Hoy, domingo 24 de enero, ha comenzado el tiempo de Septuagésima correspondiente al año 2016, el que sólo existe en la forma extraordinaria. Este tiempo siempre se inicia en la novena semana antes de la Pascua, y comprende tres domingos llamados de Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima. Estos nombres, tomados del sistema corriente de contar, indican la serie de decenas de días que restan para la Pascua. De ahí viene también el nombre de la Cuaresma, que recuerda el período de preparación de cuarenta días que tuvo Cristo en el desierto antes del comienzo de su vida pública de predicación. Pero bien se ve que estos número no son del todo exactos, pues el domingo de Septuagésima es en realidad el día 64° antes de la Pascua. El número recuerda también los setenta años del cautiverio babilónico.
La Pascua es una fiesta movible y puede caer, por tanto, según los años, entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Todo depende de qué día corresponde al primer domingo después de la Luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, como dejó establecido el Primer Concilio de Nicea (325). Cuando ella ocurre pronto, como ocurrió este año, han de suprimirse uno o más domingos de la Epifanía, los cuales se dejan para después de Pentecostés. En la forma ordinaria, los tres domingos que preceden a la Cuaresma son parte de tiempo ordinario.
El tiempo de Septuagésima es como un preludio de la Cuaresma y una preparación lejana a la Santa Pascua, sirviendo de puente entre las alegrías de la Navidad y la austera penitencia cuaresmal. Si bien todavía no obliga el ayuno, los ornamentos son ya morados, se suspende el canto del Gloria y deja de sonar el aleluya que introduce el Evangelio, existiendo incluso una ceremonia para sepultarla (las famosas Depositio Allelujae, de las que puede verse aquí un ejemplo). Ellos volverán con el tiempo pascual, imagen de la vida futura y gloriosa que que ha de seguir la resurrección general de los muertos.
El ciclo temporal de Septuagésima acaba con el Miércoles de Ceniza, con que se inicia al Cuaresma, y que este año cae el 10 de febrero. Con todo, el Santoral puede llegar hasta el 10 de marzo, si la Pascua ocurre el 25 de abril. Desde ese día, y por las próximas cinco semanas, la Iglesia nos invita a la conversión. Se trata de un entrenamiento para el combate espiritual de por la plenitud de la vida cristiana y la perfección en la caridad.
Es sabido que todos los años el Santo Padre publica un Mensaje para la Cuaresma, que nos ha de servir de base para nuestra meditación personal durante este tiempo de penitencia. El de este año, centrado en la frase "misericordia quiero y no sacrificio" (Mt 9,13), será dado a conocer la tarde del próximo 26 de enero.
Actualización [10 de febrero de 2016]: Hoy, Miércoles de Ceniza, comienza el tiempo de Cuaresma. A partir de la frase “misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9, 13), el Santo Padre nos invita a meditar durante este período sobre las obras de misericordia y su sentido en el camino jubilar de este Año Santo. El texto completo de su mensaje, que debe servir de alimento a nuestra oración durante estos 40 días de preparación para la Semana Santa, puede ser consultado en este enlace.
Actualización [20 de julio de 2018]: Liturgia y Tradición católica ha publicado una interesante entrada sobre el entierro del aleluya (Depositio Allelujae). El sábado anterior al Domingo de Septuagésima, al finalizar las vísperas, el cantor añadía a la habitual “benedicamus Domino” dos aleluyas que la asamblea repetía doblemente con el “Deo gratias”. Esta era la despedida litúrgica que se le hacía al aleluya, el cual era sepultado después de manera dramatizada.
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Actualización [10 de febrero de 2016]: Hoy, Miércoles de Ceniza, comienza el tiempo de Cuaresma. A partir de la frase “misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9, 13), el Santo Padre nos invita a meditar durante este período sobre las obras de misericordia y su sentido en el camino jubilar de este Año Santo. El texto completo de su mensaje, que debe servir de alimento a nuestra oración durante estos 40 días de preparación para la Semana Santa, puede ser consultado en este enlace.
Actualización [20 de julio de 2018]: Liturgia y Tradición católica ha publicado una interesante entrada sobre el entierro del aleluya (Depositio Allelujae). El sábado anterior al Domingo de Septuagésima, al finalizar las vísperas, el cantor añadía a la habitual “benedicamus Domino” dos aleluyas que la asamblea repetía doblemente con el “Deo gratias”. Esta era la despedida litúrgica que se le hacía al aleluya, el cual era sepultado después de manera dramatizada.
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