domingo, 26 de mayo de 2019

Privilegios y usos litúrgicos en España e Hispanoamérica

La Iglesia española (y por extensión la de todos los países hispánicos) tiene una serie de usos propios al celebrar la Santa Misa de acuerdo al rito romano tradicional. En algunos casos se trata de privilegios expresamente concedidos por los Papas al clero de España (como ocurre con las bulas Ad hoc Nos Deus de San Pío V, fechada el 16 de diciembre de 1570, y Pastoralis officii de Gregorio XIII, de 30 de diciembre de 1623), y en otros, de costumbres inveteradas. 

Salvo manifiesta contradicción, estas tradiciones pueden usarse también con el Novus Ordo; de hecho algunas siguen presentes en diversas parroquias y otras, aunque ya en desuso, continuaron durante los años inmediatamente posteriores al Misal de Pablo VI. Algunas de estas tradiciones han sido conservadas en territorios anteriormente pertenecientes a España, como Sudamérica, Filipinas, etcétera. 

El presbítero asistente. 

El presbítero asistente, con capa pluvial, era de rigor en la primera Misa de un nuevo sacerdote; por lo demás es un privilegio prelaticio, que comparten por gracia especial los provinciales franciscanos y carmelitas (así como el canon, la palmatoria y el tronetto). Sin embargo, en España, hay un uso antiquísimo que permite que cualquier sacerdote pueda ser ayudado por un presbítero asistente en toda Misa solemne. Este uso se confirmó por un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos al Obispo de Urgel en 1883. Evidentemente el presbítero asistente, como su nombre lo indica, debe ser un sacerdote.

 Presbítero asistente (der., con capa pluvial) durante la segunda Misa de un sacerdote

Asperges por otro sacerdote que no sea el celebrante. 

En Misas solemnes o cantadas celebradas por un sacerdote constituido en dignidad, otro con sobrepelliz y estola acompañado por dos acólitos puede hacer la aspersión antes de la Misa mayor dominical.

El cáliz preparado. 

El cáliz puede estar preparado de antemano sobre el altar para las Misas rezadas, ya extendido sobre los corporales, con el misal abierto y registrado. Asimismo, se puede poner el vino y el agua inmediatamente antes de iniciar la misa. De hecho, así se hace en el rito dominicano.

El portapaz. 

Con él se da la paz en las Misas sin ministros sagrados (sobre este objeto litúrgico hemos hablado aquí y aquí). El acólito lo toma con un velo de seda blanca, se arrodilla junto al sacerdote y éste besa el altar y luego el portapaz diciendo “Pax tecum”. El acólito responde “Et cum Spiritu tuo” y lleva el portapaz al clero y al pueblo, de este al menos a las personas más importantes o los primeros de cada banco diciendo “Pax tecum” y dándolo a besar. Si hay altas autoridades presentes siempre era cortesía llevarles la paz a ellas. Incluso en el Novus Ordo puede utilizarse el portapaz para llevar la paz a las autoridades.

 El portapaz
(Ilustración: Modern Medievalism)

En el Confíteor. 

Añadir en el Confíteor el nombre del titular del altar o iglesia; por ejemplo: “...beato Ioanni Baptistae, sanctis apostolis Petro et Paulo, beato Joseph, omnibus sanctis et vobis fratres...”. Evidentemente, este privilegio no es practicable en el Novus Ordo, al haberse suprimido el nombre de los santos en el Confíteor. 

El turiferario que no sea diácono. 

Un acólito puede incensar al coro y a los ministros en la Misa solemne. Naturalmente, el diácono es quien inciensa al celebrante.

Evangelio desde el púlpito. 

El sacerdote puede leer el Evangelio desde el ambón, al igual que la Epístola, de cara al pueblo. En muchas catedrales e iglesias principales se ven aun esos hermosos ambones a ambos lados del presbiterio o del coro, a menudo con un tercer púlpito que es el propio del sermón.

