El papa emérito Benedicto XVI ha muerto a las 9.34 de esta mañana en el Monasterio Mater Ecclesiae, situado al interior de la Ciudad del Vaticano, donde residía desde su renuncia al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro. Para el mundo tradicional será recordado por su deseo de preservar el rico legado litúrgico de la Iglesia latina y restablecer, en igual de condiciones y con libertad de celebración, los sacramentos vigentes hasta la reforma dispuesta por el Concilio Vaticano II mediante el motu proprio Summorum Pontificum (2007), además de buscar la paz al interior de la Iglesia militante. De hecho, al cumplirse el septuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal publicamos una entrada en esta bitácora recordando las ocasiones en que, siendo cardenal y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cantó la Misa tradicional.
Joseph Ratzinger nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), el 16 de abril de 1927 (Sábado Santo), y fue bautizado ese mismo día. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles.
Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo. En ese marco, que él mismo ha definido "mozartiano", recibió su formación cristiana, humana y cultural. El período de su juventud no fue fácil. La fe y la educación de su familia lo preparó para afrontar la dura experiencia de esos tiempos, en los que el régimen nazi mantenía un clima de fuerte hostilidad contra la Iglesia católica. El joven Joseph vio cómo los nazis golpeaban al párroco antes de la celebración de la Santa Misa. Precisamente en esa compleja situación, descubrió la belleza y la verdad de la fe en Cristo; para ello fue fundamental la actitud de su familia, que siempre dio un claro testimonio de bondad y esperanza, arraigada en la pertenencia consciente a la Iglesia. En los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial fue enrolado en los servicios auxiliares antiaéreos.
Entre 1946 y 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Frisinga y en la Universidad de Múnich. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951 junto con su hermano Georg (1924-2020). Un año después, inició su actividad de profesor en la Escuela Superior de Frisinga. En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis intitulada Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia de san Agustín. Cuatro años más tarde, bajo la dirección del conocido profesor de teología fundamental Gottlieb Söhngen (1892-1971), obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación que tuvo por título La teología de la historia de san Buenaventura.
Tras ejercer el cargo de profesor de teología dogmática y fundamental en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Frisinga, prosiguió su actividad de enseñanza en Bonn, de 1959 a 1963; en Münster, de 1963 a 1966; y en Tubinga, de 1966 a 1969. En este último año pasó a ser catedrático de dogmática e historia del dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicepresidente de la Universidad.
De 1962 a 1965 hizo una notable contribución al Concilio Vaticano II como "experto", donde acudió como consultor teológico del cardenal Joseph Frings (1887-1978), arzobispo de Colonia.
Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia episcopal alemana y en la Comisión Teológica Internacional.
En 1972, juntamente con Hans Urs von Balthasar (1905-1988), Henri de Lubac (1896-1991) y otros grandes teólogos, inició la revista de teología Communio, que todavía existe.
El 25 de marzo de 1977, el papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Múnich y Frisinga. El 28 de mayo sucesivo recibió la consagración episcopal. Fue el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, que asumió el gobierno pastoral de la gran archidiócesis bávara. Escogió como lema episcopal: "Colaborador de la verdad". Él mismo explicó el sentido de su decisión: "Por un lado, me parecía que esa era la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. A pesar de los diferentes modos, lo que estaba en juego y seguía estándolo era seguir la Verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí ese lema porque en el mundo de hoy el tema de la Verdad se omite casi totalmente, pues parece algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, todo se desmorona si falta la verdad".
Pablo VI lo creó cardenal, del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, en el consistorio del 27 de junio de ese mismo año.
En 1978 participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I, el cual lo nombró enviado especial suyo al III Congreso mariológico internacional, celebrado en Guayaquil (Ecuador), del 16 al 24 de septiembre. En el mes de octubre de ese mismo año participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.
Actuó de relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, celebrada en 1980, sobre el tema: "Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo", y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, celebrada en 1983, sobre "La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia".
Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional el 25 de noviembre de 1981. El 15 de febrero de 1982 renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Múnich y Frisinga. Juan Pablo II lo elevó también al orden de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni el 5 de abril de 1993.
Fue presidente de la comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Santo Padre el nuevo Catecismo. Siendo ya Papa, en 2005 le correspondió publicar un compendio de dicho catecismo.
El Santo Padre, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.
