por lo menos desde la segunda mitad del siglo XV, como lo muestra el fresco de Melozzo da Forli (1438-1494) intitulado Sixto IV nombrando a Platina como Prefecto de la Biblioteca Vaticana, pintado en 1477, que representa a dicho papa vestido con roquete, muceta y camauro. El ceremoniero pontificio Stefano Sanchirico dedicó en 2010 un artículo al uso de la muceta y la estola por parte del Romano Pontífice.
Hay quienes sostienen que la muceta es una versión reducida de la capa, vestimenta papal que sí tiene un origen más antiguo. Ya en el siglo XI San Pedro Damián describió la cappa rubea con que se viste el Romano Pontífice después de su elección como un atuendo distintivo y exclusivo de su dignidad. Puesto que representaba la supremacía de lo espiritual sobre lo temporal, San Gregorio VII (1073-1085) advirtió que “sólo el Papa puede usar la capa roja, signo de su autoridad imperial y del martirio”. Según la tradición, esa capa proviene de la clámide purpurea, un gran manto que se llevaba sobre los hombros, insignia concedida al Papa en la Donación de Constantino. De ahí que ella significase tanto la autoridad temporal como la espiritual del Papa sobre los Estados Pontificios. De esta capa deriva el manto papal, del que ya tratamos en otra entrada. Desde San Pío V, el Papa comenzó a vestir de blanco, conservándose en unas pocas prendas, entre ellas la muceta, el antiguo color rojo que le era característico.
Como parte del traje coral, el Papa vestía tradicionalmente cinco mucetas, cuatro rojas y una blanca, todas ellas terminadas en una pequeña capucha en la parte posterior, accesorio que quedó abolido desde la instrucción Ut sive sollicite (1969) para el resto de los prelados que tienen derecho a usar esta prenda. Con la muceta se usaba una estola del mismo color. El camauro y el calzado solía guardar igual correspondencia.
Melozzo da Forli, Sixto IV nombrando a Platina como Prefecto de la Biblioteca Vaticana (1477)
(Imagen: Wikipedia)
Hay quienes sostienen que la muceta es una versión reducida de la capa, vestimenta papal que sí tiene un origen más antiguo. Ya en el siglo XI San Pedro Damián describió la cappa rubea con que se viste el Romano Pontífice después de su elección como un atuendo distintivo y exclusivo de su dignidad. Puesto que representaba la supremacía de lo espiritual sobre lo temporal, San Gregorio VII (1073-1085) advirtió que “sólo el Papa puede usar la capa roja, signo de su autoridad imperial y del martirio”. Según la tradición, esa capa proviene de la clámide purpurea, un gran manto que se llevaba sobre los hombros, insignia concedida al Papa en la Donación de Constantino. De ahí que ella significase tanto la autoridad temporal como la espiritual del Papa sobre los Estados Pontificios. De esta capa deriva el manto papal, del que ya tratamos en otra entrada. Desde San Pío V, el Papa comenzó a vestir de blanco, conservándose en unas pocas prendas, entre ellas la muceta, el antiguo color rojo que le era característico.
Como parte del traje coral, el Papa vestía tradicionalmente cinco mucetas, cuatro rojas y una blanca, todas ellas terminadas en una pequeña capucha en la parte posterior, accesorio que quedó abolido desde la instrucción Ut sive sollicite (1969) para el resto de los prelados que tienen derecho a usar esta prenda. Con la muceta se usaba una estola del mismo color. El camauro y el calzado solía guardar igual correspondencia.
Las muceta rojas
La muceta con mayor presencia durante el año estaba hecha de raso rojo vinoso forrada de raso de una tonalidad más clara, sin adornos de armiño. Ella era usada desde las primeras Vísperas del día de la Ascensión de Jesús hasta la fiesta de Santa Catalina de Alejandría (25 de noviembre).
Juan Pablo I con la muceta de raso rojo
La muceta roja tenía también una variante de invierno, que estaba confeccionada en terciopelo rojo vinoso con forro de seda roja y forrada en armiño. El Papa la usaba desde el día de Santa Catalina de Alejandría hasta la Víspera del día de la Ascensión de Jesús.
Pío XII, al teléfono, con la muceta de terciopelo y armiño
Existía una tercera muceta roja, que se confeccionaba en camelote de seda o en sarga con forro de seda. Solía usarse en el mismo período de tiempo que la muceta de raso, aunque reservada para las Vigilias, las Témporas y la celebración de las Misas de difuntos.
La última versión de la muceta roja se confeccionada en paño y estaba forrada con seda y armiño. Ella se vestía solamente durante las Misas estacionales y los tiempos penitenciales, es decir, en Adviento y Cuaresma, excepto para las fiestas y solemnidades, y para los aniversarios de elección y coronación del Papa.
San Juan XXIII con la muceta de paño rojo y forro de armiño
La muceta blanca
Durante la semana in albis, que va desde el Domingo de Resurrección hasta el sábado de la Octava de Pascua, el Papa usaban una muceta adamascada de color blanco y forrada en armiño del mismo color. Antes de la reforma de la Semana Santa ordenada por Pío XII y puesta en vigor en 1955, el Papa se ponía esta muceta al volver a la Capilla papal después de celebrar los oficios de la mañana del Sábado Santo, y dejaba de usarla cuando volvía a dicha capilla para prepararse para la liturgia del sábado in albis. Después de la reforma de la Semana Santa, el uso de esta muceta quedó reservada para el período que comienza con la Vigilia Pascual y concluye con la segunda víspera de la Domínica in albis.
Benedicto XVI con la muceta blanca propia del Tiempo Pascual
(Foto: Ikomutoprzeszkadzalo)
Pío XII tenía una esclavina confeccionada íntegramente en armiño, que a veces usaba sobre el roquete como si fuese una muceta. Ella le fue regalada por una noble romana tras ver al Papa temblando de frío en una de las audiencia que le concedió. La razón provenía de la política de austeridad que Pío XII había impuesto durante la Segunda Guerra Mundial y en la inmediata posguerra. Dada la situación penosa en que vivían los romanos, el Papa ordenó apagar la calefacción de los apartamentos y despachos del Palacio Apostólico y contribuir con el ahorro en beneficio de los necesitados fieles de su diócesis. De esta manera, la esclavina de armiño ayudaba a Pío XII a combatir el frío y las corrientes de aire de sus aposentos. Por lo demás, Pacelli siempre fue friolero, y ya de cardenal usaba una esclavina de piel negra como prenda de abrigo.
Pío XII con la esclavina de armiño cumpliendo la función de muceta
El Cardenal Pacelli con la esclavina de armiño negro
Pío XII alternaba esta esclavina de armiño con otra confeccionada en lana de cordero y de una sola pieza. Esta última es fácilmente distinguible porque se trata de un material más tieso, con más cuerpo, más grueso, y de una sola pieza, mientras que la esclavina de armiño tiene costuras laterales dado que los trozos de piel son más angostos y pequeños.
Pío XII con la esclavina de lana de cordero durante una salida del Vaticano
La costumbre de usar cinco mucetas distintas fue observada hasta que el beato Pablo VI, hacia el final de su pontificado, comenzó usar una sola muceta (la de verano) durante todo el año. Con esta decisión, se descontinuó el uso de las restantes. Juan Pablo I y San Juan Pablo II siguieron esta forma simplificada, aunque este último comienza ya a prescindir de ella de forma habitual. Por el contrario, Benedicto XVI recuperó el uso de las distintas mucetas, pero con una novedad: extendió el uso de la muceta blanca a todo el Tiempo Pascual y no se limitó sólo a vestirla en la Infraoctava de Pascua. Derivado de esta extensión, y como ya se sentía calor en Roma durante el Tiempo Pascual, que cae en la primavera boreal, mandó a elaborar una muceta blanca de verano, confeccionada con seda y no con terciopelo y que, además, no estaba ribeteada en armiño.
El papa Francisco ha optado por prescindir de la muceta durante todo su pontificado, desde el día en que fue electo.
El papa Francisco dirige unas palabras a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro después de su elección y antes de impartir su primera bendición
(Foto: El Universal)
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