La Colecta “et famulus tuos”

Se añadía siempre (salvo las Misas de réquiem) por única conclusión, ya sea sólo a la Colecta, ya a la Secreta y a la Postcomunión; incluso en Roma se decía en el Colegio Español y en la Iglesia de Montserrat. Este privilegio fue concedido por San Pío V y por Benedicto XIII, y confirmado por decreto de la Sagrada Congregación de Ritos de 13 de julio de 1675. En esta oración se rezaba por el Papa, el Obispo, el Rey, los familiares, el pueblo y el ejército, debiendo respetarse las palabras exactas previstas para ella. 

La hijuela o palia. 

La hijuela o palia redonda con una presilla o botoncito es uso exclusivo de España. Se cubre con ella la hostia en la patena hasta el ofertorio. Su origen puede ser el siguiente: la palia cuadrada en España era de reducidas dimensiones, a menudo sin acartonar, y se colocaba dentro del corporal doblado, de manera que al desplegarlo quedaba en el cuadrante medio derecho. Nunca salía la palia del corporal, sin duda por respeto, al haber estado en contacto con el Sangüis que tras la sunción podría haber quedado en el borde de la copa del cáliz. Siendo impensable cubrir la hostia directamente con el velo del cáliz, se ideó la hijuela para protegerla hasta el ofertorio. Es curioso que los términos hijuela y palia se usan, según las regiones, para referirse ya a la una, ya a la otra, lo que causa confusión al leer algunos manuales de ceremonias antiguos. Las hijuelas las hay acartonadas y sin acartonar.

 Hijuela

La cucharilla. 

La cucharilla se usa para añadir agua al vino en el cáliz, en España, y en algunos países sudamericanos. Rara vez en Italia y en algunos lugares en Alemania e Inglaterra. Su uso está previsto por un decreto de la Sagrada Congregación de Ritos.

 Colección de cucharillas litúrgicas

El doble corporal. 

El uso del doble corporal viene mencionado por autores del siglo XIX, y en Zaragoza se estuvo usando hasta los años sesenta del siglo XX. Se trata simplemente de la práctica de desplegar no uno sino dos corporales, el "verdadero" de lino sencillo y otro un poco mayor, muy almidonado, con bordados y profusión de encajes.

La posición de las manos del sacerdote. 

Consiste en que el sacerdote puede tener las palmas de las manos vueltas hacia el altar (ad altare versascuando las extiende.

La palmatoria desde el Sanctus. 

La palmatoria es la versión hispana del tercer cirio o cirio del Sanctus (en México la llaman tercerilla) del que habla el misal. Incluso tras las reformas de San Juan XXIII hay una referencia a ese uso, permitiendo que continúe. En Inglaterra hay un cirio en la credencia, en Italia hay a veces un candelero adosado a la pared cerca de la credencia, o cerca del altar, o incluso en la grada del lado de la Epístola. Sólo en España se usa el cirio con palmatoria, que estrictamente es un privilegio prelaticio, aunque éste se ha extendido a todos los sacerdotes.

La palmatoria se enciende en la credencia tras sonar el Sanctus y se coloca sobre el altar del lado de la Epístola, paralela al corporal y no muy lejos de éste; se lleva para la comunión acompañando al Santísimo, a menos que haya ceroferarios; si hay dos acólitos, el de la izquierda lleva la palmatoria; si sólo asiste uno, con la derecha sostiene la patena de comunión y con la izquierda coge el mango de la palmatoria, colocando el extremo sobre el ángulo del brazo derecho. Los prelados usan palmatoria toda la Misa, al lado del misal.

El lavabo con aguamanil. 

El lavabo con aguamanil es también de uso prelaticio, pero extendido en España a todos los sacerdotes. En todos los demás países se usa la vinajera del agua y un platillo de cristal sencillo.

 Ornamentos celestes para la fiesta de la Inmaculada

Ornamentos blancos y celestes de la Inmaculada. 