En 1999 fue enviado especial del Papa a las celebraciones con ocasión del XII centenario de la creación de la diócesis de Paderborn, Alemania, que tuvieron lugar el 3 de enero.
En 1992 fue elegido miembro de la Academia de las Ciencias Sociales y Políticas de París. Desde el 13 de noviembre de 2000 se desempeñó como Académico honorario de la Academia Pontificia de las Ciencias.
En la Curia romana, fue miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, para los Obispos, para la Evangelización de los Pueblos, para la Educación Católica, para el Clero y para las Causas de los Santos; de los Consejos Pontificios para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y para la Cultura; del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica; y de las Comisiones Pontificias para América Latina, Ecclesia Dei, para la Interpretación Auténtica del Código de Derecho Canónico y para la Revisión del Código de Derecho Canónico de las Iglesias Orientales. En esos cargos le correspondió intervenir en la redacción de la Instrucción Quattuor abhinc annos (3 de octubre de 1984), que permitió por primera vez la Misa tradicional bajo el régimen de indulto, y de la Comisión de Cardenales constituida en 1986 que pretendía una liberalización mucho mayor. Como recuerda el cardenal Tarcisio Bertone, quien fuera después, siendo ya Papa, su secretario de Estado, "el Prefecto Joseph Ratzinger decía a menudo que su tarea consistía en proteger la fe de los pequeños, de los humildes que no disponen de las herramientas culturales adecuadas para contrarrestar los escollos de un mundo cada vez más descristianizado y secularizado".
Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro Introducción al Cristianismo, recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; Dogma y revelación (1973), antología de ensayos, predicaciones y reflexiones, dedicadas a la pastoral, y Jesús de Nazaret, publicado en dos tomos (2007 y 2011), que se complementan con un tercer volumen sobre la infancia de Jesús (2012). Dejó también un libro de memorias, publicado en 1998, que abarca sus primeros cincuenta años de vida (entre 1927 y 1977). Su vasta obra se completa con títulos como Evangelio (1996), La fe como camino (1997), De la mano de Cristo (1998) y Verdad, valores y poder (1998), entre otros.
Obtuvo gran resonancia el discurso que pronunció ante la Academia Católica Bávara sobre el tema "¿Por qué sigo aún en la Iglesia?", en el que, con su habitual claridad, afirmó: "Sólo en la Iglesia es posible ser cristiano y no al lado de la Iglesia".
La serie de sus publicaciones prosiguió abundante en el decurso de los años, constituyendo un punto de referencia para muchas personas, especialmente para los que querían profundizar en el estudio de la teología. En 1985, justo en la víspera del Sínodo extraordinario sobre la celebración, la verificación y la promoción del Concilio Vaticano II, publicó el libro-entrevista Informe sobre la fe. Después vendrían otros libros del mismo formato: La sal de la tierra (1996), Dios y el mundo (2002), Luz del mundo (2010) y Últimas conversaciones (2016). Asimismo, con ocasión de su 70° cumpleaños, se publicó el libro: En la escuela de la verdad (1997), en el que varios autores ilustran diversos aspectos de su personalidad y su obra.
El 19 de abril de 2005, con setenta y ocho años de edad, Joseph Ratzinger fue elegido Romano Pontífice. Con el nombre de Benedicto XVI sucedía a Juan Pablo II, que había fallecido el 2 de abril, después de haber ocupado el trono de San Pedro durante veintiséis años. El cónclave eligió nuevo Papa en apenas dos días, una de las decisiones más rápidas de la historia, tras las de Julio II (1503) y Clemente VIII (1592), que fueron elegidos en un solo día. Desde la logia de la Basílica de San Pedro se asomó “un humilde servidor de la viña del Señor” que se convertía en el Papa número 265, el primero elegido en el siglo XXI después de los ocho del siglo XX, y en el séptimo alemán, tras Gregorio V (996-999), Clemente II (1046-1047), Dámaso II (1048, porque falleció al cabo de un mes), León IX (1049-1054), Víctor II (1055-1057) y Adriano VI (1522-1523).
Tomó un nombre inesperado en honor de Benedicto XV (el genovés Giacomo della Chiesa, papa entre 1914 y 1922, después de haber servido como Arzobispo de Bolonia), que se distinguió por la búsqueda de la paz en la Primera Guerra Mundial y favoreció la creación del Partido Popular, embrión de la futura Democracia Cristiana. Fue este Papa quien, además, publicó el Código de Derecho Canónico de 1917.
