martes, 13 de noviembre de 2018

El rito lionés

El rito lionés o de Lyon (ritus lugdunensis) es uno de los ritos de la Iglesia católica latina u occidental. Está documentado como rito propio de la arquidiócesis de Lyon (antiguamente conocida en castellano como León de Francia, para distinguirla de la ciudad española) desde el siglo IX, mas, a diferencia de los ritos ambrosiano y mozárabe, casi ha desaparecido luego de las reformas litúrgicas posconciliares. Con todo, además de los pocos lugares donde se sigue celebrando en su forma tradicional, algunas de sus características (sobre todo cuestiones de detalle) persisten en ciertas iglesias de Lyon, como por ejemplo en la iglesia primacial de San Juan Bautista, la catedral de Lyon. Así, por ejemplo, el rito de la incensación es diverso y se hace con la cadena larga, al modo oriental, y no con la cadena recogida, como es habitual en el rito romano.

Catedral de Lyon.

Orígenes del rito

El rito lionés adquirió sus particularidades en una larga historia, rica en elementos fijados desde la Baja Edad Media. Él se sitúa, tal como el rito romano, en la familia litúrgica occidental, pero posee una impronta dada por los ritos galicanos en vigor alrededor del siglo IX. Estos últimos fueron progresivamente marginalizados por la gradual romanización de los ritos galicanos deseada por Carlomagno, pero el rito lionés conservó su existencia, pese a dicho proceso, manteniendo hasta cierto punto una identidad propia.
 

El pilar principal sobre el cual reposa la liturgia lionesa es el rito romano del siglo IX como se celebraba en la corte del Emperador, al cual se añaden relictos de la liturgia galicana. Sin embargo, mientras el rito romano se encuentra en constante evolución, el rito lionés se caracteriza por un conservadurismo extremo. Formado alrededor del año 850, conocerá los primeros cambios significativos recién en el siglo XVIII, al momento de las reformas de Monseñor de Montazet. Defendido ardientemente por el arzobispo y el capítulo catedralicio, el rito hasta ese entonces había resistido incluso las reformas litúrgicas del Concilio de Trento.

 Misal lionés, copiado en el siglo XV. Introito Ad te levavi, del 1er domingo de Adviento.

Romanización

Antes de las reformas de Monseñor de Montazet, otras innovaciones litúrgicas (que el liturgista Dom Denys Buenner llegó a comparar con una mutilación), comenzaron a modificar el rito lionés, iniciando un proceso de paulatina romanización. Las innovaciones fueron recogidas en el Misal promulgado por Monseñor de Rochebonne (1671-1740, arzobispo de Lyon entre 1731-1740) en 1737, detrás del cual era posible advertir una intención de acercar los libros litúrgicos a aquellos del rito romano.
 

En 1749, Monseñor de Montazet (1713-88, arzobispo de Lyon entre 1758-88), sin la aprobación del capítulo catedralicio, promulga un nuevo misal. Su voluntad era acercar el misal lionés al misal parisino, lo cual vino a profundizar la tendencia romanizante antes descrita, iniciada en el siglo XVII. Sin embargo, el clero lionés, apegado a su rito propio, no aceptaron la reforma y se opusieron a ella empleando todos los medios y recursos jurídicos a su alcance, escalando el conflicto hasta el Parlamento, el que se pronunció a favor del arzobispo. Durante el conflicto, Monseñor de Montazet reformó igualmente el breviario local. Sus acciones le valieron la acusación de jansenismo, por entonces muy difundido en Francia. Con todo, si bien los textos litúrgicos cambiaron, la práctica litúrgica subsistió con pocos cambios. Luego de la Revolución francesa, el clero lionés consiguió expurgar el breviario de aquellas partes juzgadas como excesivamente jansenistas. 

A propósito del breviario lionés, se cuenta que San Juan María Vianney (1786-1859), el Santo Cura de Ars, quien celebraba la Misa conforme al rito lionés, consideró en algún momento emplear el Breviario romano para sentirse así más cerca de Roma, pero la mayor extensión de éste en comparación con el Breviario lionés le hubiera sustraído demasiado tiempo a sus labores pastorales (considerando especialmente las muchas horas al día que destinaba a escuchar confesiones, 16 a 18 en los últimos años de vida), por lo que decidió proseguir con la recitación del breviario lionés.


El rito también sufrió modificaciones en el curso del siglo XIX. En la catedral se instaló un órgano, en circunstancias que hasta ese entonces las ceremonias empleaban exclusivamente el canto llano, sin acompañamiento instrumental de ninguna especie. El cardenal de Bonald promulgó en 1866 un misal cuyo título anuncia por sí mismo la naturaleza de su contenido: Missale Romano-Lugdunense, sive missale Romanum in quo ritus Lugdunenses ultimi tridui ante Pascha, ordinis missae et vigiliae Pentecostes auctoritate Sanctae Sedis Apostolicae iisdem ritibus romanis proprio loco substituuntur.