Sobre el uso de estos ornamentos hubo pleito y Roma ordenó que se utilizasen mientras durasen, éstos y sus similares. Solución salomónica. Parece que este uso se originó en torno a la polémica inmaculista de 1617, que acabó con un reconocimiento pontificio favorable al misterio. El papa Pío VII por breve de 28 de noviembre de 1817 otorgó privilegio para usar el celeste en la octava de la Inmaculada en la Catedral de Sevilla, y el 19 de septiembre de 1879 la Sagrada Congregación de Ritos lo amplió a todo el Arzobispado, siempre que se celebrara la Misa de la Inmaculada, concediéndose después a todas las Iglesias que lo solicitasen a Roma (decreto núm. 4083).

El bonete español. 

El bonete español es de cuatro picos y diferente a los birretes que usan los sacerdotes del resto del mundo, pero con idéntico uso litúrgico. Se le llama indistintamente “bonete” o “birrete”.  Al extranjero, sólo birrete.

 Sacerdotes españoles circa 1940 llevando ambos el bonete español

El cíngulo fajinado. 

Ya obsoleto, es una faja con dos caídas terminadas en borlas, que lleva el celebrante como cíngulo. La faja es del mismo tejido que los ornamentos, o está bordada ricamente. Para ajustarla según la circunferencia del celebrante tiene unas cintas que se atan por detrás. Las caídas son una a la izquierda y otra a la derecha, de manera que queden simétricas con el cuerpo. Se ha usado en España, en México, etcétera. 

 Cíngulo fajinado

La muceta. 

Los párrocos españoles pueden usar muceta sobre el roquete y sotana. Salvo particular privilegio, es negra con las vueltas moradas.

 Muceta de párroco

Uso de las dalmáticas por los acólitos. 

Según información rescatada por el historiador Ramón de la Campa, en el Archivo de la Catedral de Sevilla, donde se encuentran todos los litigios que hubo entre el Cabildo Catedral y el Arzobispo Jaime de Palafox Cardona (1684-1701), conocido como "el hombre de los mil pleitos". Él pretendió abolir todos los usos particulares y privilegios de la catedral hispalense: precedencia del deán sobre el provisor eclesiástico, danzas de los seises, uso de ornamentos blancos y celestes para la Inmaculada, y el uso de dalmáticas por los ministros menores. Todos los pleitos acabaron en Roma, para ser resueltos por la Sagrada Congregación de Ritos. El que ahora interesa fue largo, y no sabemos como acabó, lo que sí es cierto que la costumbre se perpetuó. Se pidió parecer a muchas catedrales de España, y todas respondían afirmativamente, al uso de dalmáticas por ministros legos o clérigos no ordenados, como algo propio de España. Una de las soluciones sugeridas es que fueran ornamentos no bendecidos, pero esto no satisfizo. Hay grabados de los viajeros del siglo XIX que incluyen a los ceroferarios y turiferarios con dalmáticas. Incluso hay testimonios de que en el seminario de Sevilla había antiguamente dalmáticas de todos los colores para cuando el seminario asistía solemnemente a la catedral. En el trabajo “Un ejemplo de patronazgo nobiliario en la Catedral de Sevilla: la Capilla de la Concepción Grande y Don Gonzalo Núñez de Sepúlveda" (incluido en el libro El comportamiento de las Catedrales españolas. Del Barroco a los Historicismos, Murcia, 2003, pp. 425 ss.), de don Ramón de la Campa, al narrar el inventario de la dotación del ajuar y fiesta de la Inmaculada de 1656 cita un terno completo de brocado blanco de oro matizado en azul celeste, un frontal grande para el altar mayor, once frontales donde se ponen las reliquias, un paño de púlpito, una manga de cruz, etcétera, siete dalmáticas de raso azul y blanco con sus cenefas de brocatel para los ceroferarios y turiferarios, con sus albas de ruán y faldones de dicho raso, cíngulos, cordones de seda blanca y azul.

 Ejemplo contemporáneo de uso de dalmáticas por ministros legos en España

2 comentarios:

  1. ¡LAUS DEO! ¿Podrían poner las referencias de esta, tan, valiosa información?
    Gracias.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por leernos y comentar. La base de la información proviene de la entrada que hay en Wikipedia en español sobre la Misa tradicional. El resto de los datos proviene de los manuales litúrgicos usados en Hispanoamérica durante el siglo XX, principalmente el de Garrido y el de Antoñana.

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