Benedicto XVI publicó tres encíclicas (Deus caritas est, 2006; Spes salvi, 2007; Caritatis in Veritate, 2009), cuatro exhortaciones apostólicas (Sacramentum Caritatis, 2007; Verbum Domini, 2010; Africae munus, 2011; Ecclesia in Medio Oriente, 2012), e hizo 24 viajes apostólicos fuera de Italia, visitando países de los cinco continentes.
Con la salud debilitada, el 11 de febrero de 2013 Benedicto XVI anunció su renuncia al papado, la que se haría efectiva a partir del 28 de ese mes, bajo el argumento de que "para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio es necesario el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que en los últimos meses ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". La decisión fue considerada histórica, por datarse su más cercano precedente siete siglos atrás, cuando en 1294 Celestino V renunció para hacerse ermitaño. El 13 de marzo de 2013, el cónclave eligió como nuevo pontífice al cardenal Jorge Mario Bergoglio, por entonces Arzobispo de Buenos Aires, quien adoptó el nombre de Francisco.
Tras su renuncia, Benedicto XVI mantuvo su nombre y ostentó el título de "Papa emérito" o "Pontífice emérito", así como obispo emérito de Roma, con el tratamiento de Su Santidad. Fijó su residencia en el monasterio Mater Ecclesiae, al interior de la Ciudad del Vaticano. En adelante mantuvo un perfil bajo, con pocas apariciones públicas. Con los años su estado de salud fue empeorando progresivamente, hasta la enfermedad final que condujo a su muerte este 31 de enero. Sus últimas palabras fueron "Jesus, ich liebe dich" ("Jesús, te amo").
La decisión del papa Francisco de revertir la liberalización de la Misa de siempre a través del motu proprio Traditionis Custodes (2022) causó mucho dolor a Benedicto XVI. En una entrevista para Die Tagespost, S.E.R. Georg Gänswein, secretario privado del Papa emérito, señaló que "la lectura del nuevo motu proprio rompió el corazón del papa Benedicto porque su intensión había sido ayudar a que todos aquellos cuyo hogar era la misa tradicional encontraran la paz interior, la paz litúrgica". De hecho, consta que envío una carta privada al Superior de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro con ocasión de las nuevas y restrictivas normas dictadas respecto de su rito propio. No hay que olvidar que Joseph Ratzinger, en una carta dirigida al profesor Wolfgang Waldstein en 1976, aseguraba: "El problema del nuevo Misal está, por el contrario, en su abandono de un proceso histórico siempre continuado, antes y después de San Pío V, y en la creación de un volumen todo nuevo, si bien compilado con material viejo, cuya publicación fue acompañada de una suerte de prohibición de lo que había estado antes, prohibición desconocida en la historia jurídica y litúrgica; puedo decir con seguridad, basándome en mi conocimiento de los debates conciliares y en la repetida lectura de los discursos de los Padres conciliares, que esto no corresponde a las intenciones del Concilio Vaticano II".
Joseph Ratzinger hablaba diez idiomas, de los que dominó por lo menos seis: alemán, italiano, francés, latín, inglés y español. Además, leía griego antiguo y hebreo. Durante su vida recibió numerosos doctorados honoris causa por el College of St. Thomas de St. Paul (Minnesota, Estados Unidos), en 1984; por la Universidad Católica de Eichstätt, en 1985; por la Universidad Católica de Lima, en 1986; por la Universidad Católica de Lublin, en 1988; por la Universidad de Navarra (Pamplona, España), en 1998; por la Libre Universidad María Santísima Asunta (LUMSA) Roma, en 1999; por la Facultad de Teología de la Universidad de Wroclaw (Polonia) en 2000.
De momento, el cuerpo del Papa emérito permanecerá en la capilla del monasterio donde vivía. A partir del 2 de enero de 2023 por la mañana, será velado en la Basílica de San Pedro del Vaticano. Sus exequias serán celebradas el jueves 5 de enero por el papa Francisco. La Santa Sede ha anunciado que su funeral será sencillo, siguiendo el deseo expresado por Benedicto XVI.
Cumpliendo los deseos del Papa emérito, la Santa Sede ha hecho público también su testamento espiritual. El texto puede ser leído aquí.
La Asociación Litúrgica Magnificat ofrece sufragios por el descanso de su alma.
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