Aunque el ámbito germanoparlante no cuenta con la cantidad de comunidades tradicionales que pueden encontrarse en Francia, el fenómeno no está ausente, existiendo algunas comunidades que han hecho de la liturgia tradicional el centro de su vida espiritual, sea exclusivamente o conjuntamente con el Misal reformado. Le hemos dedicado ya una entrada previa a la comunidad monástica tradicional de la Trapa de Mariawald. Asimismo, nos hemos referido a la Fraternidad de San Pedro, la cual, si bien se trata de un instituto tradicional de derecho pontificio y con presencia en varios continentes (véase aquí y aquí), su vinculación histórica y de presencia con Alemania es fuerte, ubicándose uno de sus dos seminarios en Wigratzbad, Baviera, el cual cuenta con una sección para seminaristas de habla alemana (además de otra para seminaristas francófonos).
Imagen de San Pedro Canisio, conocido como el segundo apóstol de Alemania, luego de San Bonifacio
(Imagen: egonwegh en flickr.com)
A continuación queremos presentar a nuestros lectores otras comunidades tradicionales del ámbito germanoparlante que no hemos tratado antes.
1) Los Servidores de Jesús y María.
Fundada en 1988 por el P. Andreas Hönisch (1930-2008), quien fuera antes miembro de la Compañía de Jesús (la cual abandonó por sus diferencias con el provincial respecto de su trabajo con grupos de scouts católicos), la congregación de los Servidores de Jesús y María (Servi Jesu et Mariæ, SJM) cuenta tanto con sacerdotes como con hermanos legos. La
comunidad rige su vida por la espiritualidad ignaciana, con un
particular énfasis en la renovación diaria de la consagración a los
Sagrados Corazones y en el culto eucarístico. Los sacerdotes son
birrituales, celebrando la Santa Misa tanto según el rito romano clásico
como con el Misal reformado. En 1994, la congregación recibió la calidad de instituto de derecho pontificio a través de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei.
Primicia en Blindenmarkt
(Foto: SJM)
Además de la enseñanza a través de los colegios que sostiene y del apostolado general hacia jóvenes y niños (mediante cursos de preparación a los sacramentos y de ministrantes o hacia jóvenes alejados de la Iglesia), la labor de la congregación está particularmente dirigida a la asistencia espiritual de la organización escultista católica alemana Katholische Pfadfinderschaft Europas (KPE), en cuya fundación participó el mismo P. Hönisch en 1976 al sentir que el movimiento escultista católico había abandonado su identidad original y que cuenta con una organización hermana en Austria (KPE-Ö).
Apostolado con el movimiento escultista
(Foto: SJM)
Además, la congregación atiende espiritualmente a las Ancillae Domini, una comunidad de mujeres fundada en 2003 (desde 2010 reconocida por Mons. Klaus Küng, obispo de St. Pölten, como una asociación púbica de fieles) que viven al modo de un instituto secular, inspiradas en la Congregación de Jesús fundada en 1609 por Mary Ward. Asimismo,
adjunta a la congregación existe una tercera orden de San Ignacio de
Loyola, comunidad de laicos de la que forman parte tanto hombres como
mujeres.
Según estadísticas oficiales de la congregación, ésta cuenta actualmente con 51 miembros. La casa madre se encuentra en Blindenmarkt, en el obispado de St. Pölten (Austria). En la Casa de Formación San Pedro Canisio los seminaristas del SJM realizan los primeros ocho semestres de formación, la que continúa luego en la Academia de Teología y Filosofía Benedicto XVI, adscrita a la abadía de Heligenkreuz, Austria (monasterio al cual nos referimos en una entrada previa a propósito de la visita de Benedicto XVI a la abadía). La congregación organiza periódicamente ejercicios ignacianos y cuenta con una editorial (SJM-Verlag), un estudio de grabación (Ars in Aures), además de editar la revista Ruf des Königs. El apostolado de la congregación está actualmente presente en parroquias en Alemania, Austria, Francia, Bélgica y Kasajistán.
Excursión de seminaristas a Oberallgäu
(Foto: SJM)
La Congregación de las Hermanas de la Preciosa Sangre (Sorores a Pretiosissimo Sanguine S.PP.S.) fue fundada en 1834 en Suiza por Anna Maria Brunner (1764-1837), una viuda y madre de seis hijos que quiso consagrar por completo su vida a Dios. El hijo mayor de la fundadora, el P. Franz Sales Brunner, miembro de la orden de los Misioneros de la Preciosa Sangre, emigró 14 años después de la muerte de su madre a los Estados Unidos, siguiéndolo las hermanas de la naciente congregación fundada por Anna Maria Brunner como respuesta a la petición de colaboración del obispo de Cincinnati en la labor educativa de jóvenes católicas. La orden experimentó un gran crecimiento en América y se decidió que era conveniente contar con una casa de formación en algún país germanoparlante de Europa para preparar a las religiosas para la labor en América. El P. Brunner encontró en 1858 en Schellenberg, Liechtenstein, un lugar apropiado, cuya dirección asumió el mismo, aunque murió apenas un año después. Sin embargo, el monasterio de Schellenberg comenzó a desarrollarse de modo autónomo y contó con muchas vocaciones propias, lo que motivó dificultades con las hermanas en los Estados Unidos, lo cual condujo finalmente a la separación canónica del monasterio de la provincia americana, constituyéndose el monasterio como una congregación independiente de derecho diocesano.
(Foto: S.PP.S.)
La casa madre de la congregación es el mentado monasterio ubicado en Schellenberg, en el Principado de Liechtenstein. Además, las hermanas de la Preciosa Sangre se hicieron cargo en 1912 del santuario mariano ubicado en St. Pelagibert, cerca de St. Gallen, en el cantón suizo de Thurgau, labor que han desarrollado hasta la actualidad. El énfasis de la vida de la congregación está puesto en la adoración de la Preciosa Sangre y en su ofrecimiento por la salvación de las almas. Muy cercana espiritualmente a la Congregación se encuentra la Cofradía de la Preciosa Sangre (Erzbruderschaft vom Kostbaren Blut), de la cual, además de las hermanas por derecho propio, puede ser miembros los fieles católicos que reúnan ciertos requisitos, quienes adquieren unos compromisos de oración y de vida sacramental.
Casulla con el motivo de la Preciosa Sangre, centro de la vida espiritual de la congregación
(Foto: S.PP.S.)
En medio de grandes dificultades, las hermanas decidieron a fines de la década de 1970 que la liturgia de la comunidad fuera celebrada de aquel modo en que juzgaron se manifiesta de modo más claro la naturaleza de la Santa Misa como sacrificio y de culto teocéntrico, a diferencia de las tendencias imperantes al momento de la reforma litúrgica, que pusieron al hombre y no a Dios al centro de la liturgia. Ese modo de celebración no es otro que la Misa tradicional, rito que las hermanas consideran las pone más cerca del carisma que les diera su fundadora, cuyo centro es, como se dijo, la Preciosa Sangre de Nuestro Señor ofrecida sobre el altar. Es así que la Santa Misa tradicional se celebra hasta el día de hoy en el monasterio, en sus distintas modalidades, sea solemne, cantada o rezada.
Como lo señalábamos en una entrada previa, el Instituto de Cristo Rey y Sumo Sacerdote (ICRSS) cuenta con una rama femenina, las adoratrices del Real Corazón de Jesucristo Sumo Sacerdote, fundada en 2001. Pues bien, una de las casas de las adoratrices se encuentra en Alemania, el monasterio de Maria Engelport, ubicado en Treis-Karden, localidad del valle del Mosela, en el estado federado de Renania-Palatinado.
(Foto: Kloster Maria Engelport)
Pese a que las adoratrices se establecieron en el monasterio recién en 2014, gracias a la autorización del arzobispo de Tréveris, el lugar tiene una antiquísima tradición monástica. El primer monasterio en el lugar perteneció a una comunidad de monjas cistercienses y fue fundado en 1220, el cual, debido a las difíciles condiciones materiales, no prosperó. Una segunda fundación, esta vez de religiosas dominicas (las que luego, sin embargo, se sometieron a la regla premostratense), tuvo lugar en 1260. Esta segunda comunidad permaneció allí, pese a ser saqueado y destruido el monasterio varias veces durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), hasta que las religiosas debieron huir en 1794 ante la invasión de Renania por las tropas revolucionarias francesas, hecho al cual siguió la secularización forzada y la subasta de todos los bienes en 1802. Posteriormente, en 1903, una tercera fundación tuvo lugar, esta vez por una comunidad de Oblatos de la Inmaculada (OMI), quienes construyeron los edificios del actual monasterio y que alojaron allí en un primer momento una escuela de misioneros para la entonces colonia alemana del África del Sudoeste (hoy Namibia). Los Oblatos permanecieron en el lugar 110 años, hasta 2013.
Procesión de Corpus
(Foto: Kloster Maria Engelport)
La especial tarea de esta joven congregación es la adoración eucarística y la oración por los sacerdotes. Además, las adoratrices de Maria Engelport se encargan de atender la casa de huéspedes que poseen, así como recibir y atender a los peregrinos que allí acuden. Un especial cuidado es puesto en la celebración de la Santa Misa, del Oficio Divino y de las otras funciones litúrgicas (adoración y bendición eucarística, procesiones, etcétera), todo lo cual se realiza naturalmente conforme a la liturgia tradicional vigente en 1962 y de modo abierto a la participación de los fieles, para quienes también existe a diario la posibilidad de recibir el sacramento de la penitencia.
(Foto: Kloster Maria Engelport)
4) Las Clarisas de St. Laurenzen.
En Laurenzenbad, comuna de Erlinsbach, en el cantón suizo de Argovia, se encuentra una pequeña comunidad de religiosas que viven conforme a la regla de Santa Clara. La liturgia conventual es celebrada según la forma tradicional del rito romano. Las hermanas fabrican variados objetos religiosos como iconos bizantinos, rosarios, crucifijos y pilas para el agua bendita, cuya venta ayuda a mantener materialmente a la comunidad.
5) Las Reparadoras del Espíritu Santo.
La congregación de las Hermanas Reparadoras del Espíritu Santo fue fundada poco después de acabada la Segunda Guerra Mundial en Vikowitz, en la entonces Chescoslovaquia. Las autoridades comunistas de la época no escatimaron esfuerzos para destruir la congregación, arrebatándole a las religiosas su convento y forzándolas a trabajar en una fábrica a partir de 1961 y hasta 1966, año en que, con la ayuda del arzobispado de Maguncia (Mainz), las hermanas pudieron emigrar a dicha ciudad alemana, donde sostuvieron un hogar de ancianos hasta el año 2000. En 1992, las reparadoras recibieron la Casa de San Antonio (Antoniushaus), en Niedaltdorf (Rehlingen-Siersburg, estado federado del Sarre), la que también acoge una residencia para ancianos. En el año 2000, todas las hermanas que quedaban en Maguncia se trasladaron a Niedaltdorf. Luego de varios años sin nuevas admisiones, a partir de 2012, la pequeña comunidad ha sido bendecida con tres vocaciones jóvenes, lo que asegura la conservación del apostolado de la congregación.
(Foto: Hermanas Reparadoras del Espíritu Santo)
Las Reparadoras del Espíritu Santo se rigen por la Regla de la Tercera Orden de San Francisco, con votos de pobreza, castidad, obediencia y de amor reparador. La Santa Misa de la comunidad es celebrada en la forma clásica del rito romano (rito tridentino). Sus principales tareas son el cuidado de personas ancianas y enfermas, así como la realización de actos de reparación para restaurar el Honor de Dios conculcado por los pecados de los hombres.
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