La edición de 1904, dirigida por el cardenal Coullié, intercala ritos y fiestas propias. La última edición típica del Misal lionés fue publicada en 1956, con el cardenal Gerlier. Nueve años más tarde, en 1965, encontrándose en curso las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II, se publicó un ritual propio de la diócesis de Lyon. 

El coro y la nave de la catedral de San Juan a fines del siglo XIX (fotografía anónima, Archivo del capítulo primacial).

Pese a esta última publicación, las reformas litúrgicas de 1970 entrañarán la casi completa desaparición del rito lionés, el que fue reemplazado por el rito romano reformado de Pablo VI. En ese entonces, solamente algunos canónigos del capítulo catedralicio y algunos sacerdotes miembros de la Sociedad de San Ireneo (sociedad sacerdotal diocesana de Lyon) mantuvieron la celebración ocasional del rito.

Al establecerse en los años setenta en la arquidiócesis la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (FSSPX), caracterizada por su empleo de los libros litúrgicos preconciliares, utilizará la forma tridentina del rito romano, la que antes del Concilio nunca fue empleada habitualmente en ninguna parroquia de Lyon. Posteriormente, sin embargo, la iglesia de San Jorge (Saint-Georges), que estuvo desafectada entre 1970 y 1989, fue confiada por el Cardenal Decourtray a la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro (FSSP), quienes reinstauraron la celebración en el rito lionés, la cual se mantiene hasta el día de hoy (si bien no exclusivamente, pues también se celebra en el rito de San Pío V). La iglesia pasó a ser diocesana en 2006, pero continuaron sirviéndola sacerdotes tradicionales originalmente miembros de la FSSP, quienes solicitaron la incardinación en la arquidiócesis. 

Asimismo, a partir de julio de 2017, la Misa dominical de 8.30 AM en la iglesia de San Justo de los Macabeos (Saint-Just des Macchabées), entregada a la FSSP desde 2014, se celebra en el rito lionés.

Capilla de los Borbones de la Catedral de San Juan en el siglo XIX (grabado de E. Challis sobre un diseño de T. Allom).
(Imagen: Wikimedia Commons)

Diferencias con el rito romano tradicional. Los distintos tipos de Misa

Si bien es en el desarrollo de la Misa pontifical donde se encuentran las diferencias más notables entre el rito romano y el lionés, en la Misa rezada también es posible detectar algunas peculiaridades. Así, entre otras, para la Misa rezada, las oraciones al pie del altar tienen un texto diferente; se conservan las secuencias, desaparecidas del rito romano luego del Concilio de Trento; se emplea un corporal de quince partes; el ofertorio es diverso (hostia y cáliz se preparan antes del ofertorio, como es habitual en muchos ritos pretridentinos, y la plegaria para presentación de los dones en el altar es una sola para el pan y el vino y se recita sobre ambas especies simultáneamente; para más detalles sobre el ofertorio, puede verse aquí); los brazos del sacerdote está extendidos en cruz al momento del Unde e memores y cruzados sobre el pecho durante el Supplices te rogamus; el transporte del Misal por los ministrantes se hace con el libro cerrado (en el rito romano se transporta abierto); luego de la llamada pequeña elevación ("Per ipsum.."), el sacerdote sigue sosteniendo la Sagrada Forma sobre el Cáliz durante el Pater noster y los eleva al decir "sicut in caelo"; el embolismo se dice en voz alta (en la Misa cantada o solemne se canta); etcétera.
 

En la Misa pontifical, el máximo despliegue de la pompa litúrgica lionesa acentúa todavía más las diferencias (para una explicación de detalle de la Misa pontifical en el rito lionés, véase aquí). Mientras la liturgia romana requiere el servicio de una quincena de clérigos, la Misa pontifical lionesa requiere la participación de treinta y seis personas, incluyendo siete acólitos, siete subdiáconos, siete diáconos y siete sacerdotes (contando el obispo que pontifica más sus seis sacerdotes asistentes revestidos de casulla), además de dos sacerdotes con capa pluvial y otros ministrantes (crucífero y otros), sin contar el "suizo" y el macero que abren la procesión. En la Catedral de San Juan, por ejemplo, hasta la reforma litúrgica de Pablo VI, el coro descendía de la sillería para asegurar el espacio suficiente para el desarrollo de las ceremonias pontificales. Para las Misas solemnes, la mayoría de las salmodias se cantaban en tonos distintos de aquellos del rito romano; un subdiácono permanecía durante la elevación detrás del altar, motivo por el cual el altar en el rito lionés jamás estuvo adosado al muro del ábside; y, por último, la incensación tenía lugar a la manera bizantina previamente descrita. Por último, los ministros inferiores llevan manípulo, tal como el sacerdote, y durante el gradual tiene lugar un rito propio de la liturgia de Lyon, la "administración" (o "servicio"), equivalente lionés de la praegustatio (para una descripción de detalle del rito de la administración, véase aquí). Para ello, el altar mayor en una iglesia destinada al culto según el rito de Lyon tiene al otro lado el llamado "altar de la administración" (para una ilustración de éste, véase más abajo), aunque eventualmente podía tener lugar también en una capilla lateral. En la Misa solemne, luego del canto de la Epístola, la hostia y el cáliz se preparan también en ese altar por el diácono, con la asistencia del subdiácono. 

Coro alto de la catedral de Lyon en el s. XVIII (J. B. Martin, l'Histoire des églises et chapelles de Lyon, 1908).
(Ilustración: Wikimedia Commons)

Una última diferencia mayor se hace presente en la Misa pontifical el Jueves Santo: los seis sacerdotes asistentes concelebran junto al obispo, mientras que en el rito romano tradicional la concelebración sólo está prevista en los ritos de la ordenación sacerdotal y de la consagración episcopal.
 

Estas particularidades se hacen evidentes para los fieles con la simple comparación de las oraciones del Misa, pero las diferencias entre la forma tridentina del rito romano y el rito lionés en la Misa rezada, e incluso en la Misa cantada, son mínimas. Con todo, los católicos lioneses conocían bien sus costumbres propias, como la administración, antes mencionada, y el "rite des tablettes" (nos referimos con esto último al uso para el ósculo de paz del llamado osculatorio o portapaz, objeto litúrgico prácticamente desaparecido en el rito romano y que consiste en una especie de tablilla o cuadrito con imágenes de relieve semejando una portadita o un pequeño retablo, del cual puede verse una imagen aquí).

"Altar de la administración" (l’autel de l’administration), Iglesia de San Justo (Lyon).

Por otro lado, ciertos elementos presentes desde siempre en la liturgia de Lyon adquirieron un nuevo valor con las reformas del Concilio Vaticano II, particularmente la concelebración. Ello explica la falta de oposición que esta práctica encuentra en la arquidiócesis de Lyon, mientras otros la consideraron como algo ajeno a la tradición litúrgica.

Mayor información, así como los libros propios de este rito, puede encontrarse aquí

Por último, ofrecemos a continuación una galería de fotografías e ilustraciones del rito lionés que permitan a nuestros lectores hacerse una idea visual de éste, incluyendo el impresionante registro de una Misa pontifical del Jueves Santo.

I. Misa en el rito de Lyon celebrada (2018) en el apostolado de la FSSP en la iglesia de San Justo de esa ciudad (New Liturgical Movement/FSSP Lyon):

 El amito se usa sobre el alba.

 Ornamentos color ceniza (cendrée) se utilizan en las ferias de Cuaresma.

 En el ofertorio, el celebrante pone la hostia sobre la patena y, extendiendo las manos, dice: "Dixit Jesus discipulis suis: Ego sum panis vivus, qui de caelo descendi. Si quis manducaverit ex hoc pane, vivet in aeternum." Luego hace la señal de la Cruz en silencio (foto siguiente).


 Luego de preparar el cáliz a la derecha del altar, el celebrante pone la patena con la hostia sobre el cáliz y hace la señal de la Cruz en silencio sobre los dones.

 Luego los eleva a la altura del mentón, diciendo: "Hanc oblationem, quaesumus, omnipotens Deus, ut placatus accipias, et omnium offeréntium, et eorum pro quibus tibi offértur, peccata indulge".

 Elevándolos al nivel de los ojos, recita la oración "In spiritu humilitatis".

 Luego cubre los dones con el corporal lionés, de mayor tamaño que el romano y que sirve tanto de corporal como de palia.



 Como en muchos usos medievales, luego de la consagración del Cáliz, el celebrante extiende sus brazos en forma de cruz para el "Unde et memores".

 En el "Supplices te rogamus", se inclina profundamente y cruza sus brazos sobre el pecho.

 "Domine non sum dignus".

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II. Misa solemne en el rito lionés celebrada en 1993 por sacerdotes de la FSSP en Lyon en presencia del Arzobispo Primado, Cardenal Decourtray (Fuente: The Rad Trad/FSSP Wigratzbad):

 Reverencia al primado luego de las oraciones al pie del altar.

 El subdiácono trae el portapaz al Primado durante la preparación para la Comunión. La mayor parte de los ritos pretridentinos usan este instrumento para distribuir la pax

 Los dones cubiertos por el corporal, según era habitual en el Norte de Europa durante la Edad Media.

 Incensación al modo oriental.

 El subdiácono sostiene la patena con el manípulo durante el Pater noster. Para la explicación de esta práctica véase aquí.

Las abluciones.

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III. Misa pontifical ofrecida el Jueves Santo de 1934 por S.E.R. Mons. Louis-Joseph Cardenal Maurin, Arzobispo de Lyon y Primado de las Galias, en la Catedral de San Juan Bautista de Lyon (Dom Denys Buenner, O.S.B., L'Ancienne Liturgie Romaine. Le Rite Lyonnais; reproducidas desde el sitio New Liturgical Movement):






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IV. Ilustraciones de una Misa pontifical en el rito lionés, tomadas de La Messe Pontificale Lyonnaise: Explication illustrée des cérémonies (Lyon, 1939):


Confíteor.
 Delante del altar el ratelier, un gran candelabro, que se perdió en el siglo XVIII y nunca fue repuesto. En él ardían siete velas, una de ellas permanentemente, mientras las otras eran encendidas según el oficio de que se tratara